Aplicación de ozono para controlar el oídio en la vid y reducir la aplicación de fitosanitarios
En este proyecto están implicados la Universidad de La Rioja, Bodegas Campo Viejo (Pernod Ricard Winemakers Spain), Spectralgeo y el Servicio de Investigación Agraria y Sanidad Vegetal del Gobierno de La Rioja (Grupo Vitis Gestión). Está cofinanciado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de la Rioja y FEADER.
Los ensayos, con una duración de tres años, se llevan a cabo en una parcela comercial de Bodegas Campo Viejo, con dos variedades: Tempranillo y Graciano. Los investigadores de la Universidad de La Rioja proporcionan asesoría tanto técnica como científica y analizan los datos obtenidos de los ensayos y evalúan el desarrollo de las vinificaciones.
Este proyecto se ejecuta para avanzar en línea con la propuesta de reglamento sobre usos sostenibles de productos fitosanitarios presentada por la Comisión Europea que establece un objetivo de reducción del 50 % de productos fitosanitarios en toda la Unión Europea para 2030.
En este sentido, el principal propósito del proyecto Innozone es desarrollar una estrategia de control de oídio basada en el uso de agua ozonizada que reduzca el consumo de productos fitosanitarios y permita avanzar hacia una elaboración de vinos más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Primeros resultados
Los primeros resultados parecen indicar que el uso de ozono como único tratamiento antioídio es viable en variedades poco sensibles a la enfermedad, como Graciano. Además, el ozono dentro de una estrategia combinada con tratamientos fitosanitarios convencionales parece funcionar en variedades más vulnerables, como lo es Tempranillo, permitiendo reducir el número de aplicaciones con productos fitosanitarios en comparación con una estrategia convencional.
No obstante, los responsables del proyecto Innozone consideran que es necesario seguir investigando en esta línea para ajustar la frecuencia de las aplicaciones del agua ozonizada y optimizar las estrategias de tratamiento. Por otra parte, y en relación a los avances técnicos en el modelo predictivo de la enfermedad, los resultados han sido favorables.
La introducción de imágenes procedentes de satélite está permitiendo mejorar sustancialmente las predicciones basadas exclusivamente con información meteorológica, de forma que durante este primer año ha sido posible predecir, con 8 días de antelación, tanto la incidencia como la severidad de oídio, con unas precisiones del 88 y 94% respectivamente.