Se espera que las ventas de productos relacionados con la boda de Guillermo y Kate Middleton alcancen los 26 millones de libras
La boda real se convierte en marca
Redacción - Juguetes B2B29/04/2011
La boda entre el príncipe Guillermo y Catherine Middleton es un acontecimiento mundial de impacto innegable. Se calcula que unos dos mil quinientos millones de personas presenciarán el acto por televisión, más del triple que los 750 millones que vieron en 1981 la boda entre el príncipe Carlos y Diana.
De hecho, 36 grandes cadenas de todo el mundo se han desplazado a Londres para retransmitir la ceremonia en directo: BBC, Skynews, ABC, NBC, CBS y al-Jazeera. Se calcula que hay 8.500 periodistas en la ciudad cubriendo el evento, unos 6.500 de ellos acreditados por la Casa Real. Sólo la BBC ha invertido dos millones de libras y tiene a 550 profesionales trabajando en la cobertura del evento. A modo de comparación, los periodistas acreditados en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica fueron unos 15.000, lo que da una idea acerca de la magnitud de la ceremonia.
Teniendo en cuenta que casi la mitad de la población mundial prestará al menos algo de atención a este acto entre privado y político, no es de extrañar que muchas empresas de juguetes y de productos licenciados hayan apostado por fabricar toda clase de artículos con la imagen de los príncipes.
Las cifras que se barajan son realmente impresionantes: la consultora Verdict calcula que las ventas totales de artículos relacionados con la boda real alcanzarán los 26 millones de libras en el Reino Unido. Asimismo, el British Retail Consortium estima que las ventas totales podrían llegar a los 480 millones, si se incluyen otros productos y servicios que no tienen el sello real, pero cuya venta se verá incrementada a consecuencia del evento. Como por ejemplo los pepinos para los clásicos sándwiches ingleses. No es broma: la cadena de tiendas de alimentación Waitrose ha incrementado sus pedidos de este producto en un 50%.
Sin certificado oficial
La Casa Real no exige el uso de una licencia oficial para los productos que se fabriquen aprovechando su imagen: simplemente ha publicado una guía acerca de cómo y cuándo se han de usar los emblemas, nombres e imágenes de la monarquía.
En líneas generales, se pueden usar para cualquier artículo a la venta, siempre que estos sean “sin publicidad, de buen gusto, que no den a entender que se cuenta con la aprobación de la Casa Real y que no contravengan ninguna norma de derechos de autor o marca registrada”. Hay excepciones: medallas y monedas que no sean de curso legal, sellos, prendas de ropa, ropa del hogar, cajas, embalajes y etiquetas.
El objetivo es que todas las empresas británicas puedan favorecerse por igual del uso de una institución que representa a todos los ciudadanos, pero sin duda esto supone algún inconveniente para empresas que querían distinguirse de la competencia y que precisamente suelen fabricar productos licenciados por este motivo. Así por ejemplo, cuando Arklu decidió lanzar una muñeca de la princesa y se puso en contacto con la Casa Real para contar con algún tipo de aprobación, sólo recibió una respuesta por e-mail. Una respuesta muy británica, eso sí, en la que se aseguraba que “no desearíamos oponernos a la producción de una muñeca”.
De todas formas, ha sido un éxito: prácticamente se ha agotado la tirada limitada de 10.000 ejemplares y muchos diseñadores británicos han accedido a preparar vestidos y trajes para el juguete conmemorativo.
Otra juguetera que ha aprovechado el acontecimiento es Corgi, que ha sacado a la venta tres modelos de coches clásicos ingleses haciendo mención al enlace: un mini, un autobús de dos pisos y una furgoneta de la Ford. También están apunto de agotarse.
Algunas otras empresas conocidas en el sector y que han querido sumarse al evento han sido la fabricante de calendarios y tarjetas de felicitación Danilo, y la empresa de pósters y carteles GB Eye. Incluso PEZ ha fabricado una pareja de dispensadores de caramelos con la imagen de Guillermo y Catherine.
Algunos artículos de dudoso gusto
No resulta extraño considerar que empresas como estas hubieran preferido algún tipo de diferenciación. Ha habido toda clase de productos con la imagen de los novios que van de lo anecdótico a lo estrambótico. Aquí van algunos:
- Una nevera de dos puertas con una enorme foto de los novios abrazados.
- Preservativos. Bajo la marca Royal Jewels (Joyas Reales). Los fabricantes aseguran que combinan “la fuerza de un príncipe” con la “sensibilidad de una futura princesa”. Eso sí, la compañía aclara que “no somos proveedores, ni nuestros productos están aprobados por el príncipe Guillermo de Gales, Catherine Middleton o ningún otro miembro de la Familia Real”.
La Royal Warrant, única certificación oficial
La única distinción a la que pueden aspirar productores y establecimientos es la Royal Warrant: unas 850 empresas disponen de esta acreditación que certifica su calidad de proveedores de la reina, del duque de Edimburgo o del príncipe de Gales durante al menos cinco años.
Muchas de estas empresas han aprovechado evidentemente la oportunidad: Schweppes ha comercializado una serie de botellas de edición limitada haciendo mención al acontecimiento. La tienda de alimentación de Picadilly Circus, Fortnum & Mason, también ha lanzado una gama de productos como bombones, porcelana y artículos de fiesta y picnic, todos ellos conmemorando la boda. Por su parte Ulster Weavers ha aprovechado para sacar a la venta una gama de trapos de cocina haciendo referencia al evento.
Visto todo esto, a nadie le extrañará que los ingleses estén saturados con tanto espectáculo real, a pesar de que sólo un 30% se manifiesta partidario de la república. Muchos han optado por una comprensible huida: la agencia de viajes Thomas Cook ha registrado un incremento en las reservas de viajes fuera del Reino Unido de un 35% para estas fechas, aprovechando el día festivo oficial; Ryanair ha publicado un incremento de ventas de un 65%.
Los que se queden siempre pueden optar por leer la edición online del Guardian, que incluye en su portada un botón para republicanos: oculta toda la información acerca de la boda.