Pesticidas basados en hongos: Un nuevo proyecto europeo lucha contra las plagas de la dehesa y otros árboles frutales
JPA/DICYT
El Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA-CSIC) acoge la primera reunión del proyecto LIFE MycoRestore. A lo largo de los próximos cuatro años, investigadores de España, Portugal e Italia intentarán desarrollar diversos recursos micológicos y prácticas de manejo para ayudar a la conservación de ecosistemas forestales como la dehesa, que hoy en día se encuentra amenazada por diversas plagas. Los bosques mediterráneos necesitan nuevas fuentes de ingresos y hacer frente a los efectos del cambio climático.
“El principal objetivo es la regeneración de ambientes degradados, el aumento de la rentabilidad del sector rural y la promoción de su valor cultural”, explica a DiCYT Ignacio Santa Regina, investigador del IRNASA. Por otra parte, “el proyecto busca incrementar los servicios de los ecosistemas a nivel local y sensibilizar a la población de su existencia e importancia, lo cual ayudará a proteger y conservar los valiosos aportes medioambientales, económicos, sociales y culturales que nuestras tierras ofrecen”.
Del proyecto se pueden derivar “nuevas recomendaciones en la gestión agrosilvopastoral que contribuyan a hacer nuestra agricultura y ganadería más sostenibles y compatibles con el medio ambiente”, afirma el experto.
Entre los problemas que afrontan la dehesa y los bosques mediterráneos en general destacan la enfermedad de la seca que afecta a las encinas, producida por el microorganismo Phytophthora cinnamoni; el ataque de los insectos Cerambyx cerdo y Cerambyx welensii, que afectan sobre todo a rebollares; la culebrilla del alcornoque o Coraebus undatus, otra especie de coleóptero; y el chancro del castaño, enfermedad producida por el hongo Cryphonectria parasítica.
Según Ignacio Santa Regina, en Salamanca se dan las condiciones ideales para que prosperen todas estas plagas y, de hecho, “hay explotaciones ganaderas con el cien por cien de los árboles infestados y, por tanto, condenados a morir”. Por eso urge buscar fórmulas que combatan estos problemas a la vez que son respetuosas con el medio ambiente.
Además, “tenemos que intentar sacar más valor del bosque, que la gente aprecie los recursos naturales que tenemos”, explica Sven Kallen, de la empresa Volterra Ecosystems, que también está involucrada en el proyecto. Su papel se centrará en la parte del proyecto que denominan “micoeconomía”, es decir, actividades relacionadas con nuevos tipos de setas, el aprovechamiento de biomasa y la optimización de recursos en general.
Pesticidas basados en hongos
Una de las ideas es el desarrollo de micopesticidas o pesticidas basados en hongos. Se trata de “inocular en puntos estratégicos ciertos hongos que pueden dar un impulso a la vida debajo de la tierra, lo que ayuda a los árboles, que cogen más fuerza en las raíces y se defienden mejor”. En el fondo, es “lo que siempre ha funcionado en el bosque cuando está en estado óptimo”, por eso ahora los investigadores quieren volver a introducirlo de forma más activa y con objetivos precisos, como luchar contra la seca.
En general, los problemas que aborda este proyecto no son nuevos, pero el cambio climático amenaza con agravarlos notablemente, porque los bosques son menos resilientes. Por ejemplo, Phytophthora (el microorganismos que provoca la seca) “siempre ha estado presente en cultivos, plantas y árboles, pero el cambio climático complica el problema por los largos de periodos de sequía. Las plantas sufren, es como un paciente que está deshidratado, es más vulnerable. El cambio climático no es la razón, pero acelera los problemas y vemos que los bosques están enfermos, ya no tienen autodefensa”.
Experiencia internacional
El enfoque de este proyecto LIFE es muy mediterráneo, precisamente, “porque tenemos el mismo tipo de problemas, bosques muy afectados por el cambio climático”. De hecho, “ya hay experiencias en Italia para afrontar el problema del chancro del castaño con un micopesticida muy prometedor que queremos introducir y probar aquí en España. Este intercambio de experiencias es muy valioso, así que la idea es que estos conocimientos se puedan expandir a todos los países”.
La idea es que la solución sea biológica. “Podemos crear más espacios en el bosque para que haya más dinamismo y sobre todo para favorecer la regeneración natural, porque tenemos muchos árboles de 100 o 200 años y no hay ninguno joven a su alrededor. ¿Qué pasará cuando mueran dentro de su ciclo natural? Necesitamos dinamismo en el bosque”, asegura Sven Kallen.
El propósito de este primer encuentro es que todos los socios del proyecto se conozcan y puedan definir los detalles de las acciones que se van a poner en marcha. Además del IRNASA y de Volterra, participan Colquida Lda, la Fundación General de la Universidad de Valladolid, IDForest, el Istituto Per la Proteziones Sostenibile Delle Piante del Consiglio Nazionale Delle Ricerche (IPSP-CNR), Mycelio – MycoLife, SocialForest y la Universidad de Valladolid.