Fertilización de un cultivo de trigo con compost procedente de residuos urbanos: Urbabono
1María del Mar Delgado, 3Cristina Álvarez, 2Sara Martínez, 1José Luis Gabriel
1Dpto. Departamento de Medio Ambiente y Agronomía, INIA
2Dpto de Ingeniería y Morfología del Terreno, UPM
3URBASER
17/02/2020Diseño del ensayo
La investigación se realizó en el Departamento de Medio Ambiente y Agronomía del INIA. El ensayo se llevó a cabo en invernadero utilizando macetas de 12 L en las que se incorporaron dos tipos de suelos (arenoso (92% arena) y arcilloso (35% de arcilla y 37% de limo) con diferentes tratamientos: control (sin ningún tipo de fertilización), fertilización mineral (N-P-K) y fertilización orgánica (Urbabono). Todos ellos repetidos tres veces para un total de 18 macetas.
El Urbabono procede de una planta de tratamiento de compostaje de residuos en la que opera la empresa Urbaser S.A. En esta planta la fracción orgánica sigue un proceso de compostaje, maduración y afino, imprescindible para obtener una buena calidad de compost.
La fertilización se ajustó en base a la demanda esperada del cultivo y consistió en 2 g/maceta de triple 15 N-P-K (equivalente a 62,5 kg/ha de N) y de 115 g/maceta de compost (20 T/ha y una dosis equivalente de 70 kg/ha de N), como abonado de fondo antes de la siembra del trigo. Se midieron las propiedades físico-químicas y las concentraciones de los distintos nutrientes para el Urbabono así como para las condiciones iniciales y finales de los distintos suelos. Además se realizó un bioensayo de fitotoxicidad basado en la germinación para comprobar la toxicidad de los tratamientos ensayados.
El trigo blando de la variedad de ciclo corto Cosaco se sembró a primeros de febrero de 2019 con 20 semillas por tiesto (en cuatro líneas de 5 semillas/línea). Durante el tiempo que duró el ensayo se regaron los tiestos según demanda del cultivo, tratando de mantener cada tiesto en torno al 60% de su capacidad de retención de agua. La nascencia se produjo el 11 de febrero y la cosecha el 12 de julio. Para la cosecha se cortaron todas las plantas a ras de suelo para secar, pesar y analizar todos sus componentes.
Resultados
Los test de fitotoxicidad mostraron para ambos suelos por igual un ligero descenso tanto en la germinación de los tratamientos con fertilización mineral (con tasas de germinación en torno al 95%) como en los de Urbabono (con tasas de germinación en torno al 86%), frente al 99% observado en los tratamientos sin fertilizar. A lo largo del ciclo se observó en ambos suelos un ligero incremento en el tamaño de las plantas de trigo fertilizadas con fertilizante mineral, incrementándose la diferencia en el momento del espigado. En cuanto a los dos fertilizantes, se produjo un crecimiento ligeramente superior en el caso del fertilizante mineral respecto al Urbabono, pero con diferencias que llegaron a los 15 cm. (Figura 1).
En cuanto a la fenología, se observó una ligera precocidad de una semana en el caso de los suelos fertilizados con Urbabono, apareciendo en ambos tipos de suelos las primeras espigas el 15 de abril, y alcanzando el 85% de sus espigas finales el 22 de abril (en suelo arenoso) o el 27 (en suelo arcilloso). Este hecho tiene una especial relevancia en cultivos de secano donde el contenido de agua del suelo y las lluvias no siempre son suficientes para llegar hasta el final del llenado de grano. Al finalizar la fase de aparición de espigas (27 de mayo), el número total de espigas fue mayor en los tratamientos fertilizados que en el no fertilizado. Si bien, en el caso del suelo arenoso, el tratamiento con fertilizante sintético incrementó a 21 su número de espigas respecto a las 19 del Urbabono (Figura 2).
Respecto a la materia seca acumulada (suma de paja y grano), el tratamiento no fertilizado presentó, como se esperaba, una menor acumulación que los fertilizados en ambos tipos de suelos, y ligeramente superior en el caso del trigo con fertilizante sintético. Sin embargo, analizando exclusivamente el grano, la diferencia se anula, llegando el Urbabono a incluso aumentar muy ligeramente el rendimiento en unos 60 kg/ha de media en los dos tipos de suelo. Este rendimiento similar alcanzado en ambos tratamientos fertilizados se obtuvo mediante distintas estrategias en cada caso (Tabla 1). Por un lado, el tratamiento con fertilizante mineral tendió a producir más espigas y más granos, retrasando incluso la formación de nuevas espigas, como ya se ha visto. Sin embargo, el tratamiento fertilizado con Urbabono concentró más la aparición de sus espigas, reduciendo su ciclo vegetativo y, aunque produjo menos espigas y menos granos, estos granos tuvieron un mayor peso por grano (38 g/1000 granos frente a 35,5) y un mayor peso específico (750 kg/m3 frente a 718), mejorando la eficiencia de translocación durante el periodo de maduración, el índice de cosecha y la calidad del grano.
Reforzando este efecto, se observa como el tratamiento con Urbabono mejoró la concentración de nitrógeno en grano (2,94% de media) respecto al tratamiento de fertilizante sintético (2,85% de media) y respecto al no fertilizado (1,88%). Este contenido de nitrógeno más alto será propenso a dar lugar a trigo con contenido en proteína más alto y con mejor calidad (Tabla 1).
Por último, una de las mayores críticas que reciben este tipo de fertilizantes es el aporte de otros micronutrientes y metales pesados (Tabla 2). En este caso, ni los análisis del grano ni los del suelo muestran diferencias importantes en ninguno de los compuestos analizados, a excepción del níquel, que deberá ser analizado en profundidad en futuros ensayos. Por tanto, este Urbabono podría considerarse como una posible alternativa en un cultivo de trigo tanto en suelo arenoso como arcilloso, que no sólo no perjudica el balance nutritivo o el rendimiento, sino que además es capaz de mejorar la calidad del grano.
Agradecimientos
Este estudio se realizó gracias al trabajo desarrollado entre INIA-URBASER S.A. y financiado por la empresa URBASER S.A y 'Structural Funds 2014-2020 (ERDF y ESF)” y “CAM (proyecto AGRISOST-CM S2018/BAA-4330)'