La portuguesa Brasmar adquiere La Balinesa
La Balinesa, empresa familiar española que se dedica a productos del mar refrigerados, situada en La Antigua (León) ahora forma parte del porfolio de Brasmar. Con esta adquisición, la empresa portuguesa fundada en 2003 entra en un nuevo segmento de negocio y diversifica su ya amplia gama.
Jesús Llamas, fundador de La Balinesa, continuará ligado durante el tiempo necesario para asegurar la transición de las operaciones de la empresa, asegurando la transmisión del legado histórico de la misma.
Para asumir el liderazgo del negocio de refrigerados en España, Brasmar contará con David Casañ Gil, un profesional con elevado know how en el sector, con más de 20 años de experiencia en diferentes áreas de gestión. Así mismo David también será el COO del grupo Brasmar, haciéndose cargo de toda el area de Operaciones y Supply Chain de la compañía. “Esta adquisición fortalece aún más a Brasmar y, en consecuencia, a su posición ibérica. Queremos llegar aún más lejos en el mercado español”, afirma el directivo. “La Balinesa destaca en los productos ahumados premium, como el salmón y el bacalao, así como por la excelencia de todos sus productos”, añadió.
Brasmar comercializa más de 200 tipos de productos del mar congelados, siendo la única empresa en Portugal que cuenta con tan amplia variedad. Entre su oferta destacan el bacalao, en cuya transformación y comercialización Brasmar tiene un rol relevante, además del camarón y el pulpo. Este último supone una apuesta estratégica en la especialización en el área de los cefalópodos y ha sido distinguido en Portugal, durante tres años consecutivos, como el Sabor del Año. En 2018, la facturación de Brasmar ascendió a los 195 millones de euros, después de que en 2017 superara los 164 millones de euros. La internacionalización es también uno de los pilares estratégicos de la compañía, tanto que el 53% del volumen de negocios de esta, está destinado a la exportación.
“El posicionamiento de referencia de La Balinesa y su ubicación privilegiada fueron dos de los motivos que despertaron el interés de Brasmar”, avanzó David Casañ Gil. A pesar de estar lejos de los grandes centros industriales, la compañía española está ubicada cerca de Benavente, lo que le permite servir a sus clientes en menos de 24 h a cualquier punto de la Península Ibérica y en 72 h para el resto de Europa.
Esta adquisición supondrá una mayor cooperación entre los dos mercados - Portugal y España.