Jornada organizada por ABC en Sevilla
Expertos abogan por aprovechar el potencial del cultivo de girasol en España
Algunas de las principales empresas y expertos de esta oleaginosa a nivel nacional debaten en un encuentro sobre su papel en las rotaciones y las perspectivas de cara a la próxima campaña.
"Es indudable que desde hace tiempo la opción más beneficiosa en cuanto a rotación para el cereal es el girasol". Bajo esta premisa iniciaba el presidente de la Asociación Española del Girasol (AEG), Juan Fernández Pérez, la mesa de debate organizada por ABC entre algunos de los representantes más importantes del sector.
Una jornada en la que se pusieron en común algunas ideas y valoraciones sobre la situación que atraviesa el cultivo del girasol principalmente en Andalucía, pero también en el resto de España y otros países del mundo.
Un debate en el que también participaron Elena Catalina, category marketing manager de Oleaginosas Iberia Pioneer; José Antonio García de Tejada, consejero y director de operaciones de Lidea Spain; Juan Fernández Escobar, jefe de cultivos de Oleaginosas y Cereales de Syngenta; Pablo Toro, responsable comercial de zona centro sur de Semillas LG; María Victoria Ruíz Méndez, investigadora del CSIC; y Miguel Costa, director general de Agropro. Así mismo, el coloquio estuvo moderado por Inmaculada Lopera, redactora de ABC especializada en agroalimentación.
La mesa redonda prosiguió con la intervención del propio presidente de la AEG, que explicaba cómo funciona la rotación de cultivos en el caso del girasol: "El cultivo de girasol reúne unas muy buenas condiciones. Siempre que hay una rotación se tiene interés en incrementar la cosecha. En este caso, tenemos por un lado una aportación a la rotación primaria que es el cereal, que dispone de una buena fertilización, con lo cual el girasol que viene posteriormente puede aprovechar esa fertilización ya que no hay respuesta directa al abonado. Esto deja una estructura de suelo muy beneficiosa para cumplir con la rotación y al mismo tiempo, representa un coste fijo por hectárea bajo en comparación con el cultivo anterior de rotación. Se trata de un cultivo de primavera y sus malas hierbas son diferentes, la utilización de insecticidas es muy baja. Podemos decir que estamos ante el cultivo idóneo para la rotación del cereal".
Por su parte, Juan Fernández señaló que es necesario tener en cuenta que el cultivo de girasol puede aprovechar el agua que no es capaz de usar otros cultivos. "El tema de la rotación tiene mucho que ver con la rentabilidad. Cuando hace tres o cuatro años empezamos a hablar sobre rotación, nos pusimos a investigar cultivo a cultivo y observamos como el girasol era idóneo para esta práctica".
José Antonio García de Tejada coincidía con el resto de los ponentes al señalar el buen momento que atraviesa el sector, aunque también hizo hincapié en el aumento generalizado de costes que se está produciendo: "Han aumentado los precios, tanto los costes de semilla como de fertilización. La rentabilidad del cultivo de rotación no se puede comparar con ningún otro de secano. La vega del Guadalquivir probablemente no se pueda regar y no vamos a poder plantar semillas de girasol, pero se va a convertir en una gran oportunidad para vender girasol", señaló el consejero y director de operaciones de Lidea Spain.
"Se sembró mucho girasol en el año 1992 y se pagaron altos precios por hectárea gracias a la subvención de la PAC. Fue un momento clave para el girasol (60 millones de grano de semilla de girasol aquel año). La mejora vegetal del girasol es la que ha permitido que esta especie sobreviva. En los 80 había unas variedades maravillosas y un potencial productivo muy alto que se cargó el jopo, que es la amenaza principal de este cultivo, ya que tuvimos que usar una genética muy poco variable", sentenciaba García de Tejada.
Por su parte, Pablo Toro cuestionaba a los presentes por qué a pesar del buen momento que atraviesa el cultivo de girasol, los agricultores están perdiendo interés en él. "La productividad del girasol de Andalucía es la más alta de España, pero ha habido una importante reducción en su cultivo. El ingreso medio del agricultor ronda los 500 euros por hectárea, lo cual es una cifra rentable. ¿Pero cuál es el problema? ¿Por qué el agricultor no confía? Por las tremendas oscilaciones en rendimiento que tiene el girasol al ser un producto de secano. Es verdad que la coyuntura es fantástica y estamos en máximos históricos, pero el agricultor que quiere plantar girasol actualmente no va a saber lo que valdrá en junio. Existe cierta incertidumbre".
Sostenibilidad
A pesar de la favorable situación que atraviesa el sector, sus principales agentes analizaron las formas de mejora para conseguir que esa estabilidad se mantenga en el tiempo y lo haga de una forma sostenible.
En este sentido, el presidente de la Asociación Española del Girasol señaló que "últimamente las multinacionales ya no tienen las aportaciones de mejora con respecto al secano que antes. Somos parte de un mundo global donde las multinacionales y el mercado más importante no sale de España, pero sí tenemos nuestras aportaciones en cuanto a mejora. ¿Cuál es el futuro? Cumplir los requisitos de la evolución de sostenibilidad que necesita el cultivo. Y ahí deberíamos hablar de uso efectivo de agua disponible. Los cultivos con un potencial productivo y contenido graso importante pueden ser capaces de aprovechar el agua disponible. Sin embargo, no se ha hecho una pedagogía del cultivo, no se ha informado sobre ello y yo creo que las multinacionales deberían adquirir un mayor compromiso en este sentido".
En este sentido, Juan Fernández afirmó que "en agricultura la sostenibilidad no es un camino opcional, es inevitable. Se hace obligatorio la evolución de la agricultura hacia un modelo más sostenible y ello nos lleva a apostar por una agricultura de precisión y menos contaminante. El girasol cumple estos requisitos con ventajas sobre otros cultivos".
Respecto al cambio climático, el cultivo del girasol, según Juan Fernández, se encuentra cada vez con más frecuencia en situaciones de escasez de lluvia. "Por eso, necesitamos procesos de investigación y semillas que aguanten mejor la sequía y las plagas. Además de los motivos económicos y sociales existen motivos de gran importancia de carácter medioambiental para apostar por el cultivo del girasol y evitar el descenso de los últimos años. Entre ellos, una reducción de un 70% del aporte de Gases de Efecto Invernadero (GEIs). Esta reducción es propia del girasol frente a otros cultivos".
Tras ello, Elena Catalina recordaba los inicios del cultivo de girasol en España y los errores que se cometieron: "Cuando se empezó a introducir el cultivo de girasol en España se vendió como un cultivo fácil para tierras malas y creo que el hecho de estar destinado a tierras malas hizo mucho daño en ese momento. El agricultor pensaba: ¿qué puedo sembrar en una tierra que no da otra cosa? Por ello, habría que hacer entender que el girasol en tierras malas, por el tipo de planta que es, consigue sacar una producción que otros cultivos no pueden, pero que sin embargo en tierras buenas mejora la rotación y también es muy rentable", expuso la responsable de Pioneer.
Por su parte, el director general de Agropro, Miguel Costa, hizo un repaso aportando cifras sobre la revalorización experimentada por la pipa de girasol en este último año, pasando de un precio medio de 350 euros por tonelada a los casi 600 euros actuales. Sin embargo, al igual que el resto de los ponentes, Costa opinó que aún existe margen de crecimiento: "Creo que es muy importante la pedagogía y además pienso que es un sector de mayor edad que otros y en el que tradicionalmente se ha trabajado de la misma manera. Siempre se ha visto el girasol como un cultivo secundario sin llegar a pensar en el potencial que realmente tiene, ni aplicando las técnicas y variedades adecuadas para la zona donde se va a cultivar. Hay que tratar de sacar más valor de ese cultivo y hacerlo de una manera más eficiente".
Perspectiva actual del aceite de girasol
El consumo de aceites vegetales está registrando en los últimos años un fuerte crecimiento. "Los atractivos precios internacionales del aceite, junto con la mejora en los márgenes brutos al productor, están siendo factores clave en el aumento de área de cultivo principalmente en países como Ucrania, Rusia y Argentina. El aceite de girasol no ha sido la excepción, cobrando incluso mayor protagonismo en el mercado mundial en comparación con el resto de los aceites, proyectándose un aumento de 10,6% en su consumo global", apunta María Victoria.
Para Costa, la situación actual es fruto del trabajo conjunto de los principales agentes del sector que son capaces de satisfacer las necesidades existentes: "Durante los últimos años, es cierto que las variedades que se están sembrando son las que se demandan. Evidentemente, si tenemos semillas que producen más aceite es mejor que conseguir unas que produzcan menos. El trabajo que se está haciendo por parte de las empresas que estamos aquí reunidas ha sido importante y gozamos de una gran estabilidad en las variedades de semilla que tenemos y en las variedades adaptables a cada zona de España".
Sin embargo, para el director general de Agropro, la situación actual del girasol no se deriva tan sólo de la industria que hay en torno a él, sino también de la opinión y la información que tiene al respecto los consumidores finales: "Otra de las razones de este crecimiento fue el cambio de etiquetado del año 2013, cuando el empleo del aceite de palma en fritura empezó a experimentar una gran caída, al contrario que el aceite de girasol y el de oliva que fueron hacia arriba. Sin embargo, hoy Ucrania es el líder absoluto del aceite de girasol y en España, a pesar de ser uno de los grandes productores, los precios van a estar influenciados siempre por Ucrania. Es un mercado diseccionado por el driver que en este caso es Ucrania", concluía Costa.
Así mismo, la investigadora del CSIC y del Instituto de la Grasa, María Victoria Ruíz, concluía el debate hablando sobre las propiedades de cada tipo de aceite y la información que manejan los consumidores finales sobre ellos. "Tradicionalmente el consumo de aceite se asocia a costumbres culinarias, pero no solo en España sino en todo el mundo. Estás acostumbrado al aceite que tienen en los supermercados, que en nuestro caso es el aceite de oliva y el de girasol. Durante los años 80 y 90 se hizo una publicidad bastante interesada en el aceite de girasol y se le dio relevancia en aquel momento puntual. Tras ello, ha habido generaciones que no han oído hablar siquiera del aceite de girasol, ni de todas sus variables".
En la misma línea, la investigadora del CSIC explicó cuál sería el uso culinario correcto de cada tipo de aceite, que no es lo que siempre ocurre: "Con el aceite de oliva la gente actualmente sí que sabe distinguir entre aceite virgen o virgen extra, cosa que antes no pasaba. Sin embargo, no se tiene esa misma información sobre la calidad del aceite de girasol para cocinar, que es muy alta. Por ejemplo, el aceite de girasol que se suele utilizar para cocinar es el linoleico que es el que te da el sabor característico, mientras que el de girasol alto-oleico no es común su uso en frituras, aunque lo cierto es que resiste muy bien a altas temperaturas sin dañar sus propiedades, pero mucha gente no sabe nada sobre esto", detalló María Victoria.