El consumo de productos del mar mantiene su tendencia negativa
Entre 2009 y 2018, los precios del pescado y de los productos pesqueros aumentaron a un ritmo de crecimiento medio anual superior al de sus competidores. No obstante, de 2017 a 2018, los hogares de todos los países de la UE (salvo Suecia) aumentaron el gasto en pescado y productos pesqueros. Son datos que se desprenden del informe elaborado por el Observatorio Europeo del Mercado de los Productos de la Pesca y de la Acuicultura (EUMOFA).
El consumo europeo disminuye
En 2017, el consumo aparente de pescado y productos pesqueros en la UE fue de 12,45 millones de toneladas de equivalente en peso vivo, lo cual supuso un descenso del 2% en comparación con el nivel máximo de la década, alcanzado en 2016 (unos 12,69 millones de toneladas).
Esto significa que entre 2016 y 2017, los ciudadanos de la UE consumieron, de media, medio kilo menos de pescado y productos pesqueros, ya que el consumo per cápita descendió de 24,87 kg a 24,35 kg. Los productos de captura salvaje representan tres cuartos del consumo aparente total de pescado y productos pesqueros. En 2017, el consumo per cápita de productos de captura salvaje fue de 18 kg, 360 gramos menos que en 2016, pero similar a la cantidad media de los 10 años anteriores. A pesar de que se produjo un pequeño descenso frente a 2016, el consumo de productos de acuicultura en la EU fue de 6,35 kg per cápita en 2017, un 2% inferior a la media de la década.
Portugal es, con creces, el país más relevante de la UE en lo que concierne al consumo per cápita. En 2017, su nivel de consumo aparente fue más del doble que el de la UE. Dos Estados miembros alcanzaron el máximo de la década: Malta y Dinamarca. En comparación con 2016, el descenso más acusado en términos absolutos fue el de Luxemburgo (-2,6 kg per cápita), mientras que el mayor crecimiento se observó en Bélgica (+2,3 kg per cápita).
Consumo por especies
Los 15 productos enumerados en la Tabla 2 representaron el 73% del consumo aparente en 2017.La mayoría se consumieron menos en comparación con el año anterior. Las únicas excepciones fueron el atún, la caballa y el espadín, que alcanzaron su mayor nivel de consumo desde 2009. Por otro lado, las especies que experimentaron mayores descensos fueron los siluriformes de agua dulce y la sardina.
Atún: Desde 2008, ninguno de los productos de la pesca y de la acuicultura consumidos en la UE había alcanzado un nivel de consumo aparente anual superior a 3 kg per cápita hasta 2017, año en el que el atún alcanzó un pico de 3,07 kg. El consumo de atún se centra, principalmente, en listado y rabil en conserva. Tras el descenso registrado entre 2008 y 2009, causado también por la caída de las capturas españolas, el consumo comunitario de atún siguió una tendencia positiva gracias a un incremento de su disponibilidad, tanto a partir de la producción interna como de las importaciones.
Pescados de fondo: Una quinta parte del consumo de pescado y productos pesqueros de la UE se corresponde con tres especies de pescados de fondo: el bacalao, el abadejo de Alaska y la merluza. El consumo de bacalao siguió una tendencia positiva de 2008 a 2017. Durante la primera mitad de esta década, la media fue de 1,85 kg per cápita, mientras que, durante la segunda mitad, la media fue de 2,32 kg per cápita, debido al aumento de las importaciones procedentes de Noruega, Irlanda, Rusia y China. No obstante, las exportaciones chinas de bacalao consisten fundamentalmente en filetes de bacalao entero/eviscerado de origen noruego o ruso. En cuanto al abadejo de Alaska, el descenso de su disponibilidad en el mercado comunitario en 2009 y 2010 se debió a la reducción de las cuotas de pesca en EE UU (en torno a 950.000 toneladas de media, -35% de 2008). Tras la recuperación de las cuotas de pesca en EE UU en 2011 (con una cantidad de 1.367.000 toneladas), el consumo en la UE volvió al mismo nivel que en 2008, con una media de 1,62 kg per cápita entre 2011 y 2017 y una tendencia ligeramente descendente. El consumo de merluza se ha mantenido estable durante de 2008 a 2017, en torno a unos 950 gramos per cápita, en línea con una tendencia estable de las importaciones y la producción.
Pequeños pelágicos: La disponibilidad de pequeños pelágicos en el mercado comunitario se debe principalmente a la evolución de las capturas a lo largo del tiempo. El arenque es la especia más consumida de este grupo. Entre 2008 y 2017, los ciudadanos de la UE consumieron una media anual de 1,15 kg per cápita de arenque. En cuanto a la caballa, la sardina y el espadín, el consumo per cápita siempre fue inferior a 1 kg durante la misma década.
Salmónidos: El salmón es, con diferencia, la especie de acuicultura más consumida en la UE. En 2017 representó un 35% del consumo aparente total de productos acuícolas. Tras alcanzar el máximo de la década en 2015, cuando llegó a casi 2,30 kg per cápita, su nivel de consumo aparente fue disminuyendo paulatinamente, al igual que las importaciones procedentes de Noruega. El consumo aparente de trucha en la UE se mantuvo en torno a los 400 gramos per cápita desde 2008, siguiendo la tendencia estable de la acuicultura enlos principales Estados miembros productores.
Otros productos: Tras la tendencia ascendente registrada entre 2008 y 2011, el nivel de consumo aparente de camarón y langostino se redujo durante el periodo comprendido entre 2012 y 2017, con una media de 1,50 kg per cápita. El descenso que se produjo entre 2011 y 2012 fue paralelo a la caída de las importaciones de algunos de los proveedores principales de la UE (Vietnam, Tailandia, Indonesia, Argentina, Groenlandia). Tras el salmón, el principal producto de acuicultura consumido en la UE es el mejillón, procedente principalmente de la producción española. De hecho, la recuperación del consumo de mejillón que comenzó en 2014 se debió a la recuperación de la acuicultura en España, tras la caída causada por la ‘marea roja’ o proliferación de algas de 2013. El consumo aparente de calamar y pota en 2017 fue el más bajo desde 2008, con 674 gramos per cápita, lo que refleja el descenso global de la producción. En 2017, el consumo aparente de surimi en la UE experimentó uno de los niveles más bajos de la última década, con 534 gramos per cápita, siguiendo la tendencia descendente de las importaciones procedentes de Vietnam. El descenso de las importaciones procedentes de Vietnam también contribuyó a la tendencia descendente del consumo aparente de siluriformes de agua dulce (principalmente panga) que continúa desde el 2013. En 2017, alcanzó 365 gramos per cápita, registrando un descenso del 27% frente al año anterior.
Gasto en los hogares
El gasto de los hogares de la UE en pescado y productos pesqueros siguió una tendencia ascendente de 2009 a 2018, cuando alcanzó 59.300 millones de euros, lo que supuso un aumento del 3% frente a 2017 y del 24% en comparación con 2009. En 2018, los hogares de todos los países comunitarios gastaron más en pescado y productos pesqueros que en 2017, a excepción de Suecia. En términos absolutos, el mayor incremento del gasto total se registró en España, donde creció más de 400 millones de euros (+4%). Italia siempre ha sido el Estado miembro con mayor nivel de gasto total y Portugal el país con mayor gasto per cápita. Cabe destacar que la cantidad dedicada a la compra de pescado y productos pesqueros en Portugal (359 €) fue tres veces superior a la cantidad media de la UE (115 €).
El pescado frente a otros productos
El gasto en pescado y productos pesqueros no supera al gasto en carne en ningún país de la UE. Desde 2009, a nivel comunitario, los hogares han dedicado a la compra de pescado y productos pesqueros un cuarto de la cantidad que gastan en carne (226.000 millones de euros en 2018).
Portugal es el Estado miembro en el que ambas categorías se encuentran más equilibradas: en 2018, el gasto en pescado y productos pesqueros representó el 45% del gasto total. Los desequilibrios más pronunciados se pueden observar en dos países de interior: Hungría (5% de gasto en 2018) y la República Checa (9%). En Italia, España y Francia se observan diferentes tendencias. En 2018, el gasto en pescado y productos pesqueros en Italia fue tres veces inferior al gasto en carne; en España, dos veces inferior; y en Francia, cuatro veces inferior.
Entre 2009 y 2018, los precios al consumo de pescado y productos pesqueros aumentaron una media del 3% al año, lo cual supone un índice de crecimiento superior al registrado para los precios de la carne (+1%) y otros alimentos en general (+2%). Cabe destacar que entre 2011 y 2013, los índices de crecimiento de los precios del pescado y productos pesqueros, la carne y otros alimentos en general aumentaron a ritmos similares, pero a partir de 2014 se distanciaron. De hecho, el del pescado y los productos pesqueros registró un aumento considerable y, en 2018, ascendió un 12% con respecto a 2013. Durante el mismo periodo, los precios de la carne y otros alimentos también ascendieron, pero en menor medida.
Es importante subrayar que, en 2018, en comparación con el año anterior, los gastos en pescado y productos pesqueros aumentaron a mayor velocidad (+2,7%) que la inflación del pescado y los productos pesqueros (+2,2%). Sin embargo, no sucedió lo mismo en 2017, cuando el aumento del gasto (+1,8% frente a 2016) fue más lento que la inflación (+3,6%). Esto sugiere que los hogares de la UE compraron más pescado y productos pesqueros en 2018 que en 2017, mientras que entre 2016 y 2017 el aumento del gasto estuvo principalmente relacionado con los efectos de la inflación, lo cual se confirma con la disminución del consumo aparente comunitario de productos pesqueros y acuícolas entre 2016 y 2017, calculado por EUMOFA.
España, el principal consumidor de productos frescos
EUMOFA ha realizado un análisis del consumo de pescado y productos pesqueros frescos en los hogares en 12 Estados Miembros de la UE: Alemania, Dinamarca, España, Hungría, Irlanda, Italia, los Países Bajos, Polonia, Portugal, Suecia y el Reino Unido. Juntos, estos países representaron el 86% del gasto comunitario total en productos de la pesca y de la acuicultura en 2018.
El consumo total de frescos en los hogares delas naciones mencionadas descendió en más de 56.000 toneladas y 275 millones de euros con respecto a 2017. Esta evolución confirma la tendencia descendente del volumen de los años anteriores (-2% en 2016 y -3% en 2017). El pescado se encuentra entre los productos alimentarios más afectados por las fluctuaciones del poder adquisitivo de las familias.
No obstante, existen excepciones que demuestran la orientación del consumo hacia productos que aportan al consumidor una garantía de disponibilidad a lo largo de todo el año y comodidad. Entre los productos frescos, algunas especies, principalmente de acuicultura, cumplen estos criterios y han registrado un aumento en su demanda en 2018: la dorada y el salmón son los mejores ejemplos. De hecho, el consumo de salmón aumentó en todos los Estados miembros analizados, y el de la dorada aumentó en los tres principales Estados miembros de los cuatro analizados.
Los descensos de volumen y valor registrados en 2018 estuvieron relacionados con las tendencias negativas registradas en los tres principales consumidores (España, Italia y Francia), que representan el 80% del volumen total de los productos pesqueros frescos consumidos en los hogares en los 12 países analizados. La especie que más contribuyó a este descenso fue la merluza, que cayó un 13% en España y un 5% en Francia e Italia, en línea con el descenso del TAC comunitario (-7% en el Atlántico y el mar del Norte en 2018).
Asimismo, el bacalao registró un descenso en cuatro de los ocho países observados: Alemania (-9%), Francia (-7%), Suecia (-2%) y los Países Bajos (-1%). Entre las especies más consumidas, la sardina registró un descenso en dos de los tres países analizados: Portugal (-11%) y España (-1%).
De este modo, el consumo de pescado y productos pesqueros frescos en los hogares en España es, con diferencia, el mayor de la UE: en 2018 fue prácticamente 70.000 toneladas más alto que en Italia y Francia juntos. No obstante, lleva en descenso desde 2014. Entre 2017 y 2018 cayó en 28.050 toneladas y 183 millones de euros, principalmente debido al descenso del consumo de merluza, que disminuyó hasta alcanzar su menor cifra en cinco años: 88.091 toneladas y 685 millones de euros. De entre las especies más consumidas, el salmón fue la única que mostró una tendencia positiva, aumentado un 6% en volumen y un 4% en valor con respecto a 2017 y alcanzando las 47.747 toneladas y los 501 millones de euros.
Principales especies frescas consumidas en los hogares españoles. Fuente: EUMOFA, basado en datos del Europanel.