Entre los objetivos, satisfacer la creciente demanda de alimentos basados en proteínas vegetales
El IRTA participa en el proyecto Favaprot para impulsar el cultivo de habas en Cataluña
El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) participa en el nuevo proyecto Favaprot, una iniciativa liderada por la plataforma Nactiva que apuesta por el cultivo de habas como fuente local y sostenible de proteína vegetal en Cataluña. Se ha creado un grupo operativo que reúne a actores clave de toda la cadena de valor agroalimentaria, desde agricultores hasta distribuidores. Para el desarrollo de esta fase, Favaprot ha logrado una subvención de la Generalitat de Catalunya valorada en 283.000 euros.
El proyecto Favaprot ha llevado a cabo ya su primera siembra experimental con 12 variedades de habas en La Tallada d’Empordà (Baix Empordà), Fornells de la Selva (Gironés) y Sucs (Segrià) con buenos resultados en la germinación de las distintas variedades.
Además, se han establecido 6 parcelas demostrativas también en Girona y Lleida para evaluar la adaptabilidad de las habas en diferentes condiciones agroclimáticas. Los trabajos se completan con la realización de ensayos para establecer las mejores fechas y densidades de siembra para optimizar la producción y mejorar la sostenibilidad del cultivo.
Estos territorios han sido seleccionados estratégicamente para evaluar el rendimiento de distintas variedades comerciales y experimentales de habas y desarrollar prácticas agrícolas innovadoras que impulsen la sostenibilidad y competitividad del sector.

Tras un primer estudio, las habas fueron seleccionadas como el cultivo principal del proyecto por sus múltiples ventajas: un elevado contenido proteico (entre 20% y 30%) con un perfil rico en lisina, su capacidad para fijar nitrógeno atmosférico -que mejora la salud del suelo y reduce la necesidad de fertilizantes químicos- y su menor huella de carbono en comparación con otros cultivos de invierno. Además, el cultivo de habas contribuye a diversificar las explotaciones cerealísticas, aumentando su sostenibilidad y presenta bajas emisiones de gases de efecto invernadero.
Un equipo multidisciplinar
Favaprot cuenta con un grupo operativo diverso y altamente capacitado, donde cada miembro aporta su experiencia y conocimientos específicos para garantizar el éxito del proyecto:
- Nactiva, como coordinador general, supervisa todos los aspectos técnicos, financieros y administrativos del proyecto, garantizando su correcto desarrollo.
- Actel lidera el proyecto y coordina la producción agrícola, asegurando una gestión eficiente y sostenible de los cultivos.
- El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) se encarga de los ensayos de campo y desarrolla metodologías innovadoras para el procesamiento de proteínas, contribuyendo a la investigación y la innovación.
- Semillas Fitó, con su experiencia y alcance como empresa multinacional, aporta semillas comerciales y experimentales adaptadas al entorno agroclimático catalán, esenciales para optimizar el rendimiento del cultivo de habas.
- Ametller Origen y Flax & Kale desempeñan un papel clave en la identificación de oportunidades de mercado y la adaptación de los productos a las demandas de los consumidores.
- Akis International facilita la transferencia de los resultados del proyecto al sector agroalimentario, promoviendo su aplicación práctica.

A lo largo de 2025, el proyecto avanzará en la evaluación de los cultivos en las zonas seleccionadas.
Reducir la dependencia de las importaciones
Favaprot responde a desafíos globales y locales relacionados con la sostenibilidad agrícola y la producción de proteínas alternativas, en un contexto donde se prevé que la población mundial roce los 10.000 millones de personas en 2050, duplicando la demanda de proteínas animales.
España, actualmente dependiente de las importaciones de proteínas vegetales, necesita promover cultivos locales como las habas para garantizar la soberanía alimentaria y abastecer a la industria alimentaria nacional. Este esfuerzo también busca satisfacer la creciente demanda de alimentos basados en proteínas vegetales, especialmente entre consumidores vegetarianos, veganos y flexitarianos. Frente a alternativas como la soja o el guisante, las habas destacan por sus propiedades organolépticas (sabor y textura) y su sostenibilidad, consolidándose como una opción local, nutritiva y de alto valor para la transición hacia una dieta más sostenible.
A lo largo de 2025, el proyecto avanzará en la evaluación de los cultivos en las zonas seleccionadas, perfeccionará las prácticas agrícolas para maximizar su sostenibilidad y eficiencia y desarrollará métodos de extracción de proteínas a escala piloto.