La FAO anuncia buenas perspectivas para los sistemas de riego con energía solar, que deben automatizarse
Redacción laagriculturadigital.com03/04/2019
La FAO orienta sobre como aprovechar al máximo las innovaciones y evitar el desperdicio de agua
Los sistemas de riego que utilizan energía solar suponen ya una tecnología asequible y respetuosa con el clima, tanto para los pequeños agricultores como para las grandes explotaciones en los países en desarrollo. Pero deben ser gestionados y regulados en forma adecuada para evitar un uso insostenible del agua, destaca la FAO en su último informe.
El fuerte descenso en el precio de los paneles fotovoltaicos da un nuevo impulso a esta fuente de energía renovable como forma para mejorar la capacidad de riego. Futuras reducciones en los precios podrían impulsar una revolución en lugares como África subsahariana, donde tan solo se riega el 3 por ciento de la superficie cultivada, siete veces menos que el promedio mundial.
“La rápida expansión de un riego con energía solar cada vez más asequible, ofrece soluciones viables que abarcan los vínculos entre agua, energía y alimentos, ofreciendo una magnífica oportunidad para que los agricultores en pequeña escala mejoren sus medios de subsistencia, prosperidad económica y seguridad alimentaria”, aseguró la Directora General Adjunta de la FAO, Helena Semedo.
La FAO presentó un panorama global de los beneficios y riesgos del riego con energía solar en un foro internacional en Roma organizado en asociación con la iniciativa “Potenciar la agricultura: un gran desafío energético para el desarrollo” (PAEGC), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Instituto Internacional para el Manejo del Agua (IWMI) y el Programa de Investigación sobre Agua, Tierra y Ecosistemas (WLE).
“Las oportunidades que ofrece una energía solar más barata aumentan también la urgencia de garantizar que existan sistemas adecuados de gestión y gobernanza del agua”, señaló por su parte Eduardo Mansur, Director de la División de Tierras y Aguas de la FAO. “Necesitamos pensar de forma estratégica –añadió- sobre cómo puede utilizarse esta tecnología para fomentar un uso más sostenible de los recursos hídricos subterráneos para evitar riesgos como el desperdicio de agua y su sobreexplotación”.
Nuevas posibilidades
A nivel mundial, alrededor del 20 por ciento de las tierras agrícolas se riegan, y contribuyen a cerca del 40 por ciento de la producción total de alimentos. El riego aumenta la productividad agrícola de varias maneras, entre otras cosas, al permitir al año más cosechas y más diversificadas.
África subsahariana y América Latina hacen un empleo relativamente bajo del riego en las tierras de cultivo, lo que conlleva que existe un potencial considerable para ampliarlo.
Los sistemas de riego que utilizan la energía solar tienen el potencial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) por unidad de energía utilizada para el bombeo de agua en más del 95 por ciento en comparación con las alternativas alimentadas por redes eléctricas que utilizan combustibles fósiles o diesel, según el informe de la FAO.
Evaluar hoy la viabilidad económica de un sistema de riego que utiliza energía solar requiere tener en cuenta una amplia gama de parámetros, entre ellos el tamaño y la configuración del sistema, la capacidad y viabilidad del almacenamiento de agua, la profundidad del pozo, la lejanía del área y el tipo del suelo a regar. Los denominados “periodos de amortización” para estas inversiones dependen de las condiciones citadas, de los cultivos y mercados, y también de la presencia de incentivos en los precios ofrecidos por los gobiernos.
La FAO insta a los gobiernos a revisar sus planes de incentivos para favorecer los “subsidios ecológicos” frente a los que se ofrecen sobre los combustibles fósiles.
Gestión del agua
Las bombas de riego con energía solar podrían además causar la extracción insostenible del agua subterránea, ya que los agricultores pueden tratar de ampliar las áreas plantadas o cambiar a cultivos que requieren un uso mas intensivo de agua. Alrededor del 30 por ciento de los acuíferos en la India, por ejemplo, se consideran ya en estado crítico.
Si bien el riego por goteo a medida puede llevar al ahorro de agua, suponer que lo hará de forma automática sobre el terreno es una falacia, señala el informe. Las decisiones sobre políticas de riego deben tomarse después de una adecuada contabilidad del agua en zonas más grandes, ya que la lluvia, las aguas superficiales, aguas subterráneas, la humedad del suelo y los procesos de evaporación vinculados a los diferentes usos de la tierra forman parte del mismo ciclo hidrológico.
Los modernos sistemas que utilizan la energía solar ofrecen herramientas útiles para mejorar la gobernanza del agua, con dispositivos de control electrónico capaces de ofrecer datos en tiempo real sobre niveles de tanques de almacenamiento, velocidad de bombeo y niveles de agua del pozo que permiten tomar decisiones sobre su regulación de forma remota para evitar un uso excesivo. La India y Egipto están ensayando esta estrategia. Una alternativa viable es establecer las tarifas del agua en función de la oferta y la demanda calculadas a través de imágenes satelitales e térmicas, una técnica más asequible incluso a nivel de explotaciones individuales gracias a una base de datos de acceso libre sobre la productividad del agua de la FAO (Water Productivity Open-access portal-WaPor )
Una de las principales recomendaciones de la FAO para incrementar el uso del riego con energía solar es garantizar que no se extraiga agua sin un plan adecuado de gestión hídrica.
Y queda trabajo por hacer en ese aspecto... Una encuesta de expertos de 25 países sugiere que, si bien las tres cuartas partes de los países cuentan con programas y políticas gubernamentales para promover el riego en pequeña escala, menos de la mitad tienen regulaciones específicas que limitan la extracción de agua subterránea con este fin.
Los paneles solares producen energía incluso en momentos en los que no se necesita regar, lo que ofrece oportunidades para utilizar máquinas para el descascarillado de arroz, molinos, depuradoras de agua o unidades de almacenamiento en frío, todo lo cual contribuye al desarrollo rural y a generar ingresos. En algunos casos, la energía solar también puede convertirse en un “cultivo remunerado” si se alienta a los agricultores a reducir el exceso de bombeo de agua y optar por acumular y vender su excedente de energía a la red eléctrica.