Las empresas lideran la inversión en I+D en biotecnología en 2019
El Instituto Nacional de Estadística ha publicado recientemente los últimos datos de inversión en I+D del sector biotecnológico y todo indica una tendencia de crecimiento. El conjunto de la biotecnología española —es decir, administración pública, enseñanza superior, instituciones sin fines de lucro, y empresas— ha invertido 2.040 millones de euros en I+D en el año 2019, lo que supone un incremento del 14,4% respecto a 2018. La cantidad que destinan las empresas biotecnológicas a la I+D aumenta un 22,2% con respecto a 2018. En 2018, la cifra era de 769 millones de euros y este año llega a los 940,2 millones. Además, según avanza el Instituto Nacional de Estadística en una nota de prensa, es el sector de ejecución con mayor aumento.
El CRG (Center for Genomics Regulation) es un ejemplo de éxito que reúne a diferentes actores de ese conjunto de la biotecnología española. La razón de dicho éxito es la autonomía de gestión, financiera y científica, según comenta Luis Serrano, director general del centro. “Es un modelo que existe en algunos otros países y que claramente se ha demostrado ganador”, opina Serrano.
El 42,3% de los fondos destinados a la I+D biotecnológica en el país provienen de la administración pública, seguido de cerca por las empresas con un 41.4%. Sin embargo, al poner la lupa sobre lo que ocurre en el seno de las compañías, la cosa cambia y la brecha se acentúa. Los datos ponen de manifiesto que la principal fuente de fondos de I+D del sector biotecnológico empresarial provienen de sus propios recursos o de colaboraciones con otras compañías. En efecto, el 76,6% de los fondos de I+D de las biotech proviene, o bien de los fondos propios de las compañías, o bien de empresas del mismo grupo o de otras empresas.
Biopolis nació como spin-off del CSIC y su objetivo es encontrar, diseñar y desarrollar microorganismos para fines industriales y relacionados con la salud. Para Daniel Ramón, director de I+D de la empresa, “tener a todos los actores posibles juntos en el mismo barco” fue el principio del éxito. Sin embargo, avisa que “ni la burocracia administrativa facilita estas operaciones conjuntas público-privadas en nuestro país, ni lo favorece los recelos infundados entre muchos científicos funcionarios públicos y empresarios”.
En segundo lugar, las empresas biotecnológicas financian su I+D con fondos del extranjero (empresas extranjeras, programas de ayuda de la Unión Europea o de instituciones extranjeras), con el 11,4%. Por último, se situaría la administración pública (subvenciones y préstamos regionales o estatales, como los programas de ayuda, por ejemplo) con el 10,9%.
Luis Mora, director general de Pharmamar, una de las compañías socias de AseBio que más dedica a la I+D reconoce que los datos sobre las inversiones que refleja el INE muestran “claramente el bajo compromiso de los gobiernos españoles por la I+D”. “Y quien no invierte en futuro nunca tendrá un futuro; si no aprendemos a cambiar este comportamiento seguiremos igual y dependiendo únicamente de sectores cíclicos y muy sensibles a las crisis. No sólo las compañías biotech no reciben casi ayudas, ninguna compañía en su apartado de I+D recibe ayudas consistentes”, insiste el experto.
Desde el Hospital 12 de Octubre de Madrid, el doctor Joaquín Arenas, director del Instituto de Investigación i+12, destaca la gran influencia que van a tener los fondos europeos (Next Generation UE) en la investigación en los siguientes años tanto “por la gran inversión que suponen como por el gran impulso tractor que van a tener en la colaboración público-privada”.
Por otra parte, no solo es la inversión en I+D la que crece en los últimos años, sino también la cantidad de profesionales. En las empresas biotecnológicas, el personal en I+D aumenta en casi un 14% y la presencia de mujeres investigadoras un 20,7% (ellas representan un 56% del total del personal investigador). En 2018, contábamos con 8.237 personas dedicadas a la I+D en las compañías biotecnológicas mientras que, en 2019, el número llega a los 9.365.
Las empresas dedican sus esfuerzos a la salud humana y la alimentación, las dos áreas principales de aplicación final de la utilización de la biotecnología. El 47,3% de las compañías se centran en salud humana, el 32,5% a la alimentación, el 24,1% a la agricultura y producción forestal, el 19,4% a la salud animal y la acuicultura, el 14,9% al medioambiente y, por último, el 12,8% a la industria.
A la espera de los datos de 2020
Aún no podemos saber con estos datos del INE el impacto de la covid en la I+D biotecnológica ya que se trata de datos de 2019. En las próximas semanas AseBio adelantará parte de los datos de inversión del Informe AseBio 2020 en el que “ya podremos analizar tendencias como la que observamos en el pasado AseBio Investor Day donde duplicamos la presencia de inversores internacionales y que esperamos ver consolidadas en BIOSPAIN 2021, el evento de referencia del sector que tendrá lugar en septiembre en Pamplona”, concluye Ion Arocena, director general de la asociación.