Entrevista a Horacio Javier Salavagione, investigador del CSIC
7 de mayo de 2012
Su trabajo mejora las propiedades del PVC con nanotecnología. ¿Cómo?
De dos maneras. Primero, mediante la preparación de nanocompuestos, en lugar de materiales compuestos tradicionales. En estos últimos, que contienen un componente, habitualmente inorgánico no nanoestructurado, existe una separación clara a escala macroscópica entre las fases orgánica e inorgánica y donde el alto contenido de la carga conduce a una alta densidad, todo ello en detrimento de las propiedades y de la mejora del compuesto final. En nuestro caso el uso de reforzantes con dimensiones nanométricas hace que se consigan importantes mejoras en las propiedades macroscópicas de las matrices con cantidades muy pequeñas de reforzante, lo que hace que la densidad del material no cambie.
¿Y en qué consiste el segundo aspecto nanotecnológico?
El estudio de la interfase polímero/nanocarga a nivel molecular. El trabajo consiste en diseñar experimentos orientados a conseguir una interfase más fuerte que se traduzca en un material con propiedades superiores.
¿Qué material resulta tras su manipulación a escala nano? ¿Qué nuevas propiedades aporta?
El material resultante es un nanocompuesto polimérico con muy bajo contenido en nanocarga pero que tiene mejores propiedades, imposibles de obtener mediante el uso de cargas tradicionales. En nuestro caso, desarrollamos métodos de modificación de la interfase que consiste en unión covalente con el polímero y/o mezclado del polímero con el material carbonoso modificado.
¿Qué aplicaciones podría tener el nuevo material?
Todas aquellas aplicaciones en las que se requieran materiales con muy buenas propiedades mecánicas y estabilidad térmica. Nuestro trabajo se basa en el estudio de las propiedades y las aplicaciones que se desprenden del estudio son potenciales y requieren su desarrollo y escalado en el ámbito industrial. Teniendo en cuenta las mejoras obtenidas, el material puede encontrar aplicación en construcción.
Los nanocompuestos que desarrollamos pueden, igualmente, emplearse en membranas ya que la presencia de nanotubos de carbono y grafeno actúa como barrera para gases. Una aplicación potencial de estos materiales, pero que debe desarrollarse, sería en contenedores de líquidos biológicos.
¿Y alguna de estas aplicaciones tiene salida comercial?
Sí, pero las aplicaciones potenciales necesitan investigarse para tener una idea de la relación costo-beneficio y analizar la posibilidad que tienen estos materiales de competir con aquellos que ya existen en el mercado.
¿Pueden aprovecharse los frutos de su investigación para la mejora de otros polímeros?
Desde luego que sí, sin lugar a dudas. Nuestro trabajo sigue una estrategia general orientada a distintas matrices poliméricas. La clave está en el estudio detallado de la información que tenemos para una determinada matriz polimérica y en el diseño imaginativo de nuevas estrategias sintéticas para conseguir una transferencia efectiva de las propiedades desde la nanocarga a la matriz.
¿Cómo se siente un investigador del CSIC cuando lee o escucha los ataques al PVC con poco o ningún fundamento científico?
Como investigador, mi filosofía se basa en estudiar los sistemas existentes, determinar sus ventajas y desventajas y tratar de mejorar éstas, diseñando y preparando materiales mejores.
Entonces, ¿no las tiene en cuenta?
Las críticas deben tenerse en cuenta, pero dependiendo de las bases en las que se sustentan. Algunas de ellas vienen originadas por el mero desconocimiento, otras pueden originarse como consecuencia de determinados intereses particulares y, muchas otras, pueden tener fundamentos científico/experimentales consistentes. De todos modos, es evidente que las características que estos materiales deben reunir para su comercialización están perfectamente reguladas por la legislación.
El PVC es uno de los polímeros que más se ha empleado a lo largo de los años, tal vez ahora menos que antes. En cualquier caso, es un material bastante tradicional en sus aplicaciones. ¿El uso de la nanotecnología cambiará mucho su forma de aplicarse?
Decididamente, sí. La nanotecnología está teniendo una creciente importancia en áreas como la ciencia de materiales y, especialmente, en el caso de los materiales poliméricos.
¿Y cree que la nanotecnología aplicada al PVC puede influir de alguna manera en facilitar su acceso a aplicaciones en contacto con alimentos?
Sí, aunque, como apuntaba, llevar los resultados obtenidos en el laboratorio a aplicaciones directas requiere del correspondiente desarrollo. De todos modos, los resultados muestran que los nanocompuestos que hemos preparado tienen mayor efecto barrera, lo que tendría incidencia directa en su aplicación como envases para alimentos.
Por otra parte, alguno de nuestros nanocompuestos muestran un aumento significativo en la elongación a rotura, un efecto que en PVC comercial se atribuye a los plastificantes usados, muchos de ellos vistos con recelo desde el punto de vista toxicológico. Por lo tanto, si nuestros nanocompuestos presentan ese efecto, la concentración de plastificantes debería ser muy baja o nula lo que mejoraría la biocompatibilidad.
Una investigación de premio
El trabajo sobre la mejora de las propiedades del PVC a través de la nanotecnología le ha hecho merecedor a Horacio Javier Salavagione del IX Premio Foro Ibérico del PVC al mejor trabajo de investigación sobre PVC en 2011.
El galardón, cuya entrega hizo efectiva Beatriz Meunier, secretaria general del Foro Ibérico del PVC, el pasado 28 de marzo en Terrassa (Barcelona), es para Salavagione “un aliciente y un incentivo”. El proyecto comenzó a ejecutarse el 1 de enero de 2010, aunque anteriormente el equipo ya trabajaba en líneas de investigación relacionadas. Así, según explica el científico, las investigaciones con nanotubos de carbono/grafeno y nanocompuestos poliméricos se iniciaron hace más de cuatro años.
“Personalmente agradezco al Foro Ibérico del PVC (Plastic Europe) y al Centre Català del Plàstic por mantener este premio en la medida que contribuye a estimular el trabajo de jóvenes investigadores. Muchas veces el trabajo de estos últimos no se valora en su justa medida. Por otra parte, sorprende que todavía sea necesario recordar la necesidad de priorizar la investigación, el desarrollo y la innovación como el motor de crecimiento y desarrollo de los países”, explica el investigador del CSIC.