¿Cómo prevenir un comportamiento sexista en los niños?
Tanto la publicidad como el entorno de los niños y niñas deben transmitir valores igualitarios, sin caer en comentarios y prejuicios sexistas.
Los niños absorben y aprenden lo que ven o escuchan por lo que se convierten en figuras muy vulnerables a la publicidad y a los comportamientos sexistas de los adultos. Un estudio realizado por la Universidad de Kent, en el Reino Unido, demuestra que, sin lugar a dudas, las imágenes de juegos y juguetes estereotipados influyen significativamente en la vida de los niños y niñas, pudiendo ser un factor detonante para originar comportamientos de este tipo. Por este motivo, según indica el estudio, es importante que los padres garanticen un juego libre de estereotipos de género en su infancia.
Lo razonan a través de un experimento en el que participaron un grupo de niños británicos de cuatro a siete años de edad, a los que se les mostraron escenas y mensajes que relacionaban determinados artículos con cada uno de los géneros. Posteriormente, se les preguntó quién debería jugar con cada juguete. El resultado: las elecciones del grupo que no vió las imágenes y mensajes estereotipados fueron flexibles, mientras que las respuestas de los que sí que absorbieron estos estereotipos se vieron mucho más influenciadas.
Los niños, un blanco fácil para las ideas y comentarios sexistas
Pero más allá de los mensajes de los medios de difusión, el entorno de los niños -padres, familia, escuela…- también cuenta con mucha relevancia a la hora de transmitir valores igualitarios, sin caer en comentarios y prejuicios. Y es que las ideas sexistas están arraigadas en nuestro día a día, aunque no las percibamos de forma consciente. Así lo demuestra el estudio realizado por la Universidad de Granada ‘Los chichos héroes y las chicas malas’, que analiza cómo los más pequeños conforman su identidad en la escuela y en la familia a través de modelos y relaciones fuertemente marcados por estereotipos sexistas, que, de forma totalmente inconsciente, reproducen actitudes discriminatorias. “Sirva como ejemplo, el diferente modo en que el profesorado se dirige a las niñas y a los niños en las escuelas infantiles. A las chicas se les dicen palabras bonitas y piropos, elogiándose que sean buenas, que estén calladas, quietas, tranquilas; en los chicos, por el contrario, se destaca o elogia que sean fuertes, valientes, duros, grandes, inteligentes”, ejemplifica el informe.
El estudio de la Universidad de Granada destaca la importancia de no relacionar el género con determinados comportamientos, los cuales pueden llegar a la violencia
Así, destaca la importancia de no relacionar el género con determinados comportamientos, los cuales pueden llegar a la violencia. En esta línea, el estudio revela unos datos alarmantes: “de los 1.237 niños y niñas (entre 11 y 16 años) encuestados sobre el acoso escolar, los más pequeños (11 y 12 años) tenían una valoración positiva del matón de clase, al que le presuponen poder, valentía, fuerza, heroicidad, capacidad de comunicación, etc. Mientras que rechazaban a las víctimas por considerarlas cobardes, pasivas, inseguras, etc.”
Una educación respetuosa para prevenir la violencia
Con el objetivo de superar y romper de una vez por todas estas connotaciones sexistas, el informe reivindica el debate sobre la igualdad de género en la Escuela desde las etapas iniciales de la vida de los niños. Asimismo, recomienda llevar a cabo actividades y prácticas no discriminatorias que permitan la detección de la violencia y de la violencia de género y el desarrollo de relaciones igualitarias, en las que impere la reciprocidad.