Entrevista a Josep Maria Monfort, Director General del Irta
30 de octubre de 2008
¿Cuál ha sido su primera impresión como nuevo director del instituto?
Entrar en la dirección general del Irta ha supuesto tomar pleno contacto con la auténtica dimensión y potencia que tiene y representa el Irta dentro del mundo agroalimentario, tanto a nivel del propio Irta como con las amplísimas relaciones que mantenemos con instituciones, centros de investigación, administraciones y empresas de nuestro país y de todo el mundo.
Nuestra capacidad científica y la estructura de centros, estaciones experimentales y centros consorciados forman una red de I+D+i que abarca casi todos los ámbitos del sector agroalimentario y nos permite establecer sinergias que se traduce en un enorme potencial y capacidad investigadora con especialistas en cada área de trabajo. En la combinación de ambas radica nuestra fuerza y posibilita mantener un servicio de investigación para el sector y la sociedad caracterizada por la excelencia de los trabajos que llevamos a cabo para empresas y administraciones, tanto a nivel nacional como internacional.
¿Cree que están lo suficientemente comprometidas las administraciones con el I+D+i en materia agroalimentaria a nivel nacional?
Claramente no. El peso de la investigación que surge a partir de fondos nacionales es un fiel reflejo de la invisibilidad que el sector agroalimentario ha tenido hasta ahora. El sector agroalimentario es la primera industria del mercado español y parece invisible. Hemos debido de encontrarnos con una situación de escasez de materias primas y precios desorbitados a consecuencia de especulaciones en mercados de futuros para revisualizar la importancia de la industria agroalimentaria de nuestro país. Ojalá el concepto actual perdure y se vea reflejado en aquella parte de los planes nacionales de I+D+i del ámbito agroalimentario.
A su juicio, ¿es competitivo nuestro país en materia de investigación?
En investigación, somos un país muy competitivo tal y como indican las ratios de publicaciones de nuestros investigadores en revistas científicas que nos sitúan en un nivel muy alto. El problema es de transferencia, es decir, de cómo este conocimiento va más allá del mero círculo de la publicación científica.
¿Qué opina de la clonación animal y de los alimentos transgénicos? ¿Cuál es la filosofía del Irta al respecto?
Con respecto al tema de la clonación para la producción de alimentos, la Comisión Europea ya se ha pronunciado sobre la misma como una técnica no adecuada para esta finalidad. Nuestra institución no hará más que apoyar dicha conclusión y las evidencias científicas que a este respecto existen.
Sobre el tema de los transgénicos, la posición del Irta también es clara y se basa en los mismos principios legales y científicos que para el caso de la clonación, aunque en este caso la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria ha dado un informe favorable a su utilización y cuenta con el respaldo de organizaciones como la Fao o la OMS, entre otras.
¿Cuál es la implicación del Irta con el bienestar animal?
En temas de bienestar animal el Irta lleva trabajando en diversos proyectos sobre el bienestar de los animales en granja, durante el transporte y en el sacrificio. A este respecto, los trabajos de investigación sobre bienestar animal que ya se realizan se verán ampliados con la reciente adquisición de una granja experimental en la localidad leridana de Alcarrás y en la que está previsto dedicar un espacio exclusivo para su investigación.
¿Y con el medio ambiente?
También le dedicamos un notable esfuerzo en muchas áreas. En primer lugar disponemos de un centro consorciado como es el Giro CT (Gestión Integral de Residuos Orgánicos), en el que se trabaja exclusivamente esta temática para minimizar el impacto de las actividades agroganaderas sobre el medio. También dedicamos esfuerzos en investigación a través de nuestra unidad de Ecosistemas Acuáticos, que se han especializado en temáticas como la ecología fluvial o la recuperación de especies en peligro de extinción. Finalmente, existen otros centros que, si bien no se encuentran tan especializados como los anteriormente mencionados, sí trabajan sobre aspectos relacionados con el medioambiente. Es el caso, por poner algunos ejemplos, de las investigaciones sobre biocombustibles a partir de cereales, oleaginosas o algas, o de los estudios para compostaje de la fracción orgánica de los residuos domésticos.
Las verduras, las hortalizas y la fruta ofrecen hoy en día un aspecto inmejorable, sin embargo, su sabor no es el que era. ¿Por qué?
Las necesidades logísticas para la comercialización de los productos citados obligan a efectuar recolecciones tempranas en las que la hortaliza o el fruto no ha permanecido el tiempo suficiente en la planta o el árbol, y de ahí que pueda resentirse su sabor. Por otra parte, los consumidores actuales, en general, priorizan más una presentación impecable del producto que su sabor. Ésta es una vía que deberían aprovechar los productos locales que pueden ofertar ambas cualidades, es decir, buenas presentaciones de producto e inmediatez desde su recolección hasta llegar a los consumidores.
Por otro lado, se encuentran las investigaciones encaminadas a poder ofrecer una mayor cobertura en el grado de conservación de los alimentos vegetales, bien mediante nuevos tratamientos poscosecha, bien mediante diseño de nuevos envases y atmósferas protectoras. Éste es un campo de investigación al que el Irta dedica no pocos esfuerzos e investigadores y que pueden contribuir a mejorar este aspecto.
De todos los estudios realizados este año por el centro, ¿cuál destacaría? ¿Por qué?
Es una pregunta de difícil respuesta ya que en el Irta estamos llevando a cabo más de 250 proyectos de investigación al año. Quizá más que estudios destacaría los proyectos más inmediatos que tenemos previsto llevar a cabo, como es el caso del Fruitcentre, que se dedicará a la investigación en la cadena de valor de la fruta, desde los temas agronómicos, genéticos, de cosecha y poscosecha, presentación, valorización de subproductos, etcétera. O de la nueva estación experimental, a los que podríamos añadir los de la ampliación de nuestro centro de acuicultura, de la Estación Experimental del Ebro, o de Torre Marimón en Caldes de Montbui, futura sede del Irta y que acogerá una parte del Parque de Investigación de la UAB. También son destacables el inicio de construcción del Centro de Investigación en Agrogenómica CSIC-Irta-UAB-UB en el Campus de Bellaterra o el Taller de Cocina Experimental que inauguraremos a finales de este mes en Gimenells (Lleida).
¿Cuál es el principal proyecto en materia alimentaria del centro para 2009?
Existen, en materia alimentaria, un gran número de proyectos de investigación, a cual más interesante, y que afectarán tanto a la oferta comercial de productos como a su presentación. Por destacar alguno de ellos señalaría los trabajos que se están llevando a cabo en conservación en fresco de la carne de vacuno (ProsafeBeef), el de la obtención de jamones con bajo contenido en sal (Truefood), el estudio de las fuentes de contaminación en productos cárnicos crudos picados y preparados de carne, la aplicación de las nanotecnologías en materia alimentaria, las nuevas tecnologías de elaboración y procesado de alimentos para la obtención de nuevos alimentos o la mejora de su procesado, almacenamiento y crioconservación (Cenit-Futural) o la obtención de salazones, escabeches, marinados y patés a base de sardinas, entre otros.
Estos son sólo algunos de los ejemplos de nuestra frenética actividad en el campo agroalimentario y que se traducirán en un futuro próximo en nuevas presentaciones o gamas de alimentos para los consumidores.
¿Y el principal proyecto agrícola?
Uno de los proyectos más relevantes que se están llevando a cabo en el campo agrícola es el denominado Fruit Futur, una Agrupación de Interés Económico conformada por cuatro entidades (Actel, Nufri, Poma de Girona, y Fruits de Ponent) y el Irta, como socio tecnológico. Constituida en 2003 tiene como finalidad obtener nuevas variedades de manzana, pera, melocotón y nectarina, adaptadas a las condiciones de producción locales.
Esta agrupación trabaja en dos líneas de investigación, una para la obtención de semillas de nuevas variedades de manzana y pera, mediante acuerdo con HortResearch de Nueva Zelanda, y la segunda, para obtener nuevas variedades de melocotón y nectarinas, conjuntamente con ASF. Es un proyecto ambicioso que lo que pretende es buscar variedades que agraden fundamentalmente al consumidor. Desde sus inicios, el proyecto ha estado trabajando con 100.000 variedades de fruta de les cuales sólo 10 ó 20 serán las que acabarán prosperando y saliendo al mercado. Además, este proyecto tiene una vinculación directa con el Fruitcentre que se realizará en el Parque de Gardeny, en Lleida, quien también pretende que el sector oriente todas las investigaciones que se realicen alrededor de la cadena de valores de la fruta.
Está previsto que las primeras variedades de melocotón y nectarinas puedan iniciar su comercialización a partir del 2009-2010, y las de manzana y pera a partir del 2011-2012.
¿Cuáles son los retos de futuro del Irta en los próximos años?
Tanto si hablamos a corto, medio o largo plazo, lo primero que hay que hacer es superar la actual crisis económica sin perder talento. Es decir, sin perder aquello que es nuestro capital, y que no es otro que el capital humano, visto como capacidad intelectual. Es nuestro principal activo y que hemos de mantener para no perder capacidad científica.
Por otro lado, debemos consolidarnos como elemento de referencia en el sector, el cual debe vernos como su socio tecnológico. Queremos que las empresas, productores, cooperativas e industrias de transformación, cuando piensen en investigación e innovación, piensen en el Irta.
El tercer reto es el de nuestra internacionalización. Tenemos que estar presentes fuera como medio para absorber tecnología, nuevas ideas y generar dependencia tecnológica.
Perfil
Josep Maria Monfort (Barcelona, 1954) es doctor en Ciencias por la Universitat Autònoma de Barcelona, Investigador A+ del Irta y, hasta el momento actual, Director del ámbito de Tecnología de los Alimentos del Irta. Director de la Red de Referencia en Tecnología de los Alimentos de la Generalitat de Catalunya, Director-coordinador de la Red estatal Centro de Competencia en Productos Transformados de la Carne, Vicepresidente primero del Patronato de la Fundación Centa-Centro Tecnológico (Centro de Nuevas Tecnologías y Procesos Alimentarios), representante del Irta en la Junta Directiva del Safe Consortium, miembro del Consejo Rector de la Plataforma española Food for Life, coordinador científico del proyecto Cenit Futural y Vice-Investigador Principal del proyecto Consolider Carnisenusa. Ha sido también profesor en la Universitat Autònoma de Barcelona, en la Universitat de Barcelona y actualmente es profesor de la Universitat de Girona. Ha colaborado en cursos de masters con 11 universidades españolas y es autor de más de 100 artículos y ponencias científicas.