Los agricultores franceses se enfrentan a grandes pérdidas económicas en la campaña de patata
La campaña de patata en Francia podría ser -de confirmarse las estimaciones- la peor de los últimos 20 años. Esta es la conclusión que extraen los productores del país galo tras los últimos muestreos en campo efectuados por el sindicato agrario UNPT, en nombre de la interprofesión CNIPT. Los aforos más recientes han confirmado el deterioro "histórico" de los rendimientos medios a nivel nacional de, al menos, un 20% menos con respecto a la media de los últimos veinte años, es decir, 1,5 millones de toneladas perdidas (40.000 ha en términos de superficie). Esta merma en la producción media podría suponer un recorte del 30% en las patatas de secano, con pérdidas incluso de hasta el 50% en algunas zonas.
A pesar de que la época de siembra y las condiciones meteorológicas de la primavera sugerían una buena campaña 22-23, el calor extremo y la sequía han frenado literalmente el desarrollo de los tubérculos. "Ni las lluvias ni las temperaturas suaves que se avecinan podrían darle la vuelta a esta tendencia", apuntan desde la UNPT.
Por este motivo, los productores franceses, en particular los que suministran a la industria de transformación y a las feculeras, prevén una cosecha "muy negativa" y se preparan para pérdidas superiores a los 200 millones de euros en el conjunto del sector productor.
Con el fin de garantizar la sostenibilidad económica de las explotaciones -que invierten gran cantidad de capital en este cultivo- y para asegurar las siembras de la campaña 2023-2024, la UNPT ha pedido la "movilización general" de todos los agentes económicos del sector (industria, comerciantes y distribución) y los poderes públicos para permitir a los 'patatiers' afrontar esta coyuntura tan adversa.
Entre las medidas planteadas, la UNPT reclama una revalorización de los precios pagados a los productores y la flexibilización de los contratos comprometidos pero no entregados por falta de volumen de cosecha. Asimismo solicita la aplicación de un régimen excepcional de ayudas estatales destinado a apoyar financieramente a los productores y evitar el abandono del cultivo.
Además han pedido una reunión de urgencia con el Ministro de Agricultura para hacer un balance de la situación sector por sector (fresco, industria y fécula) e iniciar las primeras medidas a corto y medio plazo que permitan a Francia mantener su posición de primer exportador mundial de patatas, "una posición estratégica para la defensa de la soberanía alimentaria nacional y europea".