Campaña de divulgación de las organizaciones agrarias
Agricultores y ganaderos acuden al bono digital para aplicar el CUE en sus explotaciones
Los autónomos y empresas agropecuarias de menos de 50 trabajadores ya pueden pedir las ayudas del Kit Digital a través de la sede electrónica de Red.es y tienen de plazo hasta el 31 de diciembre de 2024.
El Cuaderno Digital de Explotación Agrícola (CUE) está centrando el interés de los agricultores y ganaderos por las ayudas del Kit Digital que pueden solicitar desde esta semana, si bien el bono también sirve para digitalizar sus explotaciones.
La convocatoria de este programa, que está financiado por los fondos europeos de recuperación y pretende mejorar la competitividad de las pequeñas y medianas empresas (pymes), cuenta con un presupuesto inicial de 100 millones de euros.
Los autónomos y empresas agropecuarias de menos de 50 trabajadores ya pueden pedir las ayudas a través de la sede electrónica de Red.es y tienen de plazo hasta el 31 de diciembre de 2024.
La aplicación del cuaderno de campo digital se realizará de forma progresiva a partir del 1 de septiembre de 2024 y a partir del 1 de septiembre de 2025.
Distintas organizaciones agrarias que han recibido subvenciones para difundirlo y prestar asesoramiento coinciden en que la principal consulta está siendo la de cómo emplear el bono para implementar el cuaderno de campo digital.
Aunque ya es voluntario, este instrumento creado en el marco de la nueva Política Agraria Común (PAC) comenzará a aplicarse de manera progresiva a partir de septiembre de 2024 y de manera obligatoria para todas las explotaciones desde septiembre de 2025, salvo algunas exenciones en el caso de los pequeños agricultores, según un proyecto de decreto sometido recientemente a consulta pública.
Más opciones de digitalización
El técnico de ASAJA, Álvaro Pérez, explica que el Kit Digital puede contribuir a “automatizar y hacer más sencillo” el cuaderno digital, en el que los productores van anotando datos sobre sus explotaciones con el fin de compartirlos con las administraciones y sacar provecho de ellos.
ASAJA está difundiendo el proyecto a través de las redes sociales y una página web específica, al tiempo que ha puesto a disposición de sus socios las oficinas técnicas provinciales y un punto de información.
Pérez añade que cuentan con agentes digitalizadores en contacto directo con los productores que les ayudan con la tramitación y que el bono también se puede invertir en mejorar la gestión de las explotaciones o la venta por internet.
Como en otras convocatorias, la cuantía de las ayudas es diferente en función del número de trabajadores: 2.000 euros si son autónomos o compañías de hasta dos empleados, 6.000 euros si tienen entre 3 y 9 personas en plantilla; y 12.000 euros para empresas de 10 a 50.
Las comunidades de bienes, explotaciones agrarias de titularidad compartida y las sociedades mercantiles interesadas deberán estar inscritas en el censo correspondiente de la Agencia Tributaria o su equivalente de la administración foral, con una antigüedad mínima de seis meses.
Asesoramiento personalizado
La organización agraria COAG ha iniciado igualmente su campaña de divulgación de este bono y establecido puntos de información, gestión y asesoramiento personalizado a través de su oficinas locales.
Además, organizará encuentros formativos con el experto en agricultura de precisión Marcos Esteve, que compartirá sus conocimientos y los resultados de la gestión basada en datos en su explotación de cereales.
El técnico de UPA y responsable de su programa del kit digital, Javier Alejandre, insiste en la oportunidad de “digitalizar un sector poco digitalizado y con poco acceso a la información“ mediante un trámite ”no demasiado complicado”.
La organización ha llevado a cabo más de 60 jornadas y asesorado de forma individual a unos 6.000 productores, además de desarrollar servicios de acompañamiento y dar información a los socios que, por ejemplo, han pasado por sus oficinas para solicitar la PAC.
Alejandre asegura que las necesidades son “diferentes“ en función de los territorios y han querido ”acomodar las opciones a las necesidades más importantes, que tienen como nexo común el cuaderno de campo”.
Por ejemplo, un agricultor de Almería puede estar más interesado en la gestión de invernaderos, la humedad del suelo o el control de plagas, mientras que un ganadero de Galicia puede emplear el bono en comprar collares con GPS para sus animales de extensivo o para automatizar una granja de leche.
Aplicaciones móviles para conectar la maquinaria a internet, sistemas de mapas de rendimientos, siembras y optimización del uso de fitosanitarios, fertilizantes y agua; y dispositivos para controlar las explotaciones son otras de las opciones.
Los beneficiarios del bono deberán seleccionar uno o varios agentes digitalizadores con los que desarrollar las soluciones que mejor se adapten a sus necesidades, para lo que disponen de un catálogo de más de 10.700 agentes.
Otra novedad es la figura del “representante voluntario”, que permite que cualquier tercero debidamente autorizado pueda pedir la subvención por cuenta de la empresa.
Hasta la fecha, el programa kit digital ha concedido cerca de 280.000 ayudas por valor de unos 1.300 millones de euros, del total presupuestado de 3.067 millones, lo que le convierte en el paquete de ayudas a la digitalización de pymes más demandado de la historia de España.