Campal semillas, innovación y productividad
En el escenario de producción que se prevé en los próximos años, con los recortes en la aplicación de abonos nitrogenados y la limitación cada vez mayor en el portfolio de productos fitosanitarios, cobra especial interés además de un asesoramiento técnico profesional, la elección de la variedad a sembrar va a ser si cabe todavía más importante para mantener la producción.
En los últimos años, se empieza a valorar más el esfuerzo en investigación de las empresas obtentoras, que intentan conseguir nuevas variedades, adaptadas a cada zona de cultivo. También es vital la labor de desarrollo de esas nuevas variedades, realizada por empresas multiplicadoras de semillas como Bernabé Campal, que se encargan de realizar la evaluación de las variedades en condiciones reales de cultivo y de ese modo seleccionar para su catálogo aquellas que puedan aportar alguna mejora para los sistemas de producción actuales.
Estas mejoras se pueden clasificar bien por calidad, por producción, por resistencia a las adversidades climatológicas o a los ataques fitosanitarios, lo que las hace a estas nuevas variedades, concebidas, ensayadas y producidas en la misma zona de cultivo, mucho más eficientes.
Bernabé Campal reúne siempre en su catálogo de semillas las mejores variedades del mercado
Valorando la importancia de la semilla en el proceso productivo, comenzamos por señalar que una tierra de labor comienza a ser considerada cultivo, en el momento que se implanta la semilla en el suelo. Una vez sembrada germina y comienza a expresar todo su potencial. Este potencial, fruto de la investigación y la mejora varietal, está en la información genética de la variedad seleccionada. Pero para que se exprese correctamente se debe mantener la pureza varietal, que solo la semilla certificada garantiza.
En el proceso de producción de semilla certificada, podemos diferenciar dos fases. Una fase de conservación de la variedad que se consigue con las denominadas Pre-bases y Bases. Y una fase de Multiplicación de la variedad, que se obtiene de la siembra de esas Bases y es la semilla comercial R1 y R2 que todos conocemos. La R1 es la denominada semilla profesional, que sembrada da lugar a la R2 que es la semilla empleada en producción. A partir de la resiembra de R2 está comprobado que la pureza se degrada exponencialmente y con ello las características de la variedad escogida.
Por desgracia, no existe la variedad perfecta. Dentro de la misma especie de cultivo, una misma variedad cambia sus valores de producción en función de diferentes parámetros como puede ser la zona de cultivo, tenemos variedades que se adaptan mejor a climas más frescos y otras que se adaptan mejor a zonas áridas. También existen variedades adaptadas a los diferentes sistemas de producción, tanto para regadío intensivo, como para riego de apoyo y también para secano. La fecha de siembra también es un factor importante que se debe planificar, en siembras de variedades de invierno tenemos ciclos largos, medios y cortos, además de las siembras de primavera.
Teniendo en cuenta los factores antes descritos, las combinaciones de sistemas son bastante amplias y requieren la realización de múltiples ensayos realizados en diferentes condiciones de cultivo, que además deben repetirse en años sucesivos para evaluar correctamente todos los condicionantes de variabilidad.
Es imprescindible para poder valorar una variedad antes de salir al mercado, haber realizado un seguimiento de la misma durante al menos tres años. Esto se consigue realizando y evaluando los ensayos pre-registro de las variedades, tanto en ensayos propios como los realizados por el Ministerio de Agricultura a través de los Institutos Tecnológicos Agrarios de cada Comunidad Autónoma. De ese modo se aprovecha el tiempo que se tarda en registrar una variedad, que son unos diez años, para conocer al máximo sus virtudes y defectos, y de ese modo poder valorar si realmente puede aportar algo, o solamente es una variedad más.
También debemos valorar que cada año las circunstancias del cultivo cambian, las variaciones climatológicas alteran el momento de realización de las labores. Muchas veces estos cambios obligan a cambiar el momento de sembrar, por lo que sería aconsejable un cambio de variedad o incluso de especie para adaptarla a ese nuevo momento de siembra. Bernabé Campal dispone de las mejores variedades para cada situación de cultivo y planifica con antelación las necesidades del agricultor, para que disponga en el momento de la siembra de la variedad que necesita y que le va a dar el mejor rendimiento a su explotación.
Campal dispone de las mejores variedades, adaptadas a cada zona, fecha y sistema de cultivo
Destacan en trigos variedades como Adagio, cosecha asegurada, LG Filósofo, rústico y productivo, Sollario, con un tamaño de espiga inigualable, RGT Borsalino, un color nuevo en tu cultivo, RGT Tocayo, el líder en las siembras tardías. En cebadas Dulcinea, una cebada como las de antes, LG Casting, producción en cualquier condición, RGT Medinacelli, rusticidad, producción y sanidad van unidas o RGT Planet, la reina en las siembras tardías. Avenas como RGT Insignia, donde grano y forraje van de la mano. Guisantes como Astronaute que en siembras tardías parece un guisante de otra galaxia.