Propuesta de herramientas de sensibilización medioambiental
Por parte de Fundación ICIL se ha elaborado una propuesta de implantación de buenas prácticas ambientales en el ámbito logístico, en el presente artículo recogemos los aspectos de sensibilización y formación necesarios para su implantación.
La implantación de un programa de buenas prácticas ambientales (BPA) en la empresa requiere de la sensibilización y formación del personal implicado directamente en las operaciones logísticas con impacto ambiental pero es recomendable que alcance a la totalidad de los colaboradores de la empresa.
Las acciones de sensibilización y formación son una consecuencia lógica a la decisión de la dirección de la empresa de aplicar un programa de Buenas Prácticas Ambientales, BPA, de la determinación respecto a estas prácticas, así como su planificación y programación, con la delimitación de responsabilidades y funciones que corresponda a su puesta en marcha.
La dirección tendrá que valorar si es conveniente recurrir a la colaboración de algún experto en medio ambiente para todas o algunas de las acciones previstas en la programación.
- Sensibilización
Las acciones de sensibilización pretenden dar a conocer al conjunto del personal la política de buenas prácticas acordada por la dirección. Se trata que todo el mundo sea consciente de cómo puede contribuir a la eficacia de las buenas prácticas.
La sensibilización se puede conseguir principalmente a través de dos medios:
- Comunicaciones escritas (carteles, comunicados o instrucciones)
- Comunicaciones verbales (reuniones de grupo, comunicaciones personales)
Las comunicaciones escritas pueden ser útiles para comunicar la política de la empresa en relación a las BPA y para la fijación y permanencia de determinados mensajes puntuales. Por ejemplo puede ser útil la redacción de un 'Comunicado' fijado en los plafones que existan y que se puede entregar a cada trabajador, donde se informa de la determinación de llevar a cabo un programa de BPA, de su importancia para contribuir a la sostenibilidad de las actividades de la empresa y la colaboración activa que se pide a todo el mundo. Los mensajes puntuales pueden consistir en la fijación de carteles, en determinados puntos de la empresa donde se efectúan operaciones logísticas con impacto ambiental, con mensajes recordando las buenas prácticas por ejemplo:”Ve con cuidado y no corras con la carretilla: evitarás accidentes y malversaciones en las mercancías” (a colocar en la zona de carga y descarga de camiones) “Un pedido mal preparado es un pedido devuelto: todos perdemos” (para la zona de preparación de pedidos) “Ojo! cada residuo en su recipiente” (a colocar en las zonas donde se pueden generar residuos). En todo caso los carteles con mensajes puntuales fijos, cada empresa habrá de determinarlos en función del programa establecido, cuáles son los más importantes y en qué lugares de impacto se quiere dar mayor incidencia.
En los casos que la empresa emplee notas escritas para dar instrucciones de trabajo para la realización de las operaciones, puede ser conveniente incorporar, ni que sea a efectos de recordatorio, las buenas prácticas que afectan a la operación.
Los mensajes escritos son también los que hay que emplear con los colaboradores externos o con los que normalmente se encuentran fuera del centro de trabajo, como es el caso de los transportistas autónomos, por ejemplo.
Siempre que sea posible es conveniente una reunión formal de la dirección de la empresa con todos los trabajadores, por grupos, por turnos, etc. (del modo que sea más adecuado) para dar a conocer el programa de buenas prácticas y lo que se pide y espera del conjunto de miembros de la organización.
Al preparar las sesiones, no hay que separar los impactos según el grupo a quien se dirige la información. Es positivo que todos tengan una visión de conjunto de los impactos de la actividad logística.
En cambio, al comentar las buenas prácticas puede ser más conveniente hacerlo de forma diferente según los grupos. Por ejemplo, de acuerdo con el grupo, reforzar las buenas prácticas en la planificación, o bien en el mantenimiento de vehículos o en las características de la conducción, etc.
- Formación
La formación tienen que servir para dotar a los diferentes miembros de la empresa de los conocimientos y las habilidades necesarias para llevar a cabo el programa de buenas prácticas ambientales a su puesto de trabajo.
La programación e impartición de las acciones formativas, que tienen que ser posteriores en el tiempo a las de información y sensibilización, tienen que adaptarse a las necesidades concretas de cada puesto de trabajo y tener en consideración las diferentes responsabilidades de cada cual.
Es conveniente que la empresa incluya la formación en buenas prácticas ambientales en el marco general de formación de la empresa, de forma que se pueda asegurar una formación permanente al respecto, ya sea para el nuevo personal incorporado, ya para la revisión de las buenas prácticas que pueda acordarse por la dirección.
En principio se pueden establecer tres niveles de formación que responden a tres niveles de responsabilidad:
- Directivos
- Mandos intermedios
- Personal operativo
Para cada uno de los niveles anteriores habrá que diseñar un contenido programático y una duración adecuada que asegure una comprensión adecuada de los conceptos y de las buenas prácticas a aplicar. La formación tendrá que combinar la formación teórica y los casos prácticos de forma adecuada a cada nivel.
El contenido del programa formativo puede variar en cada empresa y para cada nivel de responsabilidad, en cada empresa habrá que determinar qué temas corresponde para cada nivel de responsabilidad.
Si la empresa no tiene personal propio adecuado para la impartición de la formación puede ser recomendable que acuda a un experto externo para que la ayude a implementar la formación.
Es conveniente evaluar el resultado de la formación, tanto en relación al aprendizaje de los contenidos, en este caso las buenas prácticas ambientales, como por parte de los responsables de la eficacia de la formación, en el sentido de la aplicación en los puestos de trabajo de los conocimientos y actitudes objeto de formación.
En función de los resultados de la evaluación tomar las medidas correctoras apropiadas a los objetivos y programas del Plan de BPA.