Una tecnología que la UE podría impulsar para alcanzar los objetivos del Pacto Verde europeo
La CE podría anunciar en abril su decisión de dar luz verde a la edición genética en Europa
Alejandro de Vega
30/03/2021El uso de tecnologías de edición del genoma en las plantas podría ayudar a la UE a garantizar la seguridad alimentaria y a reducir el impacto de las prácticas agrícolas actuales en el medio ambiente, según un nuevo informe del Grupo Europeo de Ética de la Ciencia y las Nuevas Tecnologías (EGE) adscrito a la Comisión Europea.
La Dirección General de Sanidad de la Comisión Europea (DG Sante) publicará en breve los resultados de una consulta sobre el futuro de la edición genética en la UE. Los resultados determinarán cómo se regulará esta tecnología en Europa y cuyo sistema más conocido es el CRISPR/Cas. El sistema CRISPR (Clustered Regularly Interspersed Short Palindromic Repeats), así como su proteína asociada Cas, para la obtención de nuevas variedades está actualmente regulado por las leyes de seguridad y etiquetado de los transgénicos (OGM) de la UE.
La Comisión tiene previsto publicar los resultados del estudio en abril. Sin embargo, diversas organizaciones se han movilizado en contra de una posible decisión favorable. Mute Schimpf, responsable de la campaña de alimentación y agricultura de Amigos de la Tierra Europa, dijo: "La Comisión Europea prometió un sistema alimentario sostenible con su estrategia 'De la Granja a la Mesa', pero parece que está intentando dejar entrar una nueva generación de cultivos transgénicos en nuestros campos y platos sin controles de seguridad ni etiquetado".
Una de las ideas más extendidas entre los partidarios de estas nuevas prácticas es que permitiendo la edición de genes para hacer más precisa la obtención de nuevas variedades, se ayudaría a la UE a alcanzar los objetivos fijados en su estrategia 'De la Granja a la Mesa' y que consisten en reducir el uso de fertilizantes y fitosanitarios químicos y convertir el 25% de las tierras agrícolas a la agricultura ecológica para 2030.
“Es necesario garantizar la seguridad alimentaria, proporcionar recursos renovables para combustibles, piensos y fibras, salvaguardar la conservación de la biodiversidad y proteger el medio ambiente”, dice el informe del Grupo Europeo de Ética de la Ciencia y las Nuevas Tecnologías (EGE) adscrito a la Comisión Europea, que añade: “Las formas actuales de agricultura contribuyen significativamente a la crisis climática antropogénica”.
Por otro lado, Petra Jorasch, responsable de 'Plant Breeding' en Euroseeds, afirma que sin mejoras en la obtención de variedades, la estrategia 'De la Granja a la Mesa' reducirá la productividad agrícola. "Si se quitan los fitosanitarios y los fertilizantes a los agricultores, se necesita algún tipo de innovación para compensar", asevera.
La pérdida de competitividad de la UE con respecto al resto del mundo
El EGE analizó el impacto de la edición genética en humanos, animales y plantas, y concluyó que en la agricultura, la UE "debería acelerar su adopción para la obtención de nuevas variedades a fin de estar a la altura de la competencia internacional y apoyar la producción de alimentos".
La mejora de variedades mediante la edición de genes no puede utilizarse en la UE tras una sentencia de 2018 del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que determinó que estas técnicas están sujetas a la directiva comunitaria de 2001 que prohíbe los organismos modificados genéticamente (OMG).
Tras el Brexit, el Reino Unido está estudiando si permitir la edición genética en los cultivos y ha lanzado una consulta a la industria. La opinión del gobierno británico es que los organismos producidos por la edición genética u otras tecnologías afines, no deben ser regulados como OGM si podrían haber sido producidos por los métodos de cultivo existentes.
Argentina cambió su legislación para permitir la edición del genoma en los cultivos en 2015. Otros países de Sudamérica le siguieron, mientras que Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón parecen adoptar una postura similar. El debate continúa en Rusia, China, India y Sudáfrica, pero la UE sigue siendo la única región importante del mundo donde los cultivos editados por el genoma están regulados como OGM.
"Por el momento, Europa va a la zaga", señala Oana Dima, responsable de política científica de EU-SAGE, un grupo de científicos de 134 institutos y sociedades europeas de ciencias vegetales que abogan por el uso de la edición del genoma para una agricultura y una producción de alimentos más sostenibles. "Esperamos con interés el estudio de la Comisión Europea, que será un punto de partida para la toma de decisiones basada en pruebas", según Dima.