Los seguros se tienen que rediseñar para responder a los efectos del cambio climático
La organización agraria catalana JARC pide que las condiciones por afectación por frío sean las mismas que las de granizo y se perite por parcela. La mayoría de los daños provocados por el frío en fruteros y almendros no quedarán cubiertos porque las franquicias son demasiado altas, se tendrían que reducir a un 10% sin aumentar el precio.
Fenómenos meteorológicos como las altas temperaturas de la Ribera d’Ebre, el exceso de lluvias que provocó mildiu a la viña, los temporales de Gloria y Filomena son cada vez más habituales y los seguros agrarios no cubren más que un porcentaje ínfimo de las afectaciones, según JARC.
No obstante, para la organización catalana, la mayoría de productores no verán compensadas sus pérdidas o solo un porcentaje muy bajo, puesto que no se evalúan los daños por parcela (los productores suelen tener cultivos diversificados repartidos en fincas en diferentes ubicaciones) y las franquicias, en caso de daños por frío, son muy altas. Por este motivo, JARC reclama al Departamento de Agricultura catalán y al Ministerio que aumenten las subvenciones a la aseguradora para que puedan mejorar las condiciones de sus servicios, sin subir el coste.
Los cultivos de almendra tradicional, la tempranas llargueta y marcona, especialmente en los valles y zonas hondas, también han sufrido una afectación de hasta un 70%. Los cultivos de variedades de floración más tardía situados en regiones hondas, también han sufrido daños, dado que este año se ha avanzado la floración. La situación respecto al seguro por frío es similar, y por tanto reclaman también que bajen las franquicias y se valoren los daños por parcela y no por explotación.
Otros cultivos como la viña, cereales o forrajes se han podido ver afectados en menor medida y están valorando los daños. Otro factor que habría que tener en cuenta en la hora de rediseñar las condiciones de los seguros agrarios son los potenciales productivos, que Agroseguro estima a la baja, de forma que cuando se produce un siniestro perjudica al agricultor.
Los seguros, según la entidad, deberían tener un coste asumible para las empresas agrarias y una cobertura que se ajuste a la realidad del cambio climático. Según Isabel Vidal, representante de la viña de JARC, lo que también sería deseable que los productores recibieran un precio digno por su producción, de forma que pudieran hacer frente al gasto del seguro.