Barin propone la aspiración del humo en el origen antes que llegue a las vías respiratorias del soldador como uno de los sistemas de prevención de esta dolencia más eficaces
¿Qué es la fiebre del soldador?
En casos extremos, el cadmio (presente en algunas aleaciones de soldadura de plata más antiguas) puede provocar la pérdida de conocimiento.
Síntomas
Los síntomas suelen ser de tipo febril, como escalofríos, mialgia, dolor de pecho, tos, sabor metálico en la boca, leucocitosis, dolor de cabeza, fatiga y malestar general. Además, también se puede producir un sabor dulce o metálico en la boca, junto a la garganta seca o irritada, lo que puede provocar ronquera.
Los síntomas de una toxicidad metálica más grave pueden incluir también la sensación de ardor en el cuerpo, shock, falta de producción urinaria, desmayos, convulsiones, dificultad respiratoria, ojos o piel amarilla, sarpullidos, vómitos, diarrea acuosa o con sangre, lo que requiere una atención médica urgente.
Los síntomas de tipo febril suelen desaparecer en un plazo de 24 a 48 horas. Para recuperarse lo suficiente como para volver a trabajar, se suelen necesitar de una a dos semanas de descanso y, por supuesto, sin exposición a los humos que nos han generado la enfermedad.
No obstante, se irá la fiebre y el malestar. Desaparecerá el dolor de cabeza, el sabor metálico en la boca, la ronquera, etc. pero las partículas metálicas que se ha inhalado al respirar los humos que he generado al soldar o rellenar ya se quedan de forma permanente en el sistema pulmonar.
¿Cómo se diagnostica?
Los síntomas también se parecen a los de otras enfermedades, lo que aumenta la dificultad para diagnosticarla a través de un examen físico normal.
Por consiguiente, es importante verificar el historial del paciente en el entorno de óxidos metálicos, historial laboral, naturaleza del trabajo, etc.
Prevención
La mejor manera de prevenir la ‘fiebre del soldador’ es observar estas directrices:
- EPI (Equipo de Protección Individual): implementación completa de las normas internacionales y códigos de seguridad para el personal, incluidos los inhaladores de oxígeno y un sistema de ventilación. Cascos con oscurecimiento, unidades de aire fresco, etc. que mantienen los humos alejados del soldador.
- Formación avanzada: formar a los trabajadores es esencial. Se les deberá instruir correctamente sobre la naturaleza reactiva de las sustancias químicas y el cuidado extra que deben tener cuando estén trabajando en un entorno metálico específico.
- Informe de examen químico realizado antes de utilizar el equipo de soldadura o, en caso de trabajo a medida. Problemas graves como el óxido de cadmio se pueden evitar con facilidad determinando previamente el contenido químico.
- Aspiración en el origen. Es decir, capturar el humo antes de que éste llegue a las vías respiratorias del soldador. ¿Cómo? Intercalando entre el foco de producción de humo y los pulmones del trabajador un sistema que aspire el contaminante. Simplemente, aspirar el humo en donde se produce.