Salud y luz: limpia, energéticamente eficiente y centrada en las personas
La luz es el nombre que recibe generalmente el espectro comprendido entre la radiación ultravioleta y la infrarroja, que desencadena la percepción humana del brillo y el color. La mayoría de las personas ven la luz con una longitud de onda de entre 400 y 780 nanómetros. Esto se aplica tanto a la luz solar natural como a las fuentes de luz artificiales. No son visibles para el ojo humano las longitudes de onda de la radiación ultravioleta, rica en energía, y la radiación térmica conocida como radiación infrarroja. Ambas están por debajo y por encima del espectro visible.
Una vieja tecnología que se revaloriza
La radiación UVC, que se sitúa por debajo del espectro de la luz visible y tiene una longitud de onda de entre 100 y 280 nanómetros, se utiliza desde hace tiempo para la purificación y desinfección en la industria alimentaria, en el tratamiento del agua potable y en los quirófanos. Hasta ahora, esta radiación se producía mediante lámparas UV de vapor de mercurio.
La dosis es decisiva para la eficacia de la radiación UVC: debe ser lo suficientemente grande y tener el tiempo suficiente para dañar el ADN de los virus, las bacterias y los microorganismos para que no puedan sobrevivir. Para garantizar que este efecto sólo se produzca donde se requiere, la radiación debe tener lugar en un entorno blindado. De lo contrario, la radiación puede ser perjudicial para los seres humanos.
La pandemia del COVID-19 ha dado un nuevo impulso a esta tecnología con los dispositivos de desinfección UVC que se utilizan en la lucha contra el virus. El resultado: los fabricantes se ven inundados de pedidos de este tipo de equipos, al tiempo que los ámbitos de aplicación se han ampliado enormemente. Los sistemas de esterilización con luz UVC se utilizan en escuelas, guarderías, autobuses y aeropuertos. Se han realizado estudios con sistemas de filtrado de aire en los techos de los centros comerciales. Actualmente se está trabajando en una nueva generación de lámparas UVC fabricadas con LEDs UVC.
Efectos positivos sobre el ritmo circadiano con la tecnología LED
En la planificación de la luz biológica se utiliza otra banda de ondas de luz. Este enfoque, también conocido como Human Centric Lighting (HCL), se centra en el efecto físico de la luz sobre las personas. La composición espectral de la luz cambia a lo largo del día y el organismo reacciona a ello. El alto contenido en azul de la mañana activa y vigoriza antes de ser menos pronunciado por la tarde. A continuación, la luz es más cálida, lo que ayuda a las personas a relajarse, por lo que se produce un cansancio natural.
Estos conocimientos se emplean bien en el HCL. El uso de la luz en un edificio depende en gran medida de los usuarios y de la finalidad del mismo. Si, por ejemplo, se utiliza para la enseñanza, es decir, una escuela o universidad, la necesidad es de concentración, que se ve reforzada por una luz con mayor contenido de azul. Una luz similar se requiere también en las salas de tratamiento de los hospitales. En cambio, en el caso de los pacientes que se recuperan, es necesaria una luz más cálida para una convalecencia óptima.
Los distintos grupos de destinatarios también tienen expectativas diferentes. Por ejemplo, las personas mayores necesitan más luz que los jóvenes. Además, las normas industriales se aplican a los lugares de trabajo en edificios de oficinas o fábricas y hay que tenerlas en cuenta a la hora de planificar la iluminación. Sobre esta base, se elaboran conceptos orientados al objetivo con el fin de crear un entorno de trabajo estimulante.