El fósforo condiciona la formación de óxidos de hierro, claves en las propiedades agronómicas de los suelos
La Unidad de Edafología de la Unidad de Excelencia María de Maeztu - Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (DAUCO) lleva años avanzando en esta línea.
Los catedráticos Vidal Barrón y José Torrent de la Unidad de Edafología de la Unidad de Excelencia María de Maeztu - Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (DAUCO), en colaboración con científicos de la Southwest University de China, han demostrado que la presencia de fosfato tiene un papel crucial en la formación de óxidos de hierro que, a su vez, afectan a la capacidad de los suelos para ser más eficientes en agricultura.
Si bien se consideraba que la concentración de óxidos de hierro estaba controlada por la fuente primaria de hierro y las condiciones climáticas, con este trabajo de Torrent y Barrón se corrobora la necesidad de tener en cuenta la presencia de fósforo. Así, para obtener correlaciones entre la presencia de los distintos óxidos de hierro y los parámetros climáticos, es necesario considerar factores geoquímicos, entre los que es determinante este elemento.
Previamente, se había verificado a escala de laboratorio la importancia de esa presencia de fosfato en la formación de los óxidos de hierro como la maghemita y la hematites y, ahora, con este estudio realizado en suelos naturales muy meteorizados en el suroeste de China se corroboran dichas investigaciones previas.
Reconocimiento internacional
Con este trabajo, publicado en Geophysical Research Letters, se aumenta el conocimiento disponible sobre ese universo invisible que es el suelo. A través de los óxidos de hierro, ampliamente distribuidos en los suelos de la Tierra y de Marte, se puede no sólo conocer los procesos que ocurren bajo los pies y aplicar el conocimiento a la agronomía, sino también aportar información sobre cómo fue, en el pasado, nuestro clima y el del planeta vecino.
Los óxidos de hierro son minerales que controlan aspectos geoquímicos y agronómicos claves de los suelos. Dependiendo del tipo de óxido de hierro que impere en un suelo podrá variar su color; por ejemplo, los suelos en los que aparece el óxido de hierro hematites (a-Fe2O3) presentan tonos rojizos, mientras que en los que predomina la goethita (a-FeOOH) serán amarillos. La pigmentación indirectamente da cuenta del drenaje del suelo. Además, influyen en: la susceptibilidad a la erosión de los suelos; en la estabilización de la materia orgánica y, consecuentemente, en su capacidad de secuestro de carbono; en el magnetismo, a través de los óxidos magnéticos magnetita (Fe3O4) y maghemita (g-Fe2O3), los cuales son usados en estudios paleoclimáticos; en la fijación de gases de nitrógeno y adsorción de fósforo, que son nutrientes críticos para las plantas.