El temor a una caída de la demanda por el coronavirus rebaja el precio medio mundial de los alimentos en un 1% en febrero
Los precios mundiales de los alimentos bajaron en febrero por primera vez en cuatro meses debido a la fuerte caída de los precios de exportación de los aceites vegetales, provocada en parte por el temor de que el brote de coronavirus (COVID-19 )frene la demanda mundial.
El í ndice de precios de los alimentos de la FAO -que hace un seguimiento de la variación mensual de los precios internacionales de los productos básicos alimentarios que se comercializan habitualmente-, registró una media de 180,5 puntos en febrero, un 1,0 por ciento menos que el mes anterior, pero aún así, un 8,1 por ciento por encima que un año antes.
El índice de precios de los aceites vegetales disminuyó un 10,3 por ciento con respecto a enero, y los precios internacionales del aceite de palma cayeron aún más, debido a una producción mayor de la prevista en Malasia, una caída temporal de la demanda de importaciones de la India y la preocupación por la propagación de COVID-19.
El índice de precios de los cereales bajó a su vez un 0,9 por ciento en febrero. Los precios del trigo cayeron como reflejo de unos mercados bien abastecidos, mientras que los del maíz se redujeron al disminuir la demanda del sector de piensos para ganado en medio de las expectativas de un debilitamiento de la economía mundial. En cambio, los precios internacionales del arroz aumentaron, impulsados por la fuerte demanda de los compradores del Lejano Oriente y África oriental.
El índice de precios de la carne de la FAO bajó también un 2,0 por ciento desde enero, lastrado por la reducción de las importaciones de China, que se vieron afectadas por retrasos en la manipulación de la carga en los puertos. El sacrificio de animales inducido por la sequía en Nueva Zelanda ejerció aún mayor presión sobre las cotizaciones de la carne de ovino, mientras que los precios de la carne de aves de corral se vieron afectados por las menores importaciones de Asia.
En contraposición, el índice de precios de los productos lácteos de la FAO aumentó un 4,6 por ciento, impulsado por el aumento de las cotizaciones del queso, vinculado en parte a la reducción de la producción de leche en Australia. En cambio, los precios de la leche en polvo bajaron debido a los escollos logísticos que frenaron las compras de China, el mayor importador de leche en polvo del mundo.
El índice de precios del azúcar de la FAO aumentó también un 4,5 por ciento en medio de las perspectivas de una menor producción en la India y Tailandia, combinadas con una fuerte demanda mundial de importaciones.