La importancia de elegir el material vegetal adecuado, gestionar y fertilizar el suelo, ser preventivos frente a hongos, selectivo y efectivo frente a plagas y realizar una poda adecuada

El cultivo ecológico, especialmente los frutos secos, se ha abierto camino y está haciendo 'Marca España' y aquí está nuestra gran oportunidad para dejar de vender almendras como mercancía y hacerlo como marca, una marca que nos diferencie claramente a muchos niveles. Desde el punto de vista económico esta realidad está muy clara pero desde el punto de vista agronómico queda camino por andar ya que cuando hablamos de cambios solemos ponernos nerviosos arrastrados por el desconocimiento.

Desde Crisara, una empresa especializada en almendro y pistacho con amplia experiencia que presta asesoramiento técnico integral desde hace más de 25 años, hemos querido focalizar este artículo desde el punto de vista agronómico, refiriéndonos desde posiciones totalmente complementarias: decisiones y soluciones, porque unas decisiones y actuaciones básicas tomadas a tiempo en su conjunto garantizan la rentabilidad y viabilidad de un cultivo ecológico.

1. Transformación y cambio: Partimos de un cambio de mentalidad, es importante cambiar el concepto de ecológico, pues no es sinónimo de marginal o poco productivo, el ecológico con agua y con buen suelo es un cultivo viable, rentable y sostenible en el tiempo y existen los medios suficientes para su correcta nutrición y control de plagas y enfermedades.
2. Elección de un buen material vegetal: Material genético del portainjerto o patrón acorde a las condiciones de nuestro suelo, siempre de obtención 'in vitro', certificado etiqueta azul, garantía de la mejor genética y sanidad. La utilización del sistema de microinjerto, al trabajar con portainjertos poco lignificados facilita la producción de células de parénquima que garantizan un tejido de callo mejor formado y una correcta comunicación vascular entre injerto y portainjerto. De esta forma, gracias a las nuevas células de cambium obtenemos una alineación correcta de los vasos circulantes de la sabia y, en consecuencia, árboles más sanos, más resistentes a condiciones limitantes y a cualquier proceso de estrés.
3. Elección adecuada de la variedad: Debe ser la que mejor se adapte a nuestras condiciones climáticas (resistencia a heladas, sequía, clorosis férrica…) más fácil de gestionar (en poda, formación…) y sobre todo elegir la más adecuada a condiciones fitosanitarias (resistente a enfermedades producidas por hongos y otras plagas y enfermedades).
4. Condiciones del vivero: Autorizado y con los máximos estándares de sanidad, calidad y garantía en todos los procesos: control radicular, planta de una sabia, planta micorrizada, planificación en arranque y plantación, protección de la planta en el trasplante, asesoramiento y servicio post-venta.
5. El suelo (gestión y mejora): El suelo, a todos los niveles, es el principal recurso que tiene el agricultor ecológico en sus manos para generar una plantación eficiente, rentable y sostenible en el tiempo.

1. Gestión de las cubiertas vegetales: Podemos hacer cubiertas vegetales parciales, primero cuando los árboles son jóvenes, preferentemente dejar la cubierta vegetal en el centro de las calles donde no sea competitiva, para más tarde invertirla o ampliarla hasta la zona basal de los árboles cuando sean adultos.
2. Laboreo: Profundos y centrales en otoño para desconpactar, oxigenar y facilitar la penetración de agua y ocupación radicular, el resto del año pases poco profundos entre 10 y 12 cm.
3. Poda: La poda en agricultura ecológica es fundamental ya que además de ser un elemento regulador entre vigor y capacidad de producción también es un elemento de garantía en sanidad vegetal, una buena poda corta o media que elimine maderas viejas y renueve los árboles es, junto a una buena nutrición, la garantía y la solución de que tengamos arboles sanos y vigorosos menos afectados por plagas y enfermedades.
4. Tratamientos: En agricultura ecológica es importante prevenir con tratamientos fúngicos frente a hongos, pero la mejor prevención es una buena alimentación de las plantas partiendo de una fertilización adecuada y de un suelo microbiológicamente apto. En cuanto al control de las plagas más convencionales (pulgón, orugeta, tigre, mosquito verde, araña roja...) recomendamos actuar en el momento crítico, puesto que en agricultura ecológica hay que ser muy respetuosos con nuestros aliados, la fauna auxiliar, para eso hay que esperar a tener la plaga, medir su dimensión, posibilidades de evolución y propagación y en caso de tener que actuar ser selectivos y tratar solo en las zonas donde tenemos afección. Frente a nuevas enfermedades, como el caso de hongos de madera, avispilla o gusano cabezudo, hay que tomar otras medidas y aplicar un protocolo de actuación para cada caso.
5. Nutricionales: La nutrición en agricultura ecológica al igual que en convencional debe ser proporcional a las necesidades específicas del cultivo de acuerdo con el agua disponible y el volumen de masa foliar productiva con el que contemos. Es importante tener analítica de tierra, agua y hoja para poder detectar bloqueos y optimizar al máximo nuestras aportaciones. Actualmente contamos con todos los insumos necesarios para poder aportar las unidades fertilizantes y correctores necesarios y llevar a buen fin cualquier plantación.