La Unió de Llauradors apoya el desarrollo de energías renovables, pero respetando la tierra de cultivo y el paisaje rural
La organización agraria trasladará a la Generalitat la necesidad de planificar y ordenar una correcta ubicación de los parques fotovoltaicos y eólicos, priorizando su construcción según su volumen y en zonas donde el impacto y el efecto sea menos agresivo, y evitando que se pierdan tierras de cultivo o derechos de riego históricos.
La Unió de Llauradors i Ramaders propone que el necesario cambio de modelo energético hacia fuentes renovables en la Comunitat Valenciana se realice respetando los terrenos agrícolas productivos, la actividad agraria, las instalaciones de regadío, las infraestructuras agrarias y el paisaje rural.
La organización profesional agraria desea así posicionarse en torno al anuncio de proliferación de grandes instalaciones solares, eólicas o torres de alta tensión que pretenden instalarse en la Comunitat Valenciana y puntualiza que está totalmente a favor de las energías renovables, verdes y limpias, pero de una forma sostenible siempre que se respete el territorio, la agricultura y ganadería, el medio ambiente, el paisaje de nuestras zonas rurales y revierta en beneficio de esas zonas donde se instalen.
Placas fotovoltaícas instaladas en un suelo agrícola
La Unió trasladará así a la Generalitat la necesidad de planificar y ordenar una correcta ubicación de los parques fotovoltaicos y eólicos, priorizando su construcción según su volumen y en zonas donde el impacto y el efecto sea menos agresivo, en lugar de construir de forma masiva y por todos los sitios.
Cabe señalar que el Consell aprobó el pasado año el Decreto-Ley 14/20 con el objetivo de acelerar la implantación de instalaciones de producción de electricidad de origen renovable como la fotovoltaica y la eólica. Una normativa donde se establecen muchos criterios que a juicio del sindicato agrario y por las referencias que tiene, en la práctica no se están cumpliendo, como es la prioridad de instalarlas sobre cubiertas, en suelos ya urbanizados, en suelos degradados, ya que muchas de ellas se proponen en terrenos productivos y no se integran con el medio agrario, con instalaciones de regadío en uso, con proyectos de divesificación económica, paisajes ancestrales, etcétera.
Así, por ejemplo, La Unió propone a la Generalitat que la implantación de instalaciones para el aprovechamiento de las energías renovables no supongan una pérdida de derechos de riego de la superficie donde están implantadas.En este sentido, la organización agraria desea poner en valor el paisaje de nuestras zonas rurales con una agricultura dinámica, sostenible, moderna y en manos de las personas que viven y trabajan en el territorio, frente a los fondos de inversiones que impulsan muchas de estas energías y que pretenden también quedarse con buena parte de las empresas del sector agrario.
Carles Peris, secretario general de La Unió, considera que “el debate no es renovables sí o no, nosotros lo tenemos claro y superado y apostamos desde hace tiempo por ellas, sino de modelo que no puede estar basado en el sistema del pelotazo de la construcción de hace años con enormes proyectos y plantas por todos los sitios, sin ningún tipo de control, sin analizar las consecuencias para el territorio, la actividad agrícola, el paisaje, y sobre todo sin pensar en los habitantes de nuestras zonas rurales, ni revertir los beneficios en las zonas donde se instalen”.