Entrevista a Jaime Huidobro, director general de Epiroc Iberia
El COVID-19 está conllevando numerosos desafíos para todas las empresas. También para referentes mundiales en sus sectores como lo es Epiroc para las industrias de la minería y la obra pública. Por ello resulta especialmente interesante conocer en palabras de su director general para España y Portugal, Jaime Huidobro, cómo está afrontando la compañía estas semanas de confinamiento, qué medidas han tomado para poder mantener el contacto y seguir trabajando en equipo, cómo han podido mantener el servicio en todas las minas y obras en las que está presente, y su visión de cómo esta pandemia va a afectar al mercado.
En primer lugar, ¿cómo se encuentran en Epiroc Iberia? Confiamos en que todos estén bien de salud, que es lo más importante...
Quitando un único caso, por contagio de personal médico, todos nuestros empleados y sus familias han pasado estos tres meses en buenas condiciones, superando el confinamiento con muy buen espíritu.
¿Cómo están viviendo este estado de alarma en Epiroc Iberia desde que se decretó el pasado 14 de marzo?
El estado de alarma ha sido todo un reto para la empresa, tanto a nivel mundial como local. Algo muy complicado, sobre todo debido a la incertidumbre en la que se ha vivido la evolución de la pandemia. Aunque también ha supuesto una oportunidad de mejorar nuestras capacidades y formas de comunicar e interactuar.
En la línea que comenta, ¿cómo han reorganizado su actividad en todo este tiempo? ¿Qué departamentos están teletrabajando? ¿Cuáles se mantienen operativos en su central de Coslada?
A pesar de la incertidumbre legislativa hemos conseguido mantener todos nuestros servicios operativos y la principal preocupación ha sido el equipo de servicio, que ha acompañado en todo momento las decisiones de nuestros clientes, trabajado y adaptándose a las nuevas condiciones.
¿Cómo han organizado el trabajo? ¿Qué iniciativas han llevado a cabo para mantener el contacto y seguir trabajando en equipo?
Fuimos rápidamente cambiando horarios y programaciones para tener la flexibilidad que la situación requería. Unas semanas antes, al ver el cariz que tomaba la expansión del virus, convertimos todos nuestros equipos de trabajo en móviles para que la transición al teletrabajo fuera rápida y sencilla. Incluimos la posibilidad de acceder a nuestros sistemas de forma remota y segura, incluso desde ordenadores convencionales, con el fin de asegurar la continuidad de la operación. A su vez, mediante conferencias semanales de todos los departamentos, incluyendo servicio técnico, conseguimos coordinarnos e informarnos, con lo que en los últimos tres meses “nos hemos visto más que nunca”.
Imagino que sus técnicos, tanto en la central como en obra/mina, han seguido dando in situ sus servicios de mantenimiento y reparación, ¿no es así?
Sin duda alguna, lo que no ha sido una realidad de todas las empresas del sector. La verdad es que eso de leer comunicaciones del BOE una madrugada de domingo a lunes e intentar conseguir una interpretación no ha sido de lo más sencillo que hayamos hecho nunca.
Desde Epiroc se ha seguido trabajando en equipo en todas estas semanas de pandemia fomentando fórmulas como las reuniones virtuales.
¿Ha cobrado mayor protagonismo todo lo relacionado con la digitalización en estas semanas? Por ejemplo, tengo entendido que están ejecutando un proyecto de 6th Sense en MATSA… ¿En qué consiste?
Desde hace años y en diversas minas entre las que se encuentra la de MATSA, hemos promocionado el uso y operación de forma digitalizada y remota de nuestros equipos, y el 6th Sense es un paso adelante en este tema. Con él podemos dar un valor añadido al cliente, ayudándole a mejorar su productividad y aumentar la eficiencia de sus equipos con reportes, análisis, recopilación de información, etc.
¿Qué medidas de seguridad han implementado para salvaguardar la salud de todos sus trabajadores que están en mina o en la obra?
Hemos seguido al pie de la letra todos los protocolos que se han ido publicando y éstos han sido analizados por nuestro comité de crisis, que ha trabajado de continuo en este aspecto. No sólo a la hora de facilitar los EPIs (Equipos de Protección Individual) adecuados, sino también en temas de formación específica, protocolos de trabajo, consejos de prevención, etc.
¿Han podido seguir entregando sin problemas equipos, componentes o repuestos en todas estas semanas? ¿Han tenido que superar importantes barreras logísticas?
Inicialmente cambiamos prioridades de suministro de equipos al suministro de repuestos, consumibles y servicio en fábricas. Ello nos permitió asegurar una continuidad, gracias también a la optimización diaria de recursos y servicios logísticos. Inicialmente tuvimos algunos problemas debidos a suministros de terceros pero la base de Suecia ha ayudado mucho.
Estas semanas de confinamiento han puesto de manifiesto la potencialidad del teletrabajo y de las soluciones telemáticas. ¿Han apreciado Uds., por ejemplo, un mayor uso de soluciones como la de My Epiroc?
Nos hemos vistos forzados hacia un mundo que estaba disponible pero pocos utilizaban y todo el personal ha respondido y se ha adaptado rápidamente a las nuevas herramientas. Nuestras plataformas de trabajo compartido se han demostrado como herramientas muy eficaces y ahora utilizamos trabajos compartidos en la nube a niveles que nunca hubiéramos pensado alcanzar.
¿Considera que esta crisis sanitaria puede impulsar tendencias como la operación remota de los equipos o el uso de maquinaria autónoma?
Sin duda. Favorecen una mayor productividad y las condiciones de aislamiento social, aunque estas son ventajas añadidas a la muchas que de por sí aportan estos sistemas de operación remota. Evidentemente la situación actual ha traído un renovado interés sobre este tema.
Ahora estamos en fase de desescalada pero hubo periodos realmente duros, como las dos semanas de 'hibernación económica' en las que se puso en duda incluso que la minería fuera un sector “esencial”. ¿Qué se le pasaba por la cabeza durante esos días?
Nuestra gran preocupación era que somos una industria que ni para ni arranca fácilmente, si se quiere asegurar la continuidad de las operaciones, y el daño podría ser muy profundo en el caso de no manejar correctamente la situación. Todos pusimos por delante la seguridad y el interés de las personas pero no dejamos de lado el aspecto económico inherente a este momento de excepcionalidad.
Con una gama tan amplia de productos y servicios como la que tiene Epiroc, Uds. atienden una gran variedad de sectores de actividad. ¿Cuáles cree que se verán más afectados por esta crisis? ¿En qué habría que centrarse de cara al futuro?
La minería está saliendo rápidamente de unas semanas de incertidumbre a escala mundial y esto se refleja en el precio de los minerales y metales. A su vez, puede que finalmente se plantee una visión europea de la minería y de nuestra dependencia de mercados exteriores para suministro y consumo interno. Creo que alguien debería darse cuenta de la gran dependencia que tenemos del exterior, cuando tenemos recursos propios sin explotar en Europa que deberían ser reconsiderados.
Desde el Gobierno y desde la propia Comisión Europea se mandan mensajes anunciando que la recuperación económica debe pasar por la construcción. ¿Cree que la obra pública y la edificación van a jugar un papel protagonista en los próximos meses?
Ojalá, aunque yo no lo veo tan claro, ya que es evidente que estamos abocados a una grave recesión económica que va a afectar a todos los sectores y actividades económicas. Para fomentar la obra pública se necesitan recursos que no sé si estarán disponibles a estas alturas. El consumo privado va a verse afectado también, ya que volvemos a situaciones de desempleo de años pasados, con lo que no habrá muchas noticias positivas de estos sectores.
¿Y la minería? ¿En qué medida puede frenar la actividad minera esta pandemia?
Por el momento el sector de la minería mantiene un buen nivel de actividad, aunque las empresas están enfrentando los retos ya planteados de automatizar operaciones para evitar la utilización masiva de mano de obra en labores mineras. El efecto del consumo a nivel mundial está por verse, aunque las perspectivas no parecen ser tan negativas como se pensaba inicialmente.
Pero si hay que buscar un lado positivo para nosotros en Europa es que los gobiernos se han dado cuenta de que no podemos tener esta dependencia de mercados exteriores para minerales de primera necesidad, de los que tenemos recursos propios no explotados. Hay un cierto cambio de actitud hacia la minería moderna en Europa y la necesidad de fomentar la extracción de dichos recursos aprovechando las tecnologías y los conocimientos actuales.
A principios de este año anunciaban la reestructuración de sus operaciones en España y Portugal a través de Epiroc Iberia. ¿Ha modificado esta crisis del COVID-19 el cronograma que tenían previsto para la reestructuración?
Hemos seguido avanzando a buen ritmo, aunque la formalización de ciertos aspectos legales se ha visto retrasada por la imposibilidad de estar físicamente en Madrid o Lisboa. En cualquier caso, estamos totalmente integrados desde el 1 de junio.
Esta crisis es global y ningún país es inmune a la propagación del coronavirus. Como corporación con presencia mundial, ¿cómo está afectando esta pandemia a Epiroc? ¿Ha bajado mucho la cotización de sus acciones en Bolsa?
Ha habido fluctuaciones de todo tipo, aunque el resultado final no ha sido tan negativo como se esperaba inicialmente. El valor de la acción tiende a repuntar y recuperar el terreno perdido. Y Epiroc ha recuperado su inercia y plantea grandes novedades para los próximos meses.
En el caso del mercado ibérico, ¿ha hecho una previsión económica sobre cómo puede afectar esta situación a sus ingresos para 2020?
Nosotros estimamos una caída del 10 al 15% ya que al efecto del trimestre de hibernación habrá que sumar que el reinicio de actividad coincide con el verano y con gente muy cansada de todo lo ocurrido y vivido. Septiembre y octubre serán meses clave, así como el nivel de recuperación que se vea en junio.
Mirando al futuro, ¿cómo cree que acabará todo esto? ¿Será muy diferente esta crisis a la que se inició en 2007-2008?
El efecto por el alto nivel de desempleo y de deuda va a lastrar mucho esa capacidad de recuperación, así como un gobierno débil junto con nuestra gran confusión inherente a nuestro sistema de comunidades autónomas. Yo confío más en la iniciativa privada para una recuperación que en iniciativas estatales, que no tendrán recursos disponibles.
¿Le gustaría mandar un último mensaje de confianza a todos los empleados, colaboradores y clientes de Epiroc Iberia?
Ante todo, de agradecimiento a todos ellos, ya que han sabido estar a la altura en momentos muy complicados y especialmente a los técnicos de nuestro equipo que en realidad no han llegado a parar ni en los momentos de mayor incertidumbre y complejidad. A su vez, como empresa hemos mejorado en comunicación tanto interna como externa y eso nos ha ayudado a trabajar como equipo. Hemos sido capaces de seguir operando, trabajando desde nuestras casas, aunque también ha quedado claro que necesitamos una interacción para ser capaces de dar respuesta a las necesidades de nuestros clientes, ya que son complejas y evolucionan muy rápidamente.
Y una pregunta un poco más personal. En el periodo más crudo de la pandemia tuvimos conocimiento del proyecto en el que participaba su hija Virginia para desarrollar ventiladores que ayudaran a respirar a las víctimas del coronavirus que se encontraban hospitalizadas. Imagino que un orgullo para Ud. y una situación que le hizo experimentar de forma más cercana la gravedad sanitaria de esta crisis, ¿no es así?
Totalmente, ya que colaborar con un equipo de jóvenes emprendedores te hace ser humilde y a su vez ser capaz de ayudar en lo que se puede. Es increíble que de la nada consiguieran producir un equipo viable y operativo, consiguiendo el apoyo de numerosas empresas.
