El ITACYL recupera 14 variedades vitícolas en peligro de extinción
El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACYL) lleva desde los años 90 inmerso en un trabajo investigador que permite recuperar y seleccionar los mejores clones de variedades locales, que puedan adaptarse al viñedo de la Comunidad y proporcionen un patrimonio resistente al cambio climático y que complementen a otras variedades más extendidas.
En concreto, en los últimos años el ITACYL ha recuperado y saneado 14 variedades que estaban en peligro de desaparición: Puesta en Cruz (Rabigato), Gajo Arroba, Negro Saurí, Cenicienta, Estaladiña, Tinto Jeromo, Áurea, Bastardillo Chico (Merenzao), Bruñal, Mandón (Garró), Negreda, Puesto Mayor, Rufete Serrano Blanco (que desde esta vendimia podrá lucir la contraetiqueta de la DOP Sierra de Salamanca) y Verdejo Colorao.
La selección se ha hecho en base a sus buenas aptitudes enológicas o agronómicas, de entre más de mil de cepas originarias que se encontraron en alrededor de 200 parcelas muestreadas. Del millar inicial se seleccionaron después una treintena, que finalmente quedaron en esas catorce citadas. Algunas de ellas ya están reconocidas oficialmente como variedades comerciales y otras están en proceso de evaluación por la Oficina Española de Variedades Vegetales (OEVV), como Estaladiña, Merenzao o Bruñal.
La variedad 'bruñal', una de las recuperadas por el Itacyl, es una de las admitidas en el Reglamento de la DO Arribes.
Cata en el ITACYL
Las seis primeras variedades (Puesta en Cruz, Gajo Arroba, Negro Saurí, Cenicienta, Estaladiña y Tinto Jeromo) han protagonizado en el ITACYL una cata con vinos provenientes de una vinificación de 2019. Cada una, diferente y singular, han mostrado en cata ser variedades idóneas para formar parte del catálogo ampelográfico de sus respectivas zonas de procedencia (Arribes, Bierzo, Zamora, Salamanca o Rueda) y su valor como aportación a un entorno de diversidad y personalidad en los vinos.
Esta cata tan especial ha estado impartida por los Masters of Wine Almudena Alberca, Pedro Ballesteros y Sarah Jane Evans y conducida por el cofundador y director de Alma Vinos Únicos, Paco Berciano, que también ha contado con la participación de los investigadores del ITACYL José Antonio Rubio, investigador y jefe de la Unidad de Cultivos Leñosos y Hortícolas; Enrique Barajas Tola, investigador de la Unidad de Cultivos Leñosos y Hortícolas; Sergio Vélez Martín, becario predoctoral de la Unidad de Cultivos Leñosos y Hortícolas; y Alberto Martín Baz, enólogo de la Estación Enológica de Rueda.
Según José Antonio Rubio, "estas variedades suponen una puerta clara hacia el futuro de unas denominaciones de origen más volcadas en la resistencia al cambio climático que afecta al viñedo mundial. Igualmente, suponen un activo que abre opciones de rentabilidad y valor añadido a los viticultores, tanto por su adaptación ancestral al territorio como por su capacidad de madurar en óptimas condiciones y dar lugar a vinos desconocidos e interesantes para los mercados".
“Aunque este conjunto de variedades -prosigue Rubio- se ha localizado en diferentes zonas vitivinícolas y son muy diferentes entre sí, tienen algunos aspectos comunes que las hacen destacar y aumentar su interés ante escenarios de vendimias más adelantadas y veranos muy calurosos”. Asimismo, ha añadido que “se trata de variedades que alcanzan una acidez muy apreciable y muchas de ellas mantienen una maduración tardía, lo que las hace especialmente valiosas e interesantes. Además de conservar la acidez incluso con periodos de maduración calurosos, en los vinos han destacado matices muy distintos y novedosos tanto en nariz como en boca, aspectos con una rusticidad y una mineralidad suaves y muy agradables que aportan diferencias con las variedades conocidas”.