Agriservicios

La próxima cita en el calendario de actividades de AGRISERVICIOS, cuyo evento central se celebrará los días 29 y 30 de noviembre en Talavera de la Reina (Toledo), será un webinar previsto para el día 13 de julio a partir de las 16,30 horas con el título: ‘El Agrotech como punta de lanza para impulsar las empresas de servicios’. La jornada reunirá a diversos expertos y profesionales para hablar sobre aspectos como los efectos de la implantación del cuaderno de explotación digital en las empresas de servicios, la problemática a la que se enfrentan éstas con la gestión y el mercado de los datos, la importancia que tienen los equipos autónomos en su trabajo... El programa definitivo y el boletín para inscribirse están disponibles en la página www.tierrascongresos.com.

La agricultura digital es sin duda uno de los grandes desafíos a los que se enfrentará el sector agrario durante la próxima década y, aunque su implantación se presenta llena de incertidumbres, de problemas y de reticencias, en ella van a encontrar los agricultores las herramientas necesarias para afrontar los retos que se les plantean desde la propia sociedad, a través de las administraciones, desde el mercado, a través de las empresas agroalimentarias, y desde la climatología, con las consecuencias del cambio climático sobre las temperaturas y sobre la disponibilidad de agua.

El Agrotech va a ser la puerta principal de entrada hacia esa agricultura del futuro, tanto en secano como en regadío, aunque para algunas explotaciones será un camino plagado de dificultades técnicas y económicas, por la falta de especialización o por el esfuerzo inversor necesario, y buena parte de ellas solo podrán implementar las opciones que les ofrecen estas nuevas tecnologías con el apoyo de empresas de servicios como alternativa para movilizar el personal cualificado y para optimizar las inversiones.

Este horizonte tampoco será fácil para muchas de las actuales empresas de servicios, que se enfrentan al doble esfuerzo de ir renovando equipamiento y personal, a la vez que van abriendo ese nuevo mercado entre los agricultores, a los que tendrán que convencer de que todos esos servicios derivados de la agricultura digital son imprescindibles para cumplir con las nuevas obligaciones que se les imponen y son útiles para optimizar los métodos de trabajo y mejorar la rentabilidad de sus explotaciones.

La prueba más inmediata que se plantea en ese camino hacia la digitalización, tanto para los agricultores como para las empresas de servicios, será la implantación en los próximos meses del cuaderno digital de explotación y la activación del SIEX. Pero los frentes abiertos de los que derivan nuevas obligaciones cada año son otros muchos y no dejan de crecer, impulsados por exigencias como la trazabilidad de los productos y procesos, la sostenibilidad en el uso de los inputs, o la la tendencia a reducir la huella de carbono, que imponen al agricultor una revisión continua del modelo de producción.

Mesa de trabajo en la jornada de presentación de Agriservicios. De izquierda a derecha, Alejandro de Vega (Tierras), José María Martín Herrero (Agrimarca), Alba Aguilar Pastor (John Deere), Manuel Pérez Ruiz (US) y Nicola Franco (X-Farm Technologies)

La jornada de presentación de Agriservicios, celebrada en Sevilla a principios de 2023, sirvió como escenario para reflexionar sobre las oportunidades e incertidumbres que esa digitalización plantea a las empresas de servicios, tanto las de maquinaria como las dedicadas a otras actividades o suministros.

Una mesa redonda reunió a representantes de diversas empresas e instituciones: José María Martín Herrero de Agrimarca, Alba Aguilar Pastor de John Deere-Agritrasa, Manuel Pérez Ruiz de la Universidad de Sevilla y Nicola Franco de X-Farm Technologies, quienes coincidieron en señalar que la única respuesta posible del sector agrario frente al panorama que se abre a corto y medio plazo es la implantación de herramientas digitales, resaltando todos también que para avanzar en esa transformación se debe aprovechar el dinamismo que ofrecen las empresas de servicios para quemar etapas y acelerar los procesos, porque sólo las explotaciones y las empresas de servicios que entiendan y asuman esta realidad tendrán futuro, y las que no se irán quedando en el camino desplazadas por la competencia o la presión social y normativa.

Cada participante en la mesa dio su opinión sobre el momento en que está la digitalización del sector agrario o las alternativas que existen para acelerar su desarrollo, y sobre el importante papel que las empresas de servicios tienen en esta tarea.

Nicola Franco, Country Manager Iberia de X-Farm Technologies, lanzó un mensaje optimista y aseguró que, después de casi una década de desarrollo de herramientas digitales, desde su empresa tienen claro que la respuesta ante los grandes retos que afronta el sector agrario solo puede llegar con una implantación progresiva de esas herramientas a todos los niveles de la producción, empezando por el trabajo del agricultor o la empresa de servicios en el campo y terminando en la empresa agroalimentaria que procesa y comercializa el producto.

Creen que las nuevas normas que se han publicado a finales de 2022 van a suponer un impulso importante para esta implantación del Agrotech. Y aseguran que ellos como empresa van a contribuir a ese desarrollo mejorando la usabilidad de esas herramientas, simplificando su gestión y presentándolas como un apoyo real en la toma de decisiones, viéndolas además no como soluciones aisladas en cada parte del proceso, sino como un ecosistema global que conecte a toda la cadena agroalimentaria. Respecto al papel de las empresas de servicios, aseguró que, "con los datos de la gestión comercial en la mano, se observa que son ellas las que con mayor intensidad están acogiendo esas soluciones digitales y las están aplicando, unas veces para gestionar las necesidades propias de su trabajo, y otras para ofrecerlas como una prestación más a los agricultores".

Manuel Pérez Ruiz, director del Master en Agricultura Digital e Innovación Agroalimentaria y catedrático de la Universidad de Sevilla, compartió esa visión del reto digital como clave fundamental para el futuro de la agricultura y del papel trascendental que las empresas de servicios tienen que jugar en su implantación, haciendo un llamamiento especial a la necesidad de reforzar la formación de los técnicos y de los propios agricultores para asegurar el éxito en el proceso.

En su opinión, “las empresas de servicios pueden ayudar a que la adopción de todo este tipo de tecnologías sea más rápida de lo que está siendo ahora mismo”, porque ayudan a romper algunas de las barreras que se están encontrando em su implantación, como las barreras económicas o técnicas, y también porque permiten la integración de muchas soluciones que hasta ahora tienen las explotaciones de forma aislada. "Las empresas de servicios pueden llegar a ser un ‘hub’ o punto de conexión dentro del sector agrícola que integren soluciones no solo tecnológicas, sino también de conocimiento y de personal cualificado, facilitando la respuesta a las necesidades de cada agricultor de forma global", apuntó.

Mapa digital de clasificación de tipos de suelos en una parcela.

Una de las claves para conseguir que los agricultores valoren y adopten estas nuevas tecnologías estaría, según Alba Aguilar, en que las empresas de maquinaria o de servicios digitales sean capaces de demostrarles la utilidad real que tienen en su trabajo diario o la rentabilidad que les pueden sacar. Aguilar aseguró que "nosotros tenemos estudios, realizados en grupos de parcelas de referencia con las que trabajamos de manera continua, que nos indican por ejemplo que se puede mejorar mucho la eficiencia y reducir con el uso de mapas de rendimientos y de equipos de fertilización variable las unidades de fertilización aportadas en un 20-25% sin comprometer la producción".

Por todo ello, se mostró optimista respecto a lo que vaya a pasar en el futuro inmediato, puesto que se están haciendo muchos esfuerzos desde todos los frentes, y en los últimos años se está avanzando en esa mentalización del agricultor gracias a las nuevas normativas medioambientales (aplicación de fitosanitarios, nutrición sostenible del suelo...) o a las peticiones de certificaciones que se imponen desde muchas empresas.

Además, la nueva PAC, que da una importancia fundamental al manejo y a la buena gestión de los datos en las explotaciones, cree que va a suponer un impulso considerable para la digitalización y la agricultura de precisión en el corto y medio plazo.

José María Martín también se mostró confiado en que la digitalización acabará imponiéndose en el trabajo de la mayoría de los agricultores, sobre todo de los más jóvenes. "A muchos ya les suena, ya lo tienen en el oido, y poco a poco lo van interiorizando e incorporando a la planificación de su trabajo", apuntó. Pero se mostró menos optimista en cuanto al ritmo y a los plazos, considerando que será un proceso lento en el que no van a participar todas las explotaciones, ya que "para algunos de los agricultores de más edad será un reto imposible el adaptarse a estas nuevas herramientas y seguramente tendrán que abandonar".

Programación de dosis de siembra en una parcela de girasol en Palencia.

Los integrantes de la mesa coincidieron también en señalar que la difusión de las tecnologías digitales y su llegada al campo es una tarea que corresponde a todos los protagonistas de la cadena de producción, empezando por las propias empresas de servicios, que tienen que convertir estos servicios digitales en un nuevo producto que ofrecer a sus clientes y en un factor de competitividad y diferenciación entre ellas.

Pero también tendrán que hacer un esfuerzo importante las empresas que fabrican la maquinaria y las que diseñan las herramientas digitales para difundir sus ventajas y facilitar su manejo, "y lo estamos haciendo, con el apoyo constante de Ansemat", aseguró Nicola Franco-. "E igualmente deberán ayudar a esa implantación desde la industria alimentaria y la cadena de comercialización", señaló Manuel Pérez Ruiz, exigiendo ciertas especificaciones a los productos en origen que obligue a generar esa información; por ejemplo -precisó-: "una empresa que muele maíz y que necesite saber el peso específico del grano debería pedir los datos sobre rendimientos obtenidos en el momento en que se cosechó", porque de esa forma hará que los agricultores que producen el maíz se animen y adopten antes esas tecnologías de agricultura de precisión.