Febrero ha comenzado con ligeros ajustes a la baja en las cotizaciones de trigo y cebada en el mercado nacional
Los traders advierten sobre el diferencial de 30 €/t respecto al precio de la nueva cosecha de cereal
El mercado de cereal vive desde finales del pasado verano una escalada alcista de los precios que está cambiando por completo el escenario en el que venían moviéndose las materias primas agrarias hasta la fecha. No obstante, el grano almacenado de la última campaña puede perder una parte importante de su valor actual en los próximos meses debido al elevado diferencial de precio respecto al cereal de la próxima cosecha.
La situación del mercado de cereal es, estos momentos, bastante atípica. Así al menos la definen los profesionales que se encargan de trabajar a diario en este mercado, en el que normalmente la cotización de los cereales de la cosecha 'vieja' es algo superior al precio de venta de la que todavía no se ha recolectado. Este año, este diferencial de precio se sitúa actualmente alrededor de los 30 euros por tonelada. Es decir, un agricultor que venda ahora su cosecha del próximo verano recibiría 30 €/t menos que si vendiera el grano almacenado de la última campaña. Una práctica, la de los futuros, que está más extendida en el lado comprador. De esta forma, "la demanda puede empezar a contenerse y esperar a la nueva cosecha de cereal porque de esta forma se ahorra la diferencia del inverso que hay actualmente en el mercado", señala Jesús María Fernández, director y trader de la empresa Zeleny, que participará como ponente en el webinar sobre maíz organizado por la revista Tierras Agricultura el próximo 11 de febrero.
Los motivos que explican la situación actual son diversos. Para Iván Álvarez, socio y director de Asegrain, asesoría de granos con sede en León, “no hay un único factor que haya motivado la subida de los cereales, son una suma de ellos”. Este experto considera que “el incremento de la importación de maíz desde China, sobre todo de origen Estados Unidos que es el más barato, con las compras de la última semana de enero, asciende a más de 17 millones de toneladas (Mt) por los 7,6 millones del año pasado”, siendo uno de los factores principales que han contribuido al rally alcista de los cereales en los últimos meses.
Álvarez apunta a otras causas que también han podido influir como que Rusia haya fijado una tasa a la exportación de trigo, cebada y maíz a partir del 1 de marzo, el ajuste de la producción de maíz en Brasil, sobre todo de la segunda cosecha (safrinha), o el escaso saldo exportable de trigo en Ucrania y la menor cosecha de maíz que el año anterior que va a provocar una reducción de las exportaciones previstas en más de 4 Mt respecto a la campaña anterior.
Además, el gerente de Asegrain considera que “la alta volatilidad de las bolsas de valores en todos los mercados, y la gran incertidumbre de la economía a nivel mundial por la pandemia, ha hecho que los grandes fondos de inversión hayan visto a los mercados de materias primas como un sector refugio y alentados por unos precios de entrada baratos. La propia subida de las cotizaciones les ha impulsado a tomar más posición, lo que ha favorecido la subida de precios”.
La dinámica del mercado de commodites agrícolas, tanto en trigo, cebada o maíz en los mercados internacionales, ha estado marcada por una relativa calma desde hace más de 5 años en los que “se ha disfrutado de precios muy baratos y, dado que no hemos tenido desastres climáticos significativos en la última cosecha, las subidas producidas entre septiembre y octubre llevó a los compradores a no realizar abastecimientos a largo plazo a la espera de correcciones en los precios de cara a final de año, lo que ha dejado un mercado muy 'abierto' con mucha necesidad de seguir comprando y esto ha favorecido la subida constante de los precios”, resume Iván Álvarez.
Evolución de los futuros del maíz en la bolsa de Chicago, donde se aprecia el fuerte repunte que se vivió a partir del mes de septiembre de 2020 y cómo a fecha 2 de febrero de 2021 la cotización ha empezado a corregir después de varias semanas al alza. Fuente: CBOT-CME Group.
De cara a los próximos meses, la situación del mercado podría empezar a cambiar. Esta es la previsión que maneja Jesús Fernández, quien cree que la clave reside en "si el mercado ha descontado ya por completo el aumento en la demanda de maíz por parte de China o, en caso contrario, todavía podemos asistir a más subidas". No obstante, el director de Zeleny también ve factible que el mercado pueda corregir a corto plazo debido al diferencial entre la vieja y la nueva cosecha comentado anteriormente.
Sobre qué materias primas acumulan una mayor sobre compra, Iván Álvarez cree que "la 'burbuja' es mayor en el trigo, dado que las existencias a final de la presente cosecha a nivel mundial son las mayores de la historia, aunque la subida del maíz en las últimas semanas también ha sido muy fuerte, y podríamos tener alguna corrección. Debemos tener en cuenta que con los niveles de precio actual, la superficie de maíz a nivel mundial seguro que aumenta y esto podría afectar a medio plazo a los precios del maíz".
Al más corto plazo, el mercado podría tomarse un respiro a la espera del informe USDA del próximo martes 9 de febrero, del cual se espera que refleje una reducción aún mayor de las existencias de maíz y este hecho compense a su vez la recogida de beneficios del mercado y la fortaleza del dólar que está lastrando la competitividad del cereal origen EE UU, según informa la Lonja de León.
En todo caso, una de las consecuencias directas de lo que está sucediendo en este mercado es el encarecimiento de las materias primas necesarias para la producción de alimentos para consumo humano y de piensos para el ganado. En el caso de la ganadería, dada la situación de algunos sectores, "supondrá el cierre de muchas explotaciones y, por lo tanto, una pérdida de consumo a medio plazo", apostilla Álvarez. La crisis económica que está provocando el COVID-19 en España ha hecho descender el consumo de ciertos productos, por lo que tanto los ganaderos como las industrias agroalimentarias y de alimentación animal están soportando además esta bajada de la demanda.