Cuidando el suelo, futuro de tu cultivo
En junio de 2020, Corteva Agriscience anunció sus objetivos de sostenibilidad para 2030 donde el cuidado del suelo, la gestión del agua y la mejora de la biodiversidad están entre los principales compromisos. En cuanto al suelo, para una correcta nutrición es crítico el manejo de elementos esenciales como el nitrógeno, el fósforo o el potasio, componentes principales de la mayoría de los fertilizantes.
El nitrógeno es el más importante no solo por lo que aporta al crecimiento de las plantas, sino también por el impacto medioambiental y por los problemas de salud que supone la contaminación con este elemento.
El fósforo, otro componente esencial del suelo, es imprescindible para el desarrollo de las raíces. Por su alta reactividad, se asocia con otros componentes de manera que queda bloqueado o se mueve muy lentamente. Por tanto, solo una pequeña parte del fósforo aportado mediante fertilización es asimilable por la planta.
Finalmente, el potasio tampoco es un elemento móvil por naturaleza. Aunque es un componente estructural, o asociado a la materia orgánica del suelo, solo un 1-2% está en forma asimilable por la planta.
El estrés hídrico es otro de los problemas más comunes que afectan a los cultivos. El calor, los grandes cambios de temperatura o la luz intensa dentro de los invernaderos, por ejemplo, hacen que las plantas activen una serie de mecanismos para sobrevivir. Transpiran menos, reducen la actividad fotosintética o adaptan el crecimiento de sus raíces, teniendo todo ello un impacto sobre el envejecimiento prematuro de la planta y la producción.
Otro factor que contribuye a la sostenibilidad de nuestro entorno y recursos naturales es la biodiversidad, siendo la biodiversidad del suelo un elemento extremadamente importante para combatir el cambio climático entre otros beneficios.
Y en ese contexto llega SullicaB, una nueva solución de Corteva a base de microorganismos promotores del crecimiento vegetal. Los diferentes microorganismos que componen SullicaB, descomponen la materia orgánica, solubilizando los diferentes nutrientes bloqueados en el suelo (fósforo y potasio), fijando biológicamente nitrógeno, permitiendo así que las plantas tengan una absorción homogénea de macro y micronutrientes, lo que da lugar a un crecimiento equilibrado de las mismas. Como resultado, SullicaB mejora la estructura del suelo y lo revitaliza, impactando directamente en el desarrollo y el metabolismo de las plantas y aportando beneficios al agricultor que verá cómo su cosecha mejora en producción y calidad. Asimismo, SullicaB libera hormonas que estimulan el crecimiento de las raíces, incrementando por tanto la absorción de agua y nutrientes de manera eficiente, lo que permite aprovechar mucho mejor los recursos incluso en situaciones de estrés. Esta característica puede contribuir también a un uso más inteligente de los sistemas de riego.
SullicaB contribuye al mantenimiento del suelo y lo revitaliza, equilibrando las poblaciones microbianas y formando sinergias positivas con otros organismos beneficiosos.
En definitiva, una mejor actividad y diversidad que genera un suelo más fértil y sostenible para nuestros cultivos.