Unión de Uniones pone sobre la mesa en el Congreso los problemas que acucian al sector agroalimentario
Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos era la organización agraria que faltaba por acudir a la Comisión sobre la Reconstrucción Social y Económica, creada en el Congreso de los Diputados para paliar las consecuencias del COVID19. Lo hizo a través de su director general, Antonio Castellanos, quien puso sobre la mesa los problema que acucian al sector agroalimentario.
En su opinión, el COVID19 sólo ha agravado “una crisis que los agricultores y ganaderos ya traíamos, por desgracia, puesta de casa” y que las medidas adoptadas para paliar los efectos del coronavirus sobre los mercados han sido necesariamente improvisadas y escasas en relación a la dimensión del problema, sobre todo en algunas producciones como cochinillo, cordero y cabrito, flor cortada, fruta o vino.
Castellanos expresó la preocupación latente en el sector por unos precios que, para el consumidor, no paran de subir y que, sin embargo, no se trasladan en igual medida en origen y la necesidad de mejorar la Ley de la Cadena Alimentaria. “Alguien está haciendo el agosto en primavera”, dijo, numerando distintos ejemplos, como el aceite de oliva virgen extra, un 40% más bajo para los olivicultores que en Italia, la leche, siempre por debajo de la media europea siendo deficitarios, o los cereales, donde se siguen manteniendo precios de hace 20 años mientras la barra de pan se ha multiplicado por tres. Igualmente, el rápido crecimiento de determinadas cadenas de gran consumo, según la organización, hace pensar que la situación no se vaya a resolver a corto plazo, al crecer las cuotas y aumentar la posición de dominio y sin seguir considerándola como tal.
Unión de Uniones ha recordado las propuestas que la organización ha presentado para identificar la posición de dominio de estas grandes cadenas y para definir la venta a pérdidas. También ha subrayado que en el campo la Ley, con el añadido de los precios referidos a costes de producción, está pasando un test cada vez que un agricultor vende cebada o que un ganadero vende leche y “pronto vamos a ver si algo ha cambiado o todo sigue igual que antes de las tractoradas”.
Sobre el recorte anunciado en la PAC, insistió en que el 70% de su presupuesto lo copan las ayudas directas y, sin embargo, se están distribuyendo de manera ineficaz y desequilibrada, por lo que es importante que impere la figura del agricultor genuino. Considera que la exigencia que se da en la producción y tratamiento de los alimentos en Europa se traslade también a las de países terceros de modo que no se den circunstancias de competencia desleal entre productos, sobre todo en aquellos cuyas temporadas se solapen.
La organización agraria cree que es importante revisar estas cuestiones actualmente porque es ahora cuando están sobre la mesa y se pueden tratar para un mejor funcionamiento de las mismas en beneficio de los agricultores y ganaderos europeos. La organización recuerda que antes de la crisis del coronavirus los agricultores y ganaderos españoles estaban en la calle. En este sentido, destaca que existen muchos retos a corto plazo que se deben afrontar, que ya se debían haber afrontado antes y que, ahora, la crisis sanitaria ha hecho que no se pueda prorrogar más tiempo.