El precio en el mercado libre aumenta en pocas semanas hasta los 200 euros/t

Debido a las abundantes precipitaciones, muchas patatas aún no se han cosechado en cuatro de los principales países productores de la Unión Europea. El periodo de recolección fue demasiado corto para que las patatas se almacenaran en buenas condiciones. A raíz de estas circunstancias se prevé que los contratos para la próxima campaña tengan en cuenta los mayores riesgos y costes de este cultivo. Existe preocupación por la disponibilidad de patata de siembra de cara a la primavera de 2024.

Tras un verano suave en general en Europa, el rendimiento del cultivo de patata ha sido bueno en la mayoría de los países comunitarios. En la UE-4 (Alemania, Bélgica, Francia y Países Bajos) se ha alcanzado un rendimiento medio provisional de 45,8 t/ha. Esto supone un aumento del 6,3% en comparación con el año pasado. Junto con el incremento de la superficie, la producción total en la UE-4 se estima en 23,6 millones de toneladas (22,9 Mt en 2021).

Por el momento, las estimaciones reflejan que se han cosechado unos 22,2 Mt, por lo que quedan aproximadamente 1,4 Mt por recoger en el campo. La agrupación North-Western European Potato Growers (NEPG) que conforman estos 4 países no especula sobre cuánto se cosechará todavía, pero cree que parte de la cosecha se ha perdido "definitivamente".

La NEPG prevé una disminución del 20% en la disponibilidad de patata de siembra para 2024.

Las malas condiciones meteorológicas del mes de octubre paralizaron las actividades de recolección tras sólo 3 semanas después de que comenzaran. Además, a mediados de noviembre se registraron precipitaciones de hasta 250 mm que provocaron inundaciones. El norte de Francia, el oeste de Bélgica y las regiones costeras de Holanda fueron las zonas más afectadas. La mayor parte de las parcelas que quedan por cosechar se encuentran en Holanda (15%) y Bélgica (11%). Los costes que ha provocado la climatología adversa (cosecha, lavado, secado y almacenamiento) son elevados.

Según la NEPG, "el año 2023 nos está recordando que la producción de patatas es cada vez más difícil, arriesgada, cara y estresante. El tiempo a finales de primavera y principios de verano (seco y caluroso) es síntoma del cambio climático. Las abundantes lluvias de finales de verano y otoño volvieron a mostrar en qué se están convirtiendo los patrones climáticos. Los contratos para la próxima campaña deben tener en cuenta estos riesgos".

Por otro lado, los agricultores están preocupados por su superficie sin cosechar. De hecho, algunas patatas no pueden sacarse de la tierra. "Las patatas que permanecen en condiciones anaeróbicas pueden pudrirse y las que se cosechen, posiblemente tengan problemas de calidad y no se puedan almacenar, lo que conllevará que algunos contratos no llegarán a cumplirse", señala la NEPG.

Las difíciles condiciones en las que se está desarrollando la cosecha afectan obviamente al mercado. Tras un breve periodo de exceso de oferta, ahora nos encontramos en una situación de menor disponibilidad. En cuestión de semanas, la cotización de la patata en el mercado libre subió de 80 a 200 euros por tonelada. La demanda de patatas sanas y secas es alta, tanto para la industria como para la exportación.

En las próximas semanas se sabrá cuántas patatas se pueden acabar cosechando todavía en la presente campaña. Puede haber una oferta temporal de lotes húmedos, pero no hay motivos para que los precios bajen a largo plazo. La entrega anticipada de contratos podría incluso provocar escasez a largo plazo (primavera de 2024).

En lo que respecta a la producción de patata de siembra, existe cierta preocupación por la disponibilidad de semillas para 2024. Este año se han cultivado menos hectáreas (94.100 ha, un 6,6% menos respecto a 2022), y se han obtenido menos tubérculos y de mayor tamaño de lo habitual, y más semillas de calidad inferior en el Benelux, la India y la República Checa.

En el Benelux, Francia, Alemania, Dinamarca y Escocia se prevé una disminución del 20% en la disponibilidad de patata de siembra para 2024. No obstante, como indica la NEPG, "los productores de patatas de siembra deberían ser los primeros en beneficiarse del aumento de precio anunciado para la próxima campaña".