Novedades legislativas y hechos relevantes en el sector de fertilizantes

Una serie de circunstancias están afectando actualmente al sector de fertilizantes y, de manera indirecta, están teniendo implicaciones en todo el sector agrario. A todo esto, se une la aprobación de una serie de disposiciones legislativas que están creando nuevos retos y obligaciones para las empresas del sector. Con el fin de poder adaptarse a las nuevas circunstancias, las empresas están teniendo que adoptar una serie de estrategias y realizar determinadas modificaciones en sus procedimientos, lo que conlleva en ocasiones realizar costosas inversiones.

A continuación, se resumen las principales novedades legislativa que afectan al sector.

Este pasado mes de julio ha comenzado a aplicarse el Reglamento UE 2019/1009 sobre productos fertilizantes, que se publicó en el mes de junio de 2019. Esta nueva disposición, que deroga el Reglamento 20003/2003, ha introducido una serie de cambios que afectan, entre otros aspectos, al ámbito regulatorio, al etiquetado de los productos, a la demostración de la conformidad de los productos, etc.

Con este nuevo reglamento se ha aumentado el ámbito regulatorio, ya que en él se incluyen, además de los fertilizantes minerales, ya armonizados anteriormente, los abonos orgánicos y organominerales, así como las enmiendas, los medios de cultivo, los bioestimulantes, etc. Muchos tipos de productos fertilizantes no estaban regulados anteriormente a nivel europeo, por lo que debían regirse mediante legislaciones nacionales y, para poder exportarse, debían seguir el principio del reconocimiento mutuo. Una novedad es que este nuevo reglamento permite realizar mezclas de diferentes categorías de productos.

En lo que respecta a los fertilizantes, los contenidos mínimos de nutrientes requeridos son, en general, menores que los del Reglamento 2003/2003, mientras que las tolerancias son en términos generales, más permisivas.

En línea con la política europea de economía circular, se permite el empleo de determinados bioresiduos y subproductos para fabricar fertilizantes, fomentando su valorización y su empleo en la agricultura. No obstante, dado que no está permitida la utilización de residuos, es necesario aportar una declaración de subproducto en aquellos casos en los que se utilicen como materiales componentes los subproductos o coproductos de otras industrias (sulfato amónico, etc.), con el fin de que se pueda demostrar su seguridad y eficacia y que no se trata de residuos sino de subproductos.

Además, se ha aumentado la complejidad de las etiquetas y, aunque la Comisión elaboró una guía de etiquetado, sigue habiendo bastantes dudas en la interpretación de algunos puntos. Por ello, las diversas asociaciones del sector (ANFFE, ACEFER y AEFA) se han unido, junto con sus empresas, para armonizar y unificar los criterios y para elaborar, en el seno del comité de normalización CTN 142, una norma sobre el etiquetado de los productos del Reglamento 2019/1009, con criterios claros y con ejemplos de la mayoría de los productos fertilizantes. La finalidad de dicha norma es facilitar el trabajo a las empresas a la hora de elaborar las etiquetas de sus productos, así como facilitar a los usuarios y a los organismos de control el adecuado entendimiento e interpretación de la amplia información recogida en las etiquetas.

Con respecto a la demostración de la conformidad de los productos con lo dispuesto en el Reglamento, para algunas categorías de productos (bioestimulantes, inhibidores, etc.) se precisa la intervención de un organismo notificado, que debe realizar una evaluación y un informe previo del tipo de producto, en base al cual la empresa pueda elaborar posteriormente la declaración de la conformidad.

Aunque varias entidades de certificación han solicitado ya la acreditación ante ENAC, dada la complejidad del procedimiento, la mayoría de ellas están todavía inmersas en el proceso de tramitación y únicamente un organismo español (Laboratorio Oficial Madariaga, acreditado para el nitrato amónico de alto contenido en nitrógeno) está incluido en el registro europeo de organismos notificados (NANDO). Hasta que dichos organismos estén incluidos en el NANDO, no es posible realizar para estos tipos de productos la evaluación de la conformidad y, por tanto, de momento deben seguir siendo comercializados bajo la legislación nacional.

Con la derogación del Reglamento 2003/2003, han desaparecido las denominaciones tradicionales de los tipos de productos que estaban recogidos en la legislación europea, creando confusión en los agricultores y en el mercado de fertilizantes. Por eso, para que los agricultores puedan seguir adquiriendo los productos con los nombres y características tradicionales (urea, sulfato amónico, etc.), el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) los ha incluido el pasado año en el Real Decreto 506/2013, de manera que dichos productos podrán seguir comercializándose como abonos nacionales.

Asimismo, el MAPA está tramitando otra modificación de este Real Decreto, que se espera se publique en breve, en el que se incluirá el nitrato amónico de alto contenido en nitrógeno, ya que era el único producto que no se había recogido en la anterior modificación. Además, se van a recoger en la legislación española los criterios de seguridad y eficacia agronómica que deben cumplir los subproductos para que puedan ser utilizados como materiales componentes de los productos fertilizantes.

El pasado 29 de diciembre se ha publicado en el BOE el Real Decreto 1051/2022, por el que se establecen normas para la nutrición sostenible en los suelos agrarios. Su objetivo es establecer normas básicas para conseguir un aporte sostenible de nutrientes en los suelos agrarios, de manera que se logre, entre otros aspectos, incrementar de forma sostenible la producción agroalimentaria y evitar la contaminación de las aguas y los suelos.

Este nuevo Real Decreto, que se aplicará en 2024, contempla:

a) La creación de una sección de fertilizantes en el cuaderno de explotación, así como la información mínima que los agricultores deben incorporar al cuaderno de explotación en materia de aporte de nutrientes a los suelos agrarios.

b) Los requisitos mínimos de un plan de abonado.

c) Unas buenas prácticas agrícolas mínimas, comunes al territorio nacional, para aplicar los nutrientes a los suelos agrarios con independencia de su origen, si bien las comunidades autónomas pueden establecer normas adicionales o más restrictivas siempre que lo consideren necesario.

d) La creación de un Registro general de fabricantes y otros agentes económicos de productos fertilizantes.

El Ministerio para la Transición Ecológica ha publicado a finales de diciembre el Real Decreto 1055/2022, de envases y residuos de envases (RDERE) que, entre otros aspectos, crea la sección de envases en el Registro de Productores de Productos. Además, obliga a los productores de producto, o a sus representantes autorizados, a inscribirse en dicha sección, en el plazo de tres meses desde la fecha de entrada en vigor del real decreto, y a recopilar y remitir la información correspondiente a los envases que hayan introducido en el mercado español en cada año natural.

Se regulan también los requisitos que deben cumplir los sistemas de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP), para la gestión de los envases industriales y comerciales.

El sector de los fertilizantes se ha enfrentado en los últimos años a varios acontecimientos que han alterado su normal funcionamiento y que han afectado de manera significativa al consumo de fertilizantes. Tras la pandemia provocada por el coronavirus, surgieron diversos problemas ligados al abastecimiento de algunas materias primas para fabricar fertilizantes, en parte debido a problemas de transporte (fletes, huelgas, etc.), y en parte debido al progresivo incremento de los precios de ciertas materias primas, fundamentalmente del gas natural.

Tras la guerra de Ucrania y las posteriores sanciones de la UE a Rusia y Bielorusia, la situación se complicó aún más y los precios subieron de forma alarmante, debido fundamentalmente a un desajuste entre la oferta y la demanda. Esto tuvo como consecuencia un incremento desmesurado de los costes de producción de los fertilizantes, especialmente de los fertilizantes nitrogenados, debido al incremento del precio del gas natural, llegando en algún caso a provocar el cierre de algunas plantas productivas en Europa. Esta reducción de la oferta de producto provocó una subida del precio de los fertilizantes, lo que, unido a factores climatológicos, tuvo como resultado un recorte en el consumo y en la aplicación de fertilizantes.

Los países europeos, en general, se han visto bastante afectados por las sanciones de la UE, dada su dependencia de Rusia y Bielorusia para la adquisición de gas y de otras materias primas. No obstante, en España estamos en mejores condiciones ya que, debido a nuestra ubicación geográfica, nuestra dependencia de esos países es menor y podemos recibir importaciones de numerosos países, fundamentalmente del norte de África. Al mismo tiempo, tenemos una industria de fertilizantes de primer nivel, que trabaja con las mejores tecnologías disponibles y que cuenta con una capacidad de producción que en algunos productos es superior a la demanda nacional.

Los incrementos desproporcionados del precio de la luz, del gas y de algunas materias primas han afectado mucho a las empresas españolas fabricantes de fertilizantes, obligándoles a adaptarse a las circunstancias del mercado para poder mantener la producción de fertilizantes y suministrar en todo momento productos a los agricultores.

La defensa y el mantenimiento de una industria nacional de fertilizantes es clave para poder asegurar el abastecimiento de unos insumos que son esenciales para los agricultores, con la finalidad de que éstos puedan seguir realizando su actividad y puedan producir alimentos suficientes, seguros, de calidad y a precios asequibles. De esta manera se podrá seguir garantizando la seguridad alimentaria.

Por eso, durante los últimos meses ANFFE ha venido solicitando a la Administración, tanto europea como nacional, que se tomasen, de manera urgente, medidas concretas para ayudar al sector de fertilizantes y para que se pudiese paliar el efecto negativo del alto precio del gas natural, con el fin de que se pueda seguir suministrando este importante insumo a los agricultores en las cantidades y momentos adecuados.

El consumo anual medio de fertilizantes en España se sitúa habitualmente en el entorno de los 5 millones de toneladas de producto. En el siguiente gráfico se recoge la evolución del consumo de fertilizantes desde el año 2010.

Por su parte, con respecto al desglose por comunidades autónomas, en el siguiente mapa se representa en colores los rangos medios de consumo de fertilizantes de la última década:

Media de ventas de fertilizantes desde el año 2010, por CC AA.

La industria europea de fertilizantes, que es de las más eficientes y menos contaminantes del mundo, ha realizado una apuesta clara por la innovación y el desarrollo de nuevos productos y procesos, con el objetivo de lograr fertilizantes cada vez más eficaces y que estén más adaptados a las necesidades específicas de los cultivos y de una agricultura moderna y avanzada tecnológicamente.

A tal fin, las empresas siguen trabajando en proyectos encaminados a mejorar la eficiencia de la fertilización y a optimizar el aprovechamiento de los nutrientes, incorporando nuevos componentes (bioestimulantes, inhibidores, etc.) que incrementan el valor añadido de los productos.

Las empresas españolas, por su parte, están desarrollando nuevos proyectos encaminados a diversificar las fuentes de materias primas para la fabricación de fertilizantes, en línea con la economía circular. De esa manera, podrán reducir su dependencia externa y adaptar su producción a las diferentes circunstancias del mercado.

La industria europea de fertilizantes lleva ya muchos años trabajando en el ámbito de la economía circular, utilizando como materias primas los subproductos provenientes de otras unidades productivas relacionados, como es el caso del sulfato amónico obtenido en la producción de la caprolactama. De esa manera se han podido reciclar millones de toneladas de materiales, valorizando los subproductos y eliminando la generación de residuos.

Los fertilizantes son productos esenciales dentro de la cadena agroalimentaria, ya que permiten complementar y cubrir las necesidades de nutrientes de los cultivos e incrementar la producción agrícola, aumentando además los beneficios del agricultor. Gracias al uso de estos y de otros insumos y a la constante mejora de la tecnología agraria, es posible producir alimentos seguros, de calidad y a precios más asequibles, con los que se puedan atender las necesidades alimenticias de una población en continuo crecimiento.