Grupo AN factura un 7,47% más en el ejercicio 2022/2023
El Grupo AN cuenta ya con 171 cooperativas socias en 8 comunidades autónomas.
El Grupo AN creció en facturación, beneficios, recursos propios y empleo en el ejercicio comprendido entre el 1 de julio de 2022 y el 30 de junio de 2023, un periodo marcado por la incertidumbre geopolítica, la volatilidad de los precios y una climatología adversa para algunas de sus actividades. La cooperativa agroalimentaria, cuya sede central se encuentra en Tajonar (Navarra), ha celebrado su Asamblea General anual en el Hotel Castillo de Gorraiz.
Más de 300 personas, entre representantes de las cooperativas socias, personal del Grupo AN e invitados institucionales, han participado en el evento, en cuya clausura ha intervenido la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite. También ha acudido el consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del ejecutivo regional, José María Aierdi.
Como han expuesto en el transcurso de la Asamblea General el presidente del Grupo AN, Francisco Arrarás, y el director general de la compañía, Alfredo Arbeloa, el Grupo AN aumentó un 7,47% su facturación, pasando de 1.571 a 1.689 millones de euros. Esto ha venido motivado por el aumento de la actividad con las cooperativas socias y por la subida generalizada de los precios. También crecieron los beneficios de la empresa: en concreto, un 2,3 %, alcanzando los 10,92 millones de euros, la mayor parte de los cuales se reparten a las cooperativas socias.
Durante el periodo analizado, el Grupo AN, que cuenta con 171 cooperativas socias en las que se integran cerca de 35.000 agricultores y ganaderos, ha seguido creando nuevos puestos de trabajo: ha pasado de 1.927 a 1.983 trabajadores, aumentando la plantilla casi un 3%. Se trata, como ha afirmado el presidente del Grupo AN, Francisco Arrarás, de un indicador muy destacado: “Es ahí donde queda patente nuestro compromiso con el desarrollo rural, la lucha contra la despoblación y la generación de riqueza para mantener vivos nuestros pueblos. Las cooperativas y las industrias agroalimentarias jugamos un papel fundamental en el desarrollo y la vertebración de la sociedad, en general, y de la sociedad rural, en particular”.
En conjunto, son cifras positivas en un entorno muy complicado, como ha resaltado Francisco Arrarás: “Nosotros, que nos dedicamos a la agricultura y la ganadería, lo hemos sufrido en primera persona: inestabilidad de los costes de producción, como los de la energía y los suministros agrarios, inestabilidad en las materias primas y la imposibilidad, en muchas ocasiones, de repercutir ese aumento de los costes al resto de la cadena”. Por eso, ha pedido el compromiso de las administraciones: “Necesitamos inversiones en el medio rural, servicios, ayudas a los jóvenes que quieran ejercer la profesión, que se nos deje trabajar sin trabas. Las leyes nos deben ayudar a desarrollar nuestra profesión, compartiendo los valores que todos tenemos en mente: sostenibilidad, medioambiente, salud y, desde luego, rentabilidad”.