Cómo profesionalizar una empresa familiar en 5 pasos
En las empresas familiares normalmente nos preocupamos mucho por el relevo generacional y por los problemas vinculados a la relación familia-empresa, porque suelen ser los que más impacto tienen en la continuidad, y dejamos en un segundo plano la profesionalización del negocio, algo que, no obstante, también es muy importante para el futuro de la empresa familiar.
Para lograr una gestión profesionalizada tenemos que evolucionar hacia un modelo de negocio basado en la planificación estratégica, la gestión por objetivos y el trabajo en equipo y adoptar un enfoque claro hacia la obtención de resultados y la eficiencia. Esto requiere tomar distintas medidas de diferente calado en el seno de la empresa. Para orientaros y animaros a dar los primeros pasos que os ayuden a comenzar a profesionalizaros, hemos simplificado el proceso en cinco pasos iniciales, que explicaremos a continuación brevemente.
1. Redactar un Protocolo familiar
Durante el proceso de Protocolo familiar la familia empresaria define el escenario de continuidad y de visión compartida, consensúa las normas que regirán la relación familia-empresa en el futuro, prepara un diagnóstico de sus puntos fuertes y débiles, elabora un mapa de riesgos y, con todo ello, obtiene un Plan Estratégico Familiar con los objetivos y los pasos a dar a partir de ahora. Por estos motivos, a pesar de que el Protocolo familiar se utiliza principalmente para regular el relevo generacional, también es una herramienta muy útil para iniciar la profesionalización de la empresa familiar y es el primer paso que os recomiendo dar.
2. Poner en marcha los órganos de gobierno acordados
A continuación, para avanzar hacia una gestión más profesionalizada es fundamental poner en marcha de manera formal los órganos de acordados en el Protocolo familiar o, si ya disponemos de ellos, asegurar que actúan de forma efectiva. Es muy importante evitar confundir los roles y que, a partir de ahora, tomemos las decisiones de empresa y estrategia empresarial en el órgano de administración; las de familia, en el Consejo de Familia; y los asuntos relativos a la propiedad, en la Junta General de Socios o de Accionistas.
3. Apostar por la formación del equipo y de los propietarios
Para ser más profesionales, necesitamos un equipo competente, formado y capaz de lograr los objetivos marcados desde la dirección. Esto conlleva velar para que todos los que trabajen en el negocio, y con más razón si cabe los familiares, tengan la experiencia y los conocimientos necesarios para poder ejercer bien su cargo y, en caso de que no sea así, promover que se formen y se actualicen para lograr un mejor desempeño, tanto en hard skills como en soft skills.
Por otro lado, en empresa familiar es importante cuidar de la educación de la propiedad como dueños responsables. Para asegurar que los socios o accionistas y los futuros socios o accionistas actúan de forma profesional, es recomendable que reciban formación como propietarios responsables de un negocio familiar, aunque no trabajen en el negocio.
4. Incorporar a los mejores profesionales, sean o no de la familia
En cuarto lugar, llega el momento de establecer un proceso de selección que evalúe de forma objetiva la formación, la experiencia y las competencias para contratar a los mejores profesionales que nos podamos permitir, para que aporten valor y complementariedad, aunque ello conlleve dejar fuera a miembros de la familia.
Sé que a muchas familias empresarias les resulta difícil dar este paso e incorporar a profesionales no familiares para que dirijan la empresa familiar o para que ocupen los puestos de máxima responsabilidad y en el órgano de administración, que hasta ahora estaban reservados a la familia. Sin embargo, esto es clave para evolucionar hacia una estructura de gobierno corporativo más profesional, en la que el apellido deje de pesar más que los resultados, para lograr una mayor eficiencia.
5. Otras iniciativas para profesionalizar la gestión
Y llegamos al último punto, que es común en las empresas familiares y las no familiares. Hay distintas medidas que podemos implementar para profesionalizar la gestión del negocio, como elaborar un cuadro de mandos, implementar un software ERP, sistematizar y estandarizar procesos internos, digitalizar el negocio, diseñar, poner en marcha un programa de incentivos por objetivos, definir y seguir un Plan Estratégico Empresarial... Esto es algo que tendremos que valorar y estudiar ad hoc, en función del tamaño y complejidad de cada empresa familiar y de cada sector, para decidir qué necesitamos y qué ponemos en marcha en función de su coste-beneficio.