Este tipo de cultivos abarcan un 18% de la superficie agraria útil en España
El regadío no es culpable de las restricciones de agua por la sequía, según Fenacore
Ninguna población en España está sufriendo restricciones de agua por culpa de los cultivos de regadío, puesto que así lo asegura la propia Ley de Aguas y los Planes de Sequía de las Confederaciones Hidrográficas, que establecen claramente la prioridad de uso siempre para el abastecimiento. Así lo destaca la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore).
Fenacore considera que se está intentando buscar un culpable de las restricciones de agua por la sequía ajeno a las Administraciones Públicas, que son las responsables del agua como Dominio Público Hidráulico Estatal, lanzando ideas falsas y omitiendo, por ejemplo, que los caudales ecológicos han reducido un 16% de media la disponibilidad de agua en España. Además, la totalidad de los caudales ecológicos en los embalses se obtienen exclusivamente de la escasa dotación disponible para el regadío.
La Federación señala que en esta "cacería" contra el sector también se están usando conscientemente datos erróneos, alertando de que en España no hay más de 4 millones de hectáreas de regadío. De hecho, el propio Ministerio de Agricultura ha establecido que la superficie de regadío en España es de 3.831.181 hectáreas, es decir, un 18% de la superficie agraria útil. Un porcentaje inferior al de países como Italia, Grecia o Malta, en los que escalaría hasta el 20%, 23,6% y 31,4%, respectivamente.
Fenacore recuerda que la gran mayoría de los regadíos en España han sido por iniciativa pública a través de los planes del Ministerio, las comunidades autónomas y el apoyo de los correspondientes ayuntamientos. Y que es el MITECO el que otorga las concesiones para poner en marcha todos los regadíos, por lo que no es un asunto ajeno a la Administración.
En paralelo, Fenacore respalda el cumplimiento de la legislación de aguas y el uso legal del agua, y recuerda que todos los regadíos tienen sus concesiones inscritas. De ahí que, en su opinión, resulta injusto hacer acusaciones genéricas e indiscriminadas de regadíos ilegales, frente a los que anima a quien conozca algún caso aislado a presentar denuncias para tramitar los expedientes que correspondan.
Los regantes piden estudiar caso por caso las causas de la sequía, que pueden estar relacionadas con la falta de lluvias, los efectos del cambio climático, el crecimiento de todas las demandas, la poca eficiencia en los usos, el incremento de caudales ecológicos o la menor escorrentía superficial a causa del abandono de los cultivos de secano, sobre todo en la España interior, cuya superficie forestal ha ido colonizando tierras de cultivo absorbiendo más agua en la superficie. Pero, sobre todo, no entienden por qué no se construyen más embalses, ya que al cubrir el 80% de la demanda de agua en el país, constituyen la principal y mejor solución para el problema del agua.
Falta de inversión
En este sentido, Fenacore reitera que la falta de inversión en obras de regulación agravará la amenaza que suponen las sequías para España, lamentando que se hayan ejecutado sólo dos de cada diez euros de la inversión prevista en los anteriores planes hidrológicos, por lo que un porcentaje elevado de infraestructuras hidráulicas de interés general no se han realizado pese a recogerse en los sucesivos planes y resultar determinantes para mitigar impactos del cambio climático como las sequías.
Así, la Federación explica que las obras de regulación son fundamentales a la hora de combatir las sequías al permitir embalsar agua en las épocas de lluvia para distribuirla y usarla cuando se necesite. Y apunta que la mayoría de los países europeos pueden aprovechar de forma natural más de un 40% de sus recursos hídricos, mientras que en España este aprovechamiento en régimen natural se reduce al 9%. De ahí, la necesidad de las obras de regulación para almacenar agua. Y es que, a juicio de la Federación, en España, sin embalses, en el estiaje de verano de los ríos, sólo se podrían abastecer en torno a 5 millones de habitantes.
En esta línea, la Federación critica duramente que los Planes Hidrológicos de los que dependerá la gestión del agua durante las próximas décadas establezcan propuestas de caudales ecológicos que anularían la función de regulación que cumplen nuestros embalses, pudiendo llegar a vaciarlos y, así, representando una seria amenaza para la satisfacción de las demandas de agua para regadío, o lo que es lo mismo, para la producción de alimentos.
Los regadíos en España tienen más del 76% de la superficie de riego modernizado (53,9% goteo y 23% aspersión), lo que ha permitido reducir el uso del agua en más de 3.000 m3/ha y año durante los últimos 25 años.