Oriva y CSIC preparan un estudio sobre los efectos beneficiosos del aceite de orujo de oliva para el alzhéimer
Oriva, marca que representa a la Interprofesional del Aceite de Orujo de Oliva, continúa promoviendo la investigación científica para dar a conocer las propiedades saludables de este producto alimentario de primera calidad.
En colaboración con el Instituto de la Grasa (CSIC), Oriva impulsa el proyecto ‘Protección frente a la enfermedad de alzhéimer mediante la atenuación de la activación de microglía por el Aceite de Orujo de Oliva’, que parte de la hipótesis de que algunos componentes del aceite de orujo de oliva pueden frenar la reacción inflamatoria de las células cerebrales causada por lipoproteínas ricas en triglicéridos.
La enfermedad de alzhéimer se caracteriza por la acumulación cerebrovascular de estas lipoproteínas (depósitos proteínicos enriquecidos en amiloide-beta (Aß)), que activan la microglía, produciendo la liberación de marcadores pro-inflamatorios que provocan el estrés oxidativo en el cerebro. Los investigadores piensan que algunos componentes del aceite de orujo de oliva, por separado o en sinergia, podrían modular este estrés oxidativo y, por tanto, evitar la inflamación celular.
En este sentido, Javier Sánchez Perona, responsable del estudio, especifica: “El principal componente que pensamos que puede tener actividad biológica sobre el alzheimer es el ácido oleanólico. Sin embargo, pensamos que otros componentes como el beta-sitosterol y el alfa-tocoferol pueden contribuir, dadas sus actividades en el metabolismo de los lípidos y la oxidación”. Si se demostrara esta hipótesis, este estudio sentaría las bases para el desarrollo de nuevas aplicaciones del consumo de aceite de orujo de oliva en la salud y, en especial, para la prevención y ralentización de la progresión del alzhéimer.
Este estudio, que durará un año, está a cargo de Javier Sánchez Perona, científico titular del Instituto de la Grasa-CSIC desde el año 2008, y que trabaja en el conocimiento de los mecanismos implicados en el transporte y metabolismo de los lípidos en humanos, así como en las repercusiones de las grasas de la dieta y los compuestos bioactivos de tipo lipofílico sobre procesos patofisiológicos.
La primera fase del estudio se realizará in vitro, en el laboratorio, empleando para ello células de la microglía, que están implicadas en los procesos inflamatorios que tienen lugar durante el desarrollo de la enfermedad de alzhéimer. De obtener resultados favorables, se llevaría a cabo un ensayo clínico en fase II en sujetos en riesgo o con los primeros síntomas de la enfermedad. Con esta investigación, Sánchez Perona aporta valiosos datos sobre los aspectos beneficiosos del aceite de orujo de oliva, aún desconocidos por la población.