Está demostrado que la calidad del software es rentable. Estudios, como el realizado por el experto David F. Rico, muestran retornos de inversión: del 37 a 1, por implantar inspecciones de software; del 5 a 1, por lograr la evaluación CMMI; del 8 a 1, por lograr la certificación ISO9001 o del 14 a 1, por implantar el modelo SW-CMM. Pero, según la Asociación de Técnicos de Informática (ATI), la llegada de la crisis, con la consiguiente paralización de muchos proyectos por falta de financiación, ha hecho que la eliminación o la reducción del tiempo dedicado a las pruebas de software se convierta en una práctica más que habitual en las empresas desarrolladoras, con el fin de reducir los costes. Se trata de una situación que está afectando, tanto a las grandes empresas, como a las pyme. “En uno de nuestros últimos estudios, más del 90,6% de los profesionales TIC consultados afirmó que sus empresas recurren a esta práctica cuando surgen retrasos o problemas financieros, lo que representa un dato más que significativo”, afirma Luis Fernández, coordinador del Grupo de Calidad de la ATI.
La asociación señala que aunque España está entre los primeros países en número de empresas desarrolladoras certificadas en calidad de software, la industria española del software no ha escapado de la crisis.
España ocupa el quinto puesto a nivel mundial, y el primero en Europa, en el número de empresas desarrolladoras certificadas en la Calidad del Software. Ya existen 155 organizaciones evaluadas en CMMI, mientras que a comienzos del 2005 no se llegaba a 10.