Bayer lucha contra la malaria desde su planta de producción en Quart de Poblet (Valencia)
La compañía, que mantiene su actividad en todas sus fábricas en España ante la pandemia del COVID-19, sigue trabajando para garantizar la producción de insecticidas contra la malaria. La OMS estima que cada 2 minutos muere un niño menor de 5 años en África Subsahariana a causa de esta enfermedad que plantea grandes riesgos para la salud y también para la alimentación.
Bayer ha protegido más de 250 millones de vidas contra la malaria en los últimos 10 años y, en el Día Mundial de la Malaria, refuerza su compromiso de combatir una enfermedad que afecta a la mitad de la población mundial. Por ello la compañía, que mantiene operativa la actividad de todos sus centros de producción durante el estado de alarma por el coronavirus, sigue trabajando también desde su planta en Quart de Poblet (Valencia) donde se producen en exclusiva para todo el grupo Bayer dos insecticidas contra la malaria (Fludora Fusion y Ficam) que se emplean para pulverización en interiores en los países más vulnerables.
Según las cifras del último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2018 hubo 228 millones de casos de paludismo en todo el mundo y cerca de 405.000 personas murieron a causa de la enfermedad, la mayoría de ellas niños menores de 5 años en África subsahariana. La organización estima que cada 2 minutos muere un niño menor de 5 años a causa de esta enfermedad que no solo plantea grandes riesgos para la salud, sino también para la alimentación.
La prevención de la malaria, clave para el desarrollo agrícola y económico
La malaria no solo plantea grandes riesgos para la salud, sino también económicos porque afecta a la producción de alimentos de los aproximadamente 55 millones de pequeños agricultores del África subsahariana. Los que sufren de malaria o atienden a familiares enfermos no pueden trabajar los cultivos con los que alimentan a sus familias o venderlos en los mercados locales, muchas veces única fuente de ingresos. Además, la malaria en los niños afecta a su educación y las familias a menudo gastan el poco dinero que tienen en clínicas y medicamentos para tratar la enfermedad. La malaria mantiene a los hogares en la pobreza y reduce el progreso económico y la estabilidad social de las comunidades de algunos países.
Durante más de 60 años, Bayer ha invertido en la prevención de la malaria y el pasado año se lanzó una nueva solución efectiva: Fludora Fusion, el primer insecticida para la pulverización residual en interiores contra vectores de la malaria que combina dos modos de acción no relacionados para los mosquitos resistentes a los insecticidas.
En la actual crisis del COVID-19, la prevención de la malaria sigue siendo esencial “en primer lugar, porque a través de la prevención de la malaria podemos reducir la presión sobre las infraestructuras de salud que a menudo son frágiles y, en segundo lugar, en tiempos de crisis de salud y económicas, las enfermedades tienen el potencial de resurgir” afirma Protasio Rodríguez, director general de Bayer Crop Science Iberia.
El centro de producción valenciano de Bayer produce en exclusiva las soluciones Fludora Fusion y Ficam, contra el paludismo.
El centro de producción de Quart de Poblet, a pleno rendimiento contra la malaria
En España, el centro de producción de Bayer en Quart de Poblet (Valencia) produce en exclusiva Fludora Fusion y Ficam y mantiene su actividad para garantizar que estas soluciones de control de vectores trasmisores de malaria estén disponibles y se entreguen a tiempo a los países a los que se suministra desde la fábrica valenciana: Sudán, Pakistán, Zimbabwe, Zambia, Mozambique, Brasil, Sudafrica, Malawi y Honduras, entre otros muchos.
“Para el Grupo Bayer la malaria ha sido, es y seguirá siendo, una de nuestras prioridades. Además de combatir y atender la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19, ahora más que nunca, es importante seguir trabajando y aumentar significamente nuestros esfuerzos para erradicarla. Por ese motivo, desde nuestro centro de producción el trabajo no se detiene para asegurar que nuestras soluciones llegan a los millones de personas con alto riesgo de contraer esta enfermedad, muchos de ellos agricultores, y detener así el ciclo de hambre y pobreza“, explica el director de la fábrica de Bayer en Valencia, Rafael Ferrando.
