España gestiona mejor el agua de riego que California y que Australia y la considera un bien público
Los cambios legislativos en las tres regiones siempre se dan a raíz de importantes crisis provocadas por sequías
Abrir un grifo y que de él salga agua se ha convertido en una acción tan cotidiana que nadie se para a pensar en ello en el día a día. Cuando hay abundancia, todo funciona. Sin embargo, es cuando la lluvia se vuelve más escasa o casi inexistente y la capacidad de los embalses mengua considerablemente, cuando saltan todas las alarmas y los gobiernos se vuelven locos intentando encontrar una solución. Y es que uno sólo se acuerda de Santa Bárbara cuando truena. O eso dice el refranero español.
Una investigación de la Universidad de Córdoba ha analizado y comparado los cambios legislativos en la gestión del agua que se han producido en España, California y en la cuenca de Murray Darling en Australia a lo largo de los últimos años. El estudio ha demostrado precisamente esto: las grandes reformas legislativas en la gestión del agua en estas tres zonas siempre se han realizado como consecuencia de importantes sequías.
Aunque las tres regiones tienen un clima, una agricultura y unos problemas de escasez de agua muy parecidos, lo cierto es que su forma de enfrentarse a ellos es bastante diferente. En muchos casos, sobre todo en el plano técnico, existen coincidencias. "En las tres zonas se usa agua reutilizada y desalinizada y se emplea el sistema de riego por goteo. Sin embargo, el marco institucional y legal es diferente", aclara Julio Berbel, catedrático de Economía Agraria de la Universidad de Córdoba y autor principal del estudio.
Una de las principales diferencias radica en cómo se gestiona la propiedad del agua y cómo se regula el mercado en este ámbito. En Australia, el agua es privada y existe desde hace años un mercado del agua muy potente y poco regulado en el que se pueden vender y comprar derechos para explotar las aguas subterráneas y de los ríos. En California, la cuestión es aún más complicada. El agua es declarada como un bien privado pero existen numerosos conflictos de derechos sobre quién puede explotarla. Por el contrario, en España, el agua de los ríos se declaró como un recurso público en el año 1985 y se prohibió comerciar con ella hasta el año 2005, en el que se abrió un poco el mercado para hacer frente a una gran crisis hidrológica, aunque sigue estando muy regulado.
El estudio concluye que en las tres regiones hay tendencia a sobreexplotar todas las masas de agua subterráneas y superficiales, a pesar de las legislaciones. Sin embargo, si tuviera que elegir un modelo, el investigador Julio Berbel se decanta por el español. "En Australia y California no han definido bien el concepto de caudal ecológico, que es el que indica el nivel de agua mínimo para conservar el ecosistema fluvial animal y vegetal", explica. En Australia, la región de Murray Darling sufre una gran escasez de agua y. Por su parte, en California, el río Colorado está tan sobreexplotado que, en tramo final, su caudal es tan escaso que no consigue llegar al mar.
A pesar de que en España los problemas no son tan graves, la legislación se puede seguir mejorando adoptando algunas medidas que sí funcionan en las otras dos regiones y que serán necesarias para las próximas sequías que se producirán con más frecuencia debido al cambio climático. Para el investigador, España podría tomar de Australia algo de la flexibilidad y dinamismo de su mercado del agua mientras que de California, podría aprender de su sistema de recarga de acuíferos. "Ojalá no tengamos que esperar a la próxima sequía para que se implementen algunas mejoras", concluye.