El rendimiento medio del trigo podría bajar hasta un 15% en zonas cálidas como el sur de Europa y subir en regiones más frías
De acuerdo con el trabajo publicado por Edgar Hans Cano, que difunde la agencia SINC, el trigo es una fuente de nutrición esencial en todo el mundo, ya que proporciona el 20% de las calorías y las proteínas a 3.400 millones de personas. Incluso si cumplimos con los objetivos de mitigación climática y nos mantenemos por debajo de los 2°C de aumento global de temperaturas, se prevé que el rendimiento y el precio de dicha planta se vea alterado en los próximos años.
Los detalles de esta dinámica se explican en un nuevo estudio publicado en la revista One Earth. Los autores aseveran que es probable que su desempeño económico aumente en latitudes altas y disminuya en latitudes bajas, lo que implicaría un cambio de los precios del grano y provocaría un aumento de las desigualdades en el sur global.
“La mayoría de los estudios se centran en cómo la modelización del cambio climático impacta en los rendimientos del trigo. Si bien este aspecto importa, no brinda una visión holística sobre cómo afecta a la seguridad alimentaria. En el mundo real, muchos países en vías de desarrollo dependen en gran medida de la agroindustria”, sostiene Tianyi Zhang, primer autor y agrometeorólogo del Instituto de Física Atmosférica (IAP) de la Academia de Ciencias de China.
El investigador explica a SINC que muchos de estos territorios ya están trabajando en soluciones para este problema potencial: “En los últimos años, hemos visto muchas asociaciones estratégicas establecidas entre China y estados de África y el sur de Asia. Se han introducido tecnologías agrícolas (reproducción híbrida o bombas de agua de riego) que mejorarán la seguridad alimentaria de estas áreas”.
El rendimiento del trigo aumentará en regiones de latitudes altas y disminuirá en las de latitudes bajas, entre otras consecuencias. / Pixabay
Ciencia con perspectiva económica
El equipo ha desarrollado un nuevo modelo que combina aspectos económicos y climáticos junto con el desempeño comercial del trigo. Este sistema permite a los investigadores observar en detalle los impactos de las condiciones climáticas medias y los eventos extremos en los rendimientos, el precio y la cadena global de oferta y demanda de dicho cereal.
“Sabemos por investigaciones anteriores que los eventos extremos no necesariamente responden de la misma manera que las condiciones medias, y debido a que los primeros son los que más impacto tienen en las sociedades, este es un importante paso adelante", apunta Karin van der Wiel, coautora del estudio y climatóloga del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos (KNMI).
El modelo predice que el rendimiento aumentará en regiones de latitudes altas como EE UU, Rusia y gran parte del norte de Europa. En países como Egipto, India o Venezuela, entre otros, es probable que este disminuya, en algunas áreas en más de un 15%.
En el norte global, “más allá de reducir las emisiones, deberían aplicarse medidas de adaptación. Por ejemplo, apoyar tecnologías de producción agrícola que puedan tolerar un clima más cálido, aumentar los ingresos de los consumidores, reducir el desperdicio de alimentos y permitir que la gente se traslade a otros países con mejores condiciones”, opina Taoyuan Wei, del Centro Internacional para la Investigación Climática (CICERO) y también firmante del estudio.
Se han introducido tecnologías agrícolas, como la bomba de agua de riego, que mejorarán la seguridad alimentaria en el sur global. / Pixabay
Ganadores y perdedores de las futuras dinámicas comerciales
“Con este cambio en los rendimientos, la dinámica comercial tradicional del mercado del trigo podría intensificarse, y esto causaría que las regiones importadoras ubicadas en latitudes bajas, como el sur de Asia y el norte de África, experimenten picos más frecuentes y pronunciados en los precios de este cereal que los países exportadores”, dice Tianyi Zhang.
Estos cambios no solo supondrían que estados con inseguridad alimentaria paguen aún más por los alimentos, sino que los precios del trigo en el mercado mundial podrían volverse más volátiles y exacerbar las desigualdades existentes.
“La política de liberalización del comercio con un calentamiento de 2°C podría estabilizar o incluso aumentar los ingresos de los agricultores en los países exportadores, pero reduciría los ingresos de estos en los territorios importadores”, comenta Zhang.