La calidad en las instalaciones de iluminación
El pasado 16 de mayo, se celebró el día internacional de la luz por la UNESCO, así que quería empezar este post recordándolo, y destacando que poco a poco se va dando a la luz y la iluminación la importancia que tiene en nuestra vida: regula nuestro organismo a través del reloj biológico, cerca del 80% de la información que percibimos lo hacemos a través de la vista, así que, ¡¡enhorabuena por el reconocimiento!!
Hoy quería hablar de la importancia en la calidad de los productos de iluminación en nuestros proyectos. Haciendo un poco de historia, se puede realizar una división clara en los productos de iluminación: la etapa pre-LED y la etapa LED. En la primera etapa, los fabricantes de luminarias eran relativamente pocos y eran independientes de la lámpara que se empleara, ya que los fabricantes de lámparas disponían de modelos equivalentes que podían ser usados indistintamente. Hoy, tras la invasión del LED, los fabricantes - distribuidores - importadores se han multiplicado por mucho, con lo que la competencia es feroz, se ha entrado en una guerra de precios que está contaminando el mercado, dejando a veces de lado la calidad, y eso se acaba pagando. Debemos ser conscientes que el coste de instalación representa menos del 10% del coste total de una instalación de iluminación, considerando todo su ciclo de vida. Los costes de explotación (energía, mantenimiento…) superarán de largo los costes de adquisición e instalación.
Y mientras, estos nuevos proveedores ofrecen el oro y el moro a unos precios inexplicablemente bajos, ofreciendo eficacias no demostradas, garantías de nosecuantos años y una calidad de producto inigualable… Y ocurre que al cabo de un tiempo ese proveedor deja de existir y no hay a quien pedir explicaciones cuando la instalación comienza a dar problemas, y quien lo sufre es el usuario final de la instalación: el niño que está en un aula estudiando, el trabajador de una fábrica o un conductor que circula por una calle, por ejemplo...
Si un producto de calidad tiene un precio determinado, es debido a que es un producto con garantías, que se ha diseñado y fabricado con componentes que responderán a las exigencias a lo largo de la vida útil del mismo. Si un producto “equivalente” se vende a un precio sensiblemente inferior será por alguna razón, y tarde o temprano se acabará pagando… Y cuando pidamos explicaciones, es probable que no haya nadie para respondernos.
Exijamos calidad, con la luz no se juega…