Desarrollado un método para la monitorización de la erosión del suelo del olivar
Investigadores de la Universidad de Jaén, pertenecientes al Universidad de Jaén (UJA), pertenecientes al Centro de Estudios Avanzados en Ciencias de la Tierra, Energía y Medio Ambiente (CEACTEMA), han desarrollado un método para la monitorización de la erosión del suelo del olivar a partir de la variación de las condiciones pluviométricas, mediante técnicas geomáticas. El objetivo de este estudio se ha articulado en torno a la descripción de una metodología para la identificación y cuantificación de la erosión por cárcavas en los olivares jiennenses durante un largo período, entre 1980 y 2016, basada en la fotogrametría aérea y las técnicas LiDAR y en los datos disponibles en infraestructuras de datos espaciales públicos (SDI) o servidores de descarga de datos.
El análisis se ha realizado a distintas escalas y con distintas técnicas geomáticas. “A nivel regional (provincia) se están empleando técnicas de teledetección espacial combinadas con análisis SIG, mientras que a nivel local (municipios), la fotogrametría y el LiDAR aéreo son las herramientas adecuadas y las empleadas en el artículo publicado en la revista ‘Journal of Geoinformation’, señala. En ellas, a partir de la elaboración de modelos digitales de superficie, se pueden identificar las zonas en las que se producen diferencias de la cota del terreno, tanto negativas (erosión) como positivas (depósito), así como medir estas diferencias y los volúmenes de material removido a lo largo de los años. Puesto que se dispone de modelos de fechas conocidas (un total de 8, entre 1980 y 2016), se pueden estimar la tasa de incisión o depósito, y las tasas volumétricas en los periodos de tiempo analizados. Finalmente, a escala de parcelas se están realizando levantamientos fotogramétricos muy precisos mediante imágenes capturadas desde vehículos aéreos remotamente pilotados (RPAS) o drones, que permiten estudiar los detalles de la evolución de los procesos erosivos por cárcavas.
A partir de ese método, han podido establecer una correlación entre los periodos de mayor pluviometría, como el bienio 2009-2011, y en menor medida, otros como 2011-2013 y 1996-2001, y la actividad erosiva. Por el contrario, en los periodos más secos, como el actual, la actividad erosiva desciende claramente. “Sin embargo, hay que tener en cuenta que las últimas lluvias importantes (2009-2013) causaron un mayor impacto proporcionalmente al anterior periodo lluvioso (1996-1998), lo que hace sospechar en una aceleración del proceso en los últimos años, por factores que se están analizando en los trabajos en curso, relacionados con el régimen de precipitaciones, los cambios de los usos y manejos del suelo o el efecto de las infraestructuras”, explica el investigador.
Así mismo, Tomás Fernández destaca como otro de los resultados más destacados que en la zona de estudio se han alcanzado en algunos sectores de las cárcavas descensos de 5 cm en el periodo estudiado (1984-actualidad), y pérdidas de 50 t/ha*año, casi el doble de las pérdidas medias estimadas en la provincia de Jaén en términos medios anuales. Sin embargo, en los periodos de máxima actividad como el bienio 2009-2001, el descenso llega a ser de medio metro por año y las pérdidas de 450 t/ha*año, prácticamente 10 veces las pérdidas medias estimadas. “Son valores a tener muy en cuenta porque ocasionan pérdidas muy importantes de suelo, así como daños muy importantes en los cultivos y las infraestructuras”, argumenta Tomás Fernández.
Monitorización de los procesos erosivos mediante procedimientos automatizados
Las líneas de investigación a seguir radican en dar continuidad a los actuales proyectos multidisciplinares, que tienen como objetivo elaborar un marco general del funcionamiento de los procesos erosivos en el olivar de la provincia de Jaén, a partir del cuál se pueden realizar recomendaciones a nivel de la gestión integral e inteligente del territorio, así como de prácticas concretas sobre las prácticas de cultivo o la construcción de infraestructuras.
A su vez, el uso de técnicas geomáticas a distintas escalas permitirá una monitorización de los procesos erosivos mediante procedimientos automatizados que incluyan: la adquisición de datos de distinta resolución, el análisis de imágenes, y la elaboración y comparación de modelos digitales del terreno. La automatización de estos procesos posibilitará que se puedan aplicar a zonas piloto suficiente representativas del olivar de la provincia de Jaén, que además sea exportable a otras zonas de trabajo y a su vez correlacionables con modelos erosivos e hidrológicos.