Consideraciones técnicas para tener éxito en el cultivo de maíz
Koipesol Semillas nace hace más de 50 años con un marcado carácter técnico, cuya labor fundamental en sus orígenes fue la de asesorar y enseñar a producir cultivos que hasta entonces eran poco conocidos como el girasol. Marcados por este carácter, la firma se metió de lleno en el cultivo del maíz cosechando grandes éxitos con una genética líder que le hizo crecer exponencialmente en poco tiempo.
Desde Koipesol Semillas queremos recordar y/o reforzar algunos aspectos a la hora de encarar el cultivo, y que son algunas reglas muy básicas para comenzar con buen pie y tener éxito al final del cultivo.
Preparación del terreno:
Estas operaciones tienen por objetivo garantizar una buena nascencia y posterior desarrollo del cultivo, adecuado para obtener el máximo potencial productivo.
Para que se produzca una buena germinación y emergencia de las plantas tenemos que tener una temperatura adecuada, unos 10°C de temperatura media diaria del suelo; determinada humedad, y si el terreno no la tiene, la aportaremos con el riego; buena aireación para que la semilla tenga oxígeno para germinar, desmenuzamiento de la tierra para que la semilla esté en contacto con las partículas del suelo y una capa superficial de suelo suelto para que la plántula no tenga obstáculo para salir. Además debemos disponer de un volumen de suelo en condiciones óptimas para que las raíces se desarrollen bien, para ello deben de disponer de una profundidad de unos 40 cm.
Abonado del maíz:
El aporte de los nutrientes necesarios es otro factor fundamental para el desarrollo inicial y futuro del cultivo. Este aporte debe hacerse de manera racional y sostenible, maximizando el aprovechamiento de los fertilizantes acorde al potencial de las plantas.
Para la realización de un correcto abonado, es necesario saber con qué reservas de nutrientes contamos en el suelo, qué producción final esperamos y cuál son las extracciones de nutrientes del maíz para esa producción esperada.
Para lo primero, lo más práctico y seguro es hacer una analítica de suelo para conocer las reservas de nutrientes y a partir de esto conseguir un buen consejo de abonado. A partir de este análisis, tenemos que saber que las extracciones del maíz son aproximadamente por cada 1.000 kg de cosecha: Nitrógeno (N): 21; Fósforo (P2O5): 9; Potasio (K2O): 25.
El aporte de estos nutrientes se hará en fondo y en cobertera. En fondo, antes de la siembra con enterrado posterior, aportaremos el 40% del nitrógeno, y la totalidad del Fósforo y el Potasio.
Elección de la variedad:
La variedad a sembrar es otro factor clave. Está condicionada por el clima de la zona y la disponibilidad de agua. El factor fundamental es el número de días en que la variedad se pueda desarrollar, de la época de siembra y del periodo libre de heladas.
También es importante elegir variedades que maduren uniformemente, que se adapten al tipo de terreno y al lugar de la siembra, y que tengan el máximo rendimiento en producción y calidad.
En este sentido Koipesol Semillas tiene a disposición del agricultor variedades como SANDRO, un 400L con el mayor techo productivo del mercado en su ciclo, una excelente sanidad vegetal y máxima satisfacción en el agricultor. La referencia para el agricultor en los próximos años.
INFINITE, un 300L con gran potencial productivo, un grano de alta calidad y muchísima resistencia a la caída, un seguro en zonas con problemas.
PREMEO, un 300 de última generación, con tecnología Artesian con alto techo de producción y preparado para admitir altas densidades de siembra, ideal para las nuevas técnicas de cultivo como las siembras de densidad variable.
Densidad de siembra:
La densidad de siembra viene dada por la distancia entre las plantas y la separación de las líneas de siembra. A esta densidad teórica hay que restarle aproximadamente un 10% para llegar a la densidad real.
Cuando las siembras quedan muy claras, el mayor tamaño de la mazorca no compensa la falta de planta y un exceso de densidad puede provocar plantas poco vigorosas y esterilidad, si la variedad no es apropiada para esas densidades. Hay variedades que se adaptan bien a más densidad y otras a menos, por lo que las distintas variedades de maíz alcanzan su máximo rendimiento a unas determinadas densidades que debemos consultar a la casa de semillas.
Por lo tanto la densidad de siembra correcta es la que nos asegure una mazorca por planta y que pese entre 200 y 250 gramos.
Profundidad de siembra:
La profundidad de siembra puede oscilar entre 2 y 10 cm dependiendo de varios factores.
Siembras más profundas en terrenos arenosos, con más temperatura y menos humedad. Con temperatura y humedad apropiadas la profundidad aconsejada será de 3 ó 4 cm. No obstante la experiencia del agricultor para cada parcela será la mejor guía.
Por todo ello, Koipesol Semillas dispone de un amplio catálogo para adaptarnos a cualquier situación, y lo más importante de todo es que contamos con el equipo adecuado para recomendarle que es lo que necesita. Por algo somos Koipesol, expertos en semillas.