La importancia del estilo de conducción en la efectividad y vida de los neumáticos
Expertos del equipo técnico de BKT concluyen que el estilo de conducción afecta a la efectividad y la vida de los neumáticos.
La efectividad de los neumáticos es esencial, no solo por la seguridad en carretera, sino también para tener un buen rendimiento a lo largo del ciclo de vida del producto. Al ser el punto de contacto entre la carretera y el vehículo, se debe tener precaución para mantener sus prestaciones propias, es decir, las que los fabricantes han desarrollado según el tipo de aplicación.
Son varios los factores generales que influyen en la respuesta efectiva del neumático, aparte de la operación específica realizada, entre ellos la carga y su distribución, el baricentro del vehículo, las condiciones de la superficie de la carretera durante el transporte, la rugosidad del terreno y la presencia de objetos que puedan provocar un desgaste prematuro del neumático, sin olvidar las condiciones climáticas. Además, hay que añadir otros elementos subjetivos que pueden relacionarse con el comportamiento al volante y hábitos del operador, que afectan directa o indirectamente al rendimiento y la durabilidad del neumático.
Entre ellos, el estilo de conducción afecta al ciclo de vida del neumático, un aspecto que suelen ignorar los emprendedores y los gestores de flota. Por eso, es importante tomar precauciones al volante, principalmente por cuestión de seguridad, pero sin olvidar que un rendimiento de neumáticos optimizado conlleva menores costes para la empresa.
Ahí radica la importancia de que los neumáticos siempre estén en buenas condiciones. El equipo técnico de BKT encontró una serie de buenas prácticas a adoptar para un estilo de conducción correcto y consciente que valora sus prestaciones.
Revisar la presión
Antes de pensar en el estilo de conducción, es importante recordar que es esencial supervisar los valores de presión de los neumáticos. Si es demasiado baja o demasiado alta, no solo afecta negativamente al consumo de combustible, sino que potencia riesgos como la deformación de la goma y aumenta el riesgo de que exploten los neumáticos. Lo último pone la seguridad del usuario en riesgo. BKT recomienda controles programados para controlar la presión de los neumáticos y tener la certeza de conducir según los valores recomendados.
Incluso si el vehículo está parado, los neumáticos pueden desgastarse por la presión que ejerce el vehículo hacia abajo. En este caso, podría ser efectivo inflar el neumático más de la cuenta única y exclusivamente cuando el vehículo está parado como medida para limitar los planos de rueda cuando se reutilice el vehículo.
Evitar la aceleración repentina y los frenazos bruscos
Un estilo de conducción caracterizado por los frenazos bruscos, por ejemplo, tiene un impacto negativo en la durabilidad de los neumáticos. De hecho, el deslizamiento entre la banda de rodadura y la superficie de la carretera por grietas causadas por el frenado provoca un desgaste más rápido de los neumáticos. Por eso, puede ser útil frenar con el motor, es decir, ir reduciendo de marcha y frenar el vehículo por la velocidad de rotación del motor.
El estilo de conducción es incluso más determinante para la seguridad en carretera, por ejemplo, si un tractor lleva un remolque agrícola, especialmente en presencia de rotativas. Y hay riesgo de que el peso de la carga haga que el conductor pierda el control por conducir a demasiada velocidad o un frenazo brusco.
Pero si los protectores de la pared lateral chocan con la acera, también se potencia el desgaste prematuro de los neumáticos además de un mayor riesgo de pinchazos que pueden provocar la parada del vehículo.
En conclusión, un buen resultado de neumáticos empieza con escoger el producto adecuado. Un neumático perfecto depende del tipo de equipo, peso, aplicación, terreno y hábitos de operación. Es una decisión importante y, a veces, compleja.