Llega a su fin una vendimia larga, con problemas de maduración y cosecha corta
Así lo manifiestan a Efeagro representantes de las cooperativas y las organizaciones profesionales agrarias que, como apuntaban al inicio de la campaña, atisban una cosecha baja que estará alrededor de 36 millones de hectolitros de vino, frente a los cerca de 40 millones del año pasado.
Los expertos destacan también que, si bien el calor llevó a una maduración adelantada de la uva y, en consecuencia, la vendimia comenzó antes, en muchos casos, sobre todo en variedades blancas de secano, hubo que parar porque el fruto no cogió el grado suficiente.
Este problema ha sido más agudo en Castilla-La Mancha, que representa casi la mitad de la totalidad del viñedo de España, donde al viticultor se le paga no sólo por los kilos que entrega sino también por el grado que tiene la uva.
Poca producción
A partir de las primeras estimaciones de cosecha, el resultado final podía variar alrededor de un 20% si llovía, pero las precipitaciones no han sido suficientes y en muchas zonas no ha refrescado, indica el presidente del Consejo Sectorial Vitivinícola de Cooperativas Agro-alimentarias de España, Fernando Ezquerro. Aunque no ha sido así en todas las regiones de España, y en La Rioja, por ejemplo, las vides agradecieron el poco agua que cayó y la productividad mejoró, expresa Ezquerro.
El responsable técnico del sector del vino de la organización agraria Asaja, José Ugarrio, cuenta que, en general, el desarrollo del fruto finalmente no fue a más y que aunque la calidad de la uva “es muy buena“, la producción va a ser incluso más corta de lo esperado. ”Al principio la horquilla era de entre 35 y 38 millones de hectolitros, pero ahora podemos ponernos en 35 o 36 millones de hectolitros”, dice Ugarrio.
Para el responsable sector vitivinícola de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Joaquín Vizcaíno, la previsión de cosecha no ha cambiado respecto a las primeras estimaciones y la sitúa en 36 millones de hectolitros de vino y mosto, frente a los 40 millones de 2021 y los 42,5 de los últimos 5 años.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) también se mantiene en que la cosecha será “corta y de buena calidad”, como se preveía, e incide en que se trata de una vendimia “extraña” en cuanto a la maduración del fruto.
Pausar la vendimia para obtener grado
“Si bien la vendimia se adelantó bastante en algunas zonas, luego hubo que parar y esperar a que algunas variedades de uva terminaran de madurar porque no habían cogido grado”, dice el técnico de Vino de esta organización, José Manuel Delgado. En las zonas de calor, sobre todo los viñedos de secano, la vid perdió sus hojas y no se produjo la reserva de glucosa de los racimos de la que depende el grado, explica Ugarrio al respecto.
Con todo, los precios se han incrementado respecto al año pasado, y por ejemplo en una de las uvas mayoritarias, la airén blanca, se ha situación en alrededor de 0,017 euros el kilogrado (2,80 pesetas el kilogrado, frente a los alrededor de 2,50 pesetas el kilogrado del año pasado, como se referencian aún los precios en Castilla-La Mancha).
El aumento no alcanza para cubrir costes de producción, que se han incrementado entre un 60 y un 70% respecto al año pasado y en algunos casos un 100%, como los fertilizantes, denuncia el representante de Asaja: “No hay beneficio y a eso hay que sumarle que la producción será más baja este año. No pinta bien”, asevera Ugarrio.
En el caso de otras uvas más minoritarias, como el Albariño, la situación es mejor y el precio, que se ha situado en torno 2,50 o 3 euros el kilo, está por encima del coste de producción, concluye este experto.