Alarma de los fabricantes europeos de fertilizantes por dificultades de suministro en la próxima campaña agrícola
Fertilizantes químicos granulados (AEFA).
La situación para la industria de fertilizantes se ha vuelto insostenible tras la invasión de Ucrania, provocando descensos de producción y aumento de costes, aseguran desde la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (Anffe). Muchos productores europeos de nitrogenados -afirman- usan el gas como materia prima, que representa entre el 60% y el 80% de los costes operativos. A ello se suma además el hecho de que los principales competidores del sector, localizados en el norte de África y Rusia, no están afectados por políticas de carbono como las de la UE, que añaden precios elevados por los derechos de emisión (ETS).
Por eso, consideran clave que el Ejecutivo comunitario y el de los países miembros reconozcan a esta actividad industrial como "un sector crítico", y que "mantengan aquellas medidas que protegen a los productores europeos frente a las posibles prácticas desleales de sus competidores".
También, han reclamado que "se eliminen las trabas que puedan conducir a cierres de empresas o al descenso de la producción y a la escasez de fertilizantes", ya que "podría tener un efecto perjudicial en la soberanía alimentaria de Europa". Desde la patronal española de fertilizantes han afirmado que "el sector es uno de los eslabones fundamentales de la cadena agroalimentaria", además de "uno de los más relevantes para la supervivencia y la calidad de vida de la población". Por ello -han añadido-, "fue declarado por el Gobierno español como sector esencial durante la crisis provocada por la COVID".
Algunas medidas que deben reforzarse
El pasado 19 de julio, la Comisión Europea (CE) propuso suspender temporalmente los aranceles sobre los insumos utilizados para la producción de fertilizantes nitrogenados -la urea y amoniaco anhidro, en concreto- hasta finales de 2024. Esta propuesta, aún no aprobada -ha de ser debatida por los Estados miembros en el Consejo con vistas a su adopción-, tiene como objetivo "reducir los costes para los productores y agricultores de la UE", según un comunicado de la CE.
Su propósito pasa además por "aumentar la diversificación y estabilidad del suministro" de fertilizantes, "al fomentar las importaciones en una gama más amplia de terceros países, al tiempo que excluye a Rusia y Bielorrusia de la suspensión de aranceles". La CE ha reconocido el "profundo impacto negativo" de la agresión militar contra Ucrania en la producción comunitaria de fertilizantes nitrogenados, ya que Rusia era hasta el inicio del conflicto el segundo proveedor de los insumos para su fabricación.
En 2021, la UE importó 2,9 millones de toneladas de amoniaco y 4,7 millones de toneladas de urea de terceros países, insumos cuyos precios aumentaron ya en el transcurso del pasado año y aún más tras el inicio de la guerra en Ucrania, ha apuntado la Comisión.
El Copa y la Cogeca, que representan a los productores y a las cooperativas agrícolas de la UE, han asegurado tras conocer la propuesta de la CE que la medida "va en la dirección correcta", aunque quieren que se extienda a otros fertilizantes clave utilizados directamente por los agricultores. Entre ellos, han mencionado la urea nitrato de amonio (UAN), el fosfato diamónico (DAP), el fosfato monoamónico (MAP) y el nitrógeno-fósforo-potasio (NPK).
Asimismo, han apoyado la suspensión de las medidas antidumping sobre la UAN importada desde Trinidad y Tobago o Estados Unidos. Según el Copa-Cogeca, Rusia, Bielorrusia y Ucrania concentraban antes del conflicto bélico el 43% de las importaciones de fertilizantes minerales de la UE.