En poco más de dos meses ha caído casi un 60% el precio medio de la patata que cobran los agricultores españoles

El mercado de la patata en España durante el año 2019 ha vivido circunstancias muy dispares, llegando a alcanzar en algunos momentos las cotizaciones más altas de los últimos años. Sin embargo, desde la segunda quincena del mes de julio se impuso una tendencia a la baja que ha sido progresiva y se ha ido acelerando, recortando las cotizaciones medias que reciben los agricultores en más de un 50%. En cualquier caso, el año presenta todavía un balance aceptable y, si bien los beneficios han sido más bajos que en 2018, estos precios siguen cubriendo bien los costes de producción y permiten obtener un saldo positivo de la campaña.

TODO CAMBIO A MEDIADOS DE JULIO

El precio concreto de la patata en cada momento varía bastante en función de la zona, de la variedad o del destino del producto, según sea para consumo en fresco o para procesado industrial. No obstante, el Ministerio de Agricultura calcula un precio medio semanal que se establece a partir de las cotizaciones registradas en los mercados de mayor representatividad a nivel nacional, a los que se les asignan unos coeficientes de ponderación fijos establecidos en función de la importancia de cada mercado. A partir de estos datos, se hace público ese precio medio.

En 2019, en concreto, tal como se puede ver en la tabla adjunta, la patata alcanzó su precio medio más alto entre la última semana del mes de marzo y la primera del mes de abril, llegando por aquellas fechas a casi 50 céntimos por kilo. Las malas producciones de los países europeos durante la campaña de 2018 habían ido reduciendo la oferta de patata importada y esa escasez tiró hacia arriba de los precios para la poca patata que había almacenada y para la patata temprana que por aquella época salía al mercado.

A partir de aquella fecha, a medida que se iba incrementando la oferta los precios se reajustaban a la baja semana tras semana, aunque las oscilaciones no eran muy grandess y las cotizaciones se mantuvieron en niveles interesantes para el agricultor durante los meses de mayo y junio, produciéndose incluso un repunte en la segunda parte del mes de junio y las dos primeras semanas de julio.

Desde mediados de julio, sin embargo, cuando se generalizó el arranque de la patata de media estación en Andalucía, Castilla y León y Galicia, el mercado se dio la vuelta iniciando un recorte de 3-4 céntimos por kilo cada semana, lo que llevó los precios a mediados de septiembre, cuando se inició el arranque de la patata tardía, al borde los 20 céntimos de media.

Y a partir de entonces, las cotizaciones han mantenido esa misma tendencia a la baja, mucho más moderada pero continua, que ha situado el precio medio nacional en la segunda quincena de octubre por debajo de los 17 céntimos el kilo.

UN AÑO PEOR QUE EL ANTERIOR, PERO CON BENEFICIOS

La situación para el agricultor que ha ido arrancando patata a lo largo de los últimos meses ha sido claramente peor que la de la campaña pasada. En 2018 las cotizaciones fueron bajando también a lo largo de los meses de julio y agosto, pero de manera mucho más suave. En junio y julio los precios rondaban el año pasado los 35 céntimos/kilo, iniciando un recorte a finales de julio que llevó la cotización a mediados de septiembre a los 24 céntimos/kg. Un nivel que se mantuvo durante los meses de octubre y noviembre, iniciando a partir de entonces una remontada que llevo las cotizaciones a finales de diciembre hasta los 30 céntimos/kg.

El balance, no obstante, es bastante más positivo que el del año 2017, en que los precios comenzaron a hundirse desde principios del mes de julio, cayendo a finales del mes de agosto hasta los 7 céntimos/kilo, y manteniéndose en esos niveles bajos durante el último trimestre del año, cerrando diciembre de 2017 a poco más de 10 céntimos/kg.