Informe elaborado por INTEC

Más de un centenar de stakeholders de empresas del sector agroalimentario se dan cita en Madrid Fusión para conocer las próximas tendencias de la cadena agroalimentaria en Europa.

Madrid Fusión ha sido el marco elegido para presentar las tendencias agroalimentarias de 2023 por parte de Juan Francisco Delgado, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Europea para la Innovación (INTEC), en un acto en el que ha estado acompañado por la directora para el sur de Europa del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología EIT Food, Begoña Pérez, y moderado por Laura Cristobal, directora general de Efe agro.

Juan Francisco Delgado ha mostrado los datos de cómo la agricultura y la ganadería de precisión, junto con la inteligencia artificial (IA), son las principales tendencias globales de innovación del sector tecnológico en la agroalimentación en 2023, con un aumento de cerca del 30% de la inversión en este campo en el año 2023. Delgado presentó un trabajo gráfico realizado por la plataforma Open AI sobre interpretación de las tendencias agroalimentarias en 2023, con proyección hasta 2030.

El informe de INTEC, del que Delgado es el director de dicho estudio, destaca también el impulso a la innovación en los ámbitos de las proteínas alternativas, la biotecnología, la trazabilidad, la agricultura vertical, las plataformas de venta de productos de proximidad y la conversión de residuos. Estás 9 tendencias serán las claves en el 2023 y nos encaminará al nuevo mapa de la alimentación en el próximo lustro.

El vicepresidente ejecutivo de la Fundación Intec, Juan Francisco Delgado, ha señalado que la inteligencia artificial acapara un 30% de la inversión en tecnología aplicada al sector agroalimentario, que está creciendo en general a un ritmo del 9% anual, por encima de otros sectores económicos.

Asia está liderando la inversión en ese terreno, seguida de Estados Unidos y Europa, en un contexto influido por el cambio climático, la guerra de Ucrania y el aumento de los precios de las materias primas (especialmente fertilizantes) y la energía.

En España, por ejemplo, Delgado ha explicado que la digitalización está siendo mayor en la ganadería que en la agricultura, a la vista de los resultados más rápidamente visibles respecto a la calidad de la carne, la producción de leche o el bienestar animal, como ha puesto de manifiesto un estudio hecho en Galicia en el proyecto HIBA en el que colabora la Fundación INTEC y que ha realizado DIH Datalife.

A su juicio, uno de los problemas en España es la atomización de la producción, con más de 90.000 explotaciones que en el 80% de los casos tienen menos de cinco hectáreas, lo que “dificulta mucho el trabajo competitivo y la eficacia en el trabajo con los datos”, por lo que es recomendable la unión de los productores en cooperativas, como ha ocurrido ya en productos cárnicos y lácteos, así como en los invernaderos en Almería, para completar todo el ciclo de la cadena, ha propuesto Delgado. En su opinión, la Administracion debería incentivar esta estrategia de concentración en toda España.

Los alimentos funcionales, los derivados de las plantas, el cultivo de carne y pescado en laboratorio y los insectos son otras de las tendencias que cambiarán las pautas de consumo en el futuro, según el estudio.

Además de la lucha contra el cambio climático, la tecnología también va a contribuir a reducir el desperdicio de alimentos, que supone un tercio de la producción global y que en los países desarrollados se concentra en la distribución y el consumo.

La financiación de empresas emergentes o “startups“ en el sector de las tecnologías agroalimentarias creció en 2021 el 45% respecto al año anterior, hasta los 51.700 millones de dólares (unos 47.500 millones de euros), con un interés creciente de los fondos de inversión que están llegando de forma exponencial a este sector.

En España, las inversiones en estas empresas son ”bajas” y la mayoría de ellas se encuentran en una fase inicial, con menos de 500.000 euros de financiación, en parte porque faltan aceleradoras especializadas, ha detallado Delgado.

El número de Startups Agroalimentarias fue de 459 en 2022, y con un perfil de integrantes en el que el 80% está formado por menores de 35 años. Estas startups han creado casi 7.500 empleos (28% más que en 2021) y han visto crecer su inversión un 15% anual lo que indica un crecimiento constante de los emprendimientos en este sector.

Aparte de Glovo (con 904 millones de inversión e integrada en la compañía alemana Delivery), destacan otras empresas, con muchos menos recursos. Se trata, por ejemplo, de Cover Manager (dedicado a reservas de restaurantes), Food Kantox (divisas para exportadores), Heura (proteína vegetal), Entomo (insectos), Crowdfarming (alimentos ecológicos), Biome Makers (recuperación de suelos), Cubic Foods (biotecnología) o Venvirontech (bioplásticos).

A pesar de que la valoración de las Startups españolas en este campo es mucho menor que las de otros ecosistemas, la calidad de los servicios y las disrupciones propuestas son de una gran calidad, según Delgado. “Aunque las más pequeñas tienen un déficit formativo en negocios muy importantes, tienen muchos jóvenes con talento que hay que cuidar y potenciar“, afirmó Delgado.

La directora para el sur de Europa del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología EIT Food, Begoña Pérez, ha subrayado la necesidad de incorporar a más mujeres en puestos intermedios y directivos de la cadena agroalimentaria, especialmente en el sector tecnológico y en los fondos que invierten en esas empresas.

Entre las tendencias de 2023, ha mencionado el crecimiento de la presión a los gobiernos y las organizaciones internacionales para que “los parámetros ambientales y de sostenibilidad se apliquen también a la producción y el procesado de alimentos”.

Pérez ha coincidido en señalar la importancia creciente de los productos alternativos a la carne y la búsqueda de calidad en ese ámbito, junto a la nutrición “dirigida” a las necesidades de determinados grupos de población. “El desperdicio alimentario se integrará en el proceso productivo, como ha ocurrido con la seguridad alimentaria”, lo que dará paso a nuevas oportunidades, ha afirmado la responsable de EIT Food.

En su opinión, el sector agroalimentario ha demostrado su resiliencia y capacidad de adaptación “sin aspavientos”, incluso en el escenario derivado de la guerra de Ucrania, y "las tecnologías están ahí para apoyarlo”.

La industria alimentaria española ocupa el cuarto puesto en valor de cifra de negocios dentro de la Unión Europea (10,9%), por detrás de Francia (19,5%), Alemania (16,9%) e Italia (13,3%), según el informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y de la Comisión Europea sobre la economía de la cadena agroalimentaria. Además, en España la industria de alimentación y bebidas es la primera rama manufacturera del sector industrial con 130.795,8 M€ de cifra de negocio, lo que representa el 23,3% del sector industrial. Se sitúa en tercer lugar tras la industria farmaceútica y automovilística.

La importancia económica de este sector obliga a una rápida actuación de las organizaciones público-privadas a través de acciones focalizadas en el aumento de la productividad agrícola, la trazabilidad de todo el ecosistema y la no dependencia a nivel mundial de terceros países. Y en gran medida, estas acciones pasan por la modernización y digitalización del sector agroalimentario.