El proyecto europeo 'RecoBar' investiga variedades mejor adaptadas a climas cambiantes
Variedades antiguas y locales de cebada son pieza clave en la adaptación del cultivo al cambio climático
El aumento de las temperaturas, la sequía y los cambios bruscos en la meteorología, las lluvias torrenciales... son factores que evidencian el cambio climático. En este contexto, científicos de nueve centros de investigación europeos ya están experimentando para conseguir la cebada que mejor se pueda adaptar a todas estas condiciones a través del proyecto RecoBar.
El proyecto RecoBar está coordinado por el Doctor Ernesto Igartua, investigador del EEAD-CSIC. Foto: Gozalo F.J.
'Recovering and Exploiting Old and New Barley Diversity for Future-Ready Agriculture', en español 'Recuperar y explotar la diversidad de la cebada antigua y nueva para una agricultura preparada para el futuro' es el nombre y el reto del proyecto RecoBar que ha comenzado a desarrollarse en 2023 y terminará en diciembre de 2025.
Su objetivo es investigar sobre una cebada que en el futuro sea capaz de adaptarse a los climas cambiantes que están por venir. Para ello, RecoBar se centra en explorar y aprovechar la amplia diversidad genética que albergan las variedades de cebada antigua y las cebadas locales para aplicar sus características y su adaptabilidad a la cebada del futuro.
Objetivos de RecoBar
Los principales desafíos que se plantea el proyecto son los siguientes:
- Usar variedades tradicionales para reducir el uso de fertilizantes en las cebadas del futuro. Aprovechar la diversidad existente en variedades antiguas y locales de cebada para ampliar la base genética del cultivo, particularmente en condiciones de bajo nivel de nitrógeno, un elemento esencial para el crecimiento de las plantas. Esto favorecerá la reducción de fertilizantes, repercutiendo en una disminución de la contaminación y un ahorro en los costes de producción.
- Descubrir y explotar genes asociados a la tolerancia a ambientes extremos, favoreciendo la adaptación del cultivo de la cebada a altas temperaturas, sequía, mayores concentraciones de dióxido de carbono o eventos de lluvias torrenciales propiciados por el cambio climático.
- Diseñar ideotipos in silico (plantas ideales modelizadas mediante herramientas estadísticas e informáticas), antes de probarlas en campo, utilizando modelos de crecimiento de cultivos mejorados, aplicados a la predicción genómica (predecir el comportamiento del cultivo a partir de su genoma), con el objetivo de mejorar la adaptación a los futuros agroecosistemas. El empleo de modelos estadísticos permitirá predecir las posibles consecuencias que tendrá el cambio climático en el cultivo de la cebaba, y desarrollar estrategias que las mitiguen.
- Aprovechar el diálogo de la planta con la biodiversidad del suelo con el objetivo de descifrar las asociaciones de la microbiota (hongos y bacterias) de la rizosfera (parte del suelo más próxima a las raíces) con la diversidad de los cultivos y las condiciones ambientales. Los hongos y bacterias presentes en la rizosfera tienen una influencia, en ocasiones determinante, tanto positiva como negativa en el desarrollo de los cultivos. Conocer las especies que lo integran y cómo se ven afectadas por la variedad de la planta o el ambiente en el que se desarrollan, nos ayudará a potenciar aquellos microorganismos beneficiosos para el cultivo.
Próximos pasos
Recobar es un proyecto seleccionado en la convocatoria conjunta FACCE-JPI SusCrop 2021 sobre agrodiversidad en el marco del Espacio Europeo de Investigación. Para su realización cuenta con un presupuesto de 1.755.000 euros hasta diciembre de 2025. Los próximos días 20 y 21 de marzo de 2024 se celebrará en Dublín la primera reunión anual (progress meeting) para analizar los avances conseguidos hasta el momento.
La coordinación del proyecto recae en Ernesto Igartua, investigador de la Estación Experimental de Aula Dei perteneciente al CSIC. También participan ocho socios más de seis países diferentes: Universidad de Tartu (Estonia), University College Dublin (Irlanda), Centro de Investigación de Genómica y Bioinformática-CREA (Italia), Universidad de Milán (Italia), Instituto de Recursos Naturales de Finlandia-LUKE (Finlandia), Universidad de Helsinki (Finlandia), Universidad de Silesia (Polonia) y Universidad de Cukurova (Turquía).